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La cárcel se pone de moda en la TV argentina

Una nueva corriente televisiva está rompiendo en Argentina. Denominada por algunos como la moda de la televisión marginal, ésta se refiere a la gran cantidad de programas relacionados con historias de cárcel o sucesos truculentos que invaden las parrillas de televisión, según una información de Television.com.ar, el primer portal de televisión en Argentina con el cual inauguramos esta semana un intercambio semanal de información. Su origen llegó con una serie de ficción de excelente factura llamada Tumberos. Realizada por la productora independiente Ideas del Sur, obtuvo una muy buena audiencia pese a ser emitida por el Canal América, que suele ser la cuarta opción en el ranking (existen 5). Este espacio retrataba perfectamente la vida y los personajes de las corruptas cárceles argentinas. Al poco tiempo, las dos cadenas de mayor audiencia (Telefé y Canal 13) apostaron por espacios periodísticos de testimonios. Ser urbano y Kaos en la ciudad, ambos con famosos presentadores que funcionan a la misma vez como “cronistas estrella” y explotan el impacto de estar ellos en el lugar de los hechos. Exactamente mismo caso que hemos visto hace poco en nuestro país con Jordi González en Rec (Telecinco). Durante varias semanas, estos dos programas ofrecieron crónicas carcelarias con un excelente seguimiento por parte de los telespectadores. Telefé duplicó la apuesta al estrenar Historias del crimen. Una serie que reconstruía los principales asesinatos de la crónica policial argentina a través de varios testimonios. Después llegó No matarás de Canal 13 quien, en homenaje al quinto mandamiento bíblico, presentó un formato simple pero novedoso y atractivo: 13 asesinos confesando pormenorizadamente sus crímenes. Cosechó el mejor resultado de audiencia de todos estos programas. Hace dos semanas, el último ejemplo de esta moda llegó nuevamente a través del Canal América. Pabellón 5, presentado por el ex periodista de la CNN Rolando Graña, también ofrecía relatos carcelarios. Sin embargo, la tal vez excesiva presencia de programas de este género hizo que el espacio no obtuviera el éxito de audiencia de los otros. La fascinación por los presos es hoy el más evidente ejemplo del tour televisivo argentino por los bajos fondos sociales. Pero la moda de la televisión marginal es más amplia. Existen muchos programas que se reparten diariamente el abordaje televisivo sobre temas como pibes chorros -jóvenes ladrones de clase baja-, seguridad en los barrios humildes, neuropsiquiátricos, travestis, prostitución, sadomasoquismo, y otros. Si a esto le sumamos la audiencia diaria que aportan los informativos, es muy fácil notar la indudable obsesión de la tele argentina en estos tiempos por tratar de escarbar en lo más marginal de una sociedad en crisis.

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