Primero en TVE y, después, en Cuatro

La heroína del 'reality' marginal

Difícilmente llegará a presentar una gala de premios en televisión, será tertuliana de programas ni tendrá su propio 'call tv'. Sin embargo, el caso de Gema Moya Yagüe llama la atención por encarnar a la perfección el 'anti-glamour' de los llamados 'realities'.

Su nombre no les dirá nada, si bien Gema se ha convertido en la primera mujer que ha pasado por dos programas semanales de telerrealidad para personas marginales: El coro de la cárcel (La 1), primero, y Soy Adicto (Cuatro), después. En ambos casos, fue expulsada a las primeras de cambio por su indisciplina.

* Imagen de Gema en la 'webs' de TVE y Cuatro respectivamente

Mientras que, en el lado opuesto, otros jóvenes en su día buscaron fama y dinero pasando de Operación Triunfo o Gran Hermano a Supervivientes, o de Ven a cenar conmigo a Mujeres y hombres y viceversa, ella quiso hacer lo propio en 'realities' de reinserción, terapia y autoayuda.

“Un día más de vida y uno menos de condena”, comentaba Gema a sus compañeras reclusas en este vídeo inédito del 7º capítulo de El coro de la cárcel, programa de 3koma emitido por TVE en 2008 (se han ofrecido tres ediciones).

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Ex convicta, politoxicómana y 'sin techo'

Según su último perfil cuando entró en Soy Adicto, Gema comenzó a tontear con las drogas con doce años. El consumo le ha llevado a una vida al margen de su familia y de la sociedad. En la actualidad, es politoxicómana y vive en la calle. Es su madre, preocupada por esta situación, la que pidió ayuda para poder ingresarla en una comunidad terapéutica.

Por su parte, hace dos temporadas, El coro de la cárcel la describía como una chica de 21 años y de Madrid. Cumplía una condena de 22 meses por robo con intimidación y uso de armas. En menos de un año, recupera la libertad. Aunque su madre la echó de casa por su adicción a las drogas, acudía a visitarla en prisión regularmente.

Hospitalizada, abandona su aventura por el 'mono' pero vuelve

Pero el peculiar caso de Gema Moya Yagüe, expuesto recientemente por el periodista Bosco Palacios en su artículo El coro de la droga; ¿Adictos a las cámaras?, ha tocado de momento a su fin en televisión.

Gemma es una gran consumidora de todo tipo de drogas: cocaína (hasta cinco gramos diarios) y heroína en importantes dosis. Antes de entrar en el centro de Soy Adicto, se trasladó a las calles de Valencia y, ahora, no estaba dispuesta a acatar el tratamiento que le proponía la doctora.

Durante su periplo en el 'coach' que conduce los viernes (00:40h) Quico Taronjí, Gema decidió abandonar porque no se le suministraba la metadona que ella solicitaba. Posteriormente, tuvo que estar hospitalizada por motivos de salud pero volvió a reencontrarse con todos sus compañeros en el programa.

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El más emocionado ante su regreso fue el joven David, otro participante, por lo que deducimos que Gema también pudo vivir, a su manera y como ocurre en lