Entrevista

El director de “Aquí no hay quien viva” nos desvela los secretos de la serie de moda

Casi 4 millones y medio de espectadores con el 27.7% de share vieron el capítulo del pasado domingo. Ha sido el espacio más seguido de este día y ha batido su récord de audiencia de forma consecutiva durante las tres últimas semanas. Es, sin duda, la primera revelación de la temporada 2003/04 y se llama Aquí no hay quien viva. La serie española, que aterrizó el pasado 7 de septiembre en la parrilla de Antena 3, está dirigida por el joven debutante Alberto Caballero. Vertele ha charlado largo y tendido con él para conocer más de cerca al que podría ser nuevo fenómeno de ficción de este año. ¿En una nube, no? Sí, la verdad es que estamos muy contentos, parece que funciona la cosa... El primer acierto de ficción de la temporada, suena bien... Pues sí, nos sentimos afortunados porque tal y como estaba el patio en los últimos tiempos... Se iban muchas cosas a la mierda, y las probabilidades que teníamos nosotros de irnos también eran de un 70%. Procedes del mundo teatral y debutas en TV con un éxito cuando otros, que llevan toda la vida en el medio, todavía no lo han conseguido... Siempre tienes tus dudas de si la cosa te puede funcionar o no, pero como nos han dejado hacer lo que más o menos queríamos... Teníamos bastante confianza en la que serie sobreviviese pero, desde luego, que la respuesta haya sido tan buena nos ha sorprendido y estamos encantados de la vida. Te anima mucho para seguir currando. Estáis en una franja muy difícil y lleváis tres semanas como el espacio más visto del domingo, el último por encima de los 4 millones de espectadores. Sí, ha sido una progresión muy buena. Pensábamos que nos moveríamos en una media normal pero, de repente, parece que la gente se está enganchando y ahora estamos un poco a la expectativa por ver cuál es nuestra audiencia media para situarnos un poco, para saber qué cantidad de gente nos va a estar siguiendo... Pero claro, como sigue subiendo, nosotros encantados. Está claro que las cadenas no se quedan paradas y, por ejemplo, T5 ha adelantado la emisión de GH El principal problema que puede tener Gran Hermano por competir con nosotros es que es un programa muy diferente. Si una ficción funciona, es difícil que le quite espectadores un programa al que te puedes enganchar en cualquier momento, como un debate de estos, que dura mucho más. Quieren adelantarlo para jugar un poquito su baza, pero a mí eso me divierte. Es como cuando hace tres semanas Televisión Española anunció que iba a hacer un ciclo de cine español cuando estrenó Lucía y el sexo, les dio un 18% y entonces el ciclo fue de una sola película; después han vuelto a las pelis americanas y les han dado menos audiencia... Se han gastado mucho más dinero y han dejado de promover el cine español que es su obligación como cadena... Esto te demuestra que, cuando la ficción funciona, es muy difícil luchar contra ella. ¿Se puede decir que la serie se ha asentado ya de cara un futuro a largo plazo? Creo que, desde un punto de vista de supervivencia, es decir, de cumplir una primera temporada completa, sí. Al principio estaban firmadas cuatro o cinco emisiones para ver si cumplíamos un mínimo share, como hacen todas las cadenas, pero a partir de ahí ya se harían 13 del tirón y luego otros 13 en el siguiente trimestre. Ahora se está revisando esto porque Antena 3 está muy contenta. La verdad es que Antena 3 tenía muy mal fario con las series en estos últimos tiempos. Sí, la verdad es que lo necesitaban y en eso fueron sinceros, hecho que les honra porque tanto ellos como Miramón, la productora de José Luis Moreno, nos han dejado hacer, algo sorprendente cuando tampoco nosotros no teníamos trayectoria.

¿Te preocupa que cambie la competencia a la que te enfrentes? No es una cosa que me preocupe demasiado porque me resulta incluso divertido ver cómo las cadenas se intentan putear entre ellas constantemente, cuando incluso tienen una cosa que medio les funciona... El mayor placer, en este caso particular y no es por meterme con nadie, es ver cómo las ficciones pueden con los realities. Parece que se está reinvirtiendo una tendencia que durante los últimos años ha sido terrible para nosotros. Cuéntame gana a Gran Hermano, Operación Triunfo tiene que pegarse con una serie, aunque ésta sea americana... Creo que todo esto viene bien porque la ficción aporta más cosas. ¿Crees entonces que el éxito de vuestra serie abrirá el camino para otras? ¿Le quitará el miedo a las cadenas para que apuesten por ficción nacional después del annnus horribis de la temporada pasada? Sí, pero creo que, sobre todo, hay que apostar por cosas distintas, porque uno de los problemas por los cuáles el boom de la ficción se acabó viniendo un pelín abajo fue porque se repetían mucho las fórmulas. Cuando se puso de moda la comedia familiar todo el mundo las hacía, o igual con las profesionales. Puede haber perfectamente 10 series funcionando simultáneamente a la vez en la parrilla pero hay que hacerlas muy diferentes. La pregunta del millón, ¿Cuáles son las claves del éxito de la serie? ¿En qué crees que ha acertado “Aquí no hay quien viva”? En dos cosas: la primera y fundamental, ser coherente con lo que era el proyecto, es decir, sin deformaciones posteriores. Todo el mundo puede pensar en qué es lo que funciona y lo que no, pero aquí ha habido valentía. El formato era un poco raro porque pretendíamos hacer una sitcom de 50minutos y, para que tuviese ritmo como el que tienen las series americanas de 30, llevamos el protagonismo a 15 personajes. A priori, las series muy corales siempre asustan por el tema de la identificación del espectador y todas estas cosas. Nuestro primer acierto fue, en principio, la coherencia: esto es en lo que confiamos y en lo que creemos. En ese sentido, creo que el espectador percibe cuándo tú tienes claro lo que quieres contar ya que muchas series fracasan por indefiniciones de proyecto. Ves Los Serrano, por ejemplo, y tiene claro lo que está contando; si no es así, el público se pregunta a qué juegas y no se entera. En segundo lugar, el otro acierto de la serie tal vez es que nuestras historias se desarrollan en una comunidad de vecinos, algo muy identificable por parte de la gente, que medianamente le resulta cercano y le interesa; además, se ha intentado hacer comedia blanca, de no meterse con nadie, pero por otro lado, también tratando de evitar cutreces o gilipolleces. Creo que la serie está un poco en ese equilibrio. Analizando los factores que os han hecho triunfar, ¿tiene algo que ver que hayáis sido la primera serie nueva en estrenar esta temporada? Aquí siempre está la disyuntiva. Antena 3 fue partidaria de adelantarse y, en vista de cómo ha ido la serie, eso se ha considerado un éxito. De todas formas, sobre las circunstancias de un producto, creo que es más irrelevante. Es decir, la diferencia quizás esté en el mayor o menor tiempo que hubiese tardado en dar una buena audiencia. Creo que si un programa gusta, acaba gustando y consiguiendo su parcela de mercado. Pero posiblemente si haya sido también un acierto de Antena 3... Además, la cadena apoyó el estreno, lo promocionó bien, se puede decir que ha luchado por la serie ya que en otros muchos estrenos la gente se ha quejado de que igual las cadenas no confiaban mucho en ellos y no los han apoyado. Tienes 30 años, vienes del mundo del teatro con Miramón, eres director novel de TV y guionista de la serie... Venimos de trabajar durante un tiempo con José Luis Moreno en Miramón, en los textos de la obra teatral Matrimoniadas -actualmente de gira por España-. El proyecto lo hice yo con otro compañero, somos cinco guionistas –cuatro hombres y una mujer-, y ahora dos de nosotros estamos alternándonos en dirigir los capítulos.... algo que yo creo que está bien porque al final también se nos ha dado la oportunidad de ser directores, siendo básicamente guionistas. Tenemos experiencia en la dirección pero de formatos teatrales o de variedades... y en esto, los actores también lo han agradecido ya que confían mucho en alguien que te hace directamente la historia. A la hora de preguntar por su personaje, de por dónde había que llevarlo... incluso, cuando se ha planteado la idea de tirar de directores de fuera para dirigir la serie, ellos han preferido directamente estar con nosotros, y en eso hemos ganado todos en confianza. El día de la presentación de la serie comentaste que te gustaban las comedias de situación norteamericanas... ¿Te sirven de inspiración? Sí, me gustan mucho, lo que pasa es que hemos tratado de evitar que nos inspirara algún personaje o trama. No me gusta analizar qué funciona o no de una serie para acoplarlo a la mía porque, al final, te salen productos poco personales, algo que se ve en otras producciones. Están demasiado inspiradas en mecanismos americanos y yo, en ese sentido, creo que es un error. Estas series te dan otro punto de vista pero nosotros partimos de cero; disfruto de estas ellas como espectador, no como profesional. Inspirarte te suele ir mal porque te salen cosas artificiales. A la hora de construir una serie de estas características, ¿es imprescindible conocer el público al que te diriges para saber qué ofrecer? Hay que tener cuidado porque, en el proceso industrial de una serie, hay empresas que te hacen un estudio de medios y te dicen lo que funciona y lo que no, el target al que va dirigido la serie.... pero hemos comprobado que hay muchas cosas que no funcionan. Por ejemplo, en el margen de edad de 4 a 24 años tenemos un 40%, y ésta es una serie que hay niños pero no hay tramas de niños. Ya en Matrimoniadas, el teatro se llenaba de niños cuando lo que se contaban eran historias de mayores, y es que hemos descubierto que a los niños no les interesan las historias de niños, igual que a los ancianos no les interesan las historias de ancianos. El estandarizarlo todo mucho me pone un poco enfermo y nosotros hemos querido jugar un poco en contra de eso, y al final ves que a la gente también le engancha. ¿Cómo se consigue divertir a la gente durante una hora? En eso la serie es muy agradecida. A la hora de estructurarla utilizamos una trama principal de edificio, que engloba a una serie de vecinos en torno a una causa común, y luego otro par de tramas, no menos importantes, sino más personales. En el fondo es como dos sitcoms en una. De cara a la supervivencia de la serie, aparte del follón vecinal, argumentalmente tiene muchas posibilidades. Lo más complicado en este sentido es estructurar los capítulos porque hay muchos personajes, decorados y hay que saber combinar las historias. Otras de la ventaja de la serie es, además, que no depende de uno o dos personajes, nadie es imprescindible y con esto no quiero asustar a los actores. Es una serie muy modular que incluso puede ser fuente de spin-offs, y de cara a renovar temporadas seguro habrá variaciones en el vecindario. ¿Qué crees que ha aportado la serie al panorama de ficción nacional? Hemos aportado una serie en la que la gente se ríe, se lo pasa bien, con un formato diferente en cuanto a su estructura, personajes... Creo que, sin querer ser megaoriginales, hemos hecho otra cosa a lo que puede verse hoy en televisión. En este sentido, tú puedes contar las mismas historias que los llamados dramedias pero haciendo reír a la gente, y eso es algo que desgraciadamente sólo ha cubierto 7 vidas en las últimas temporadas.

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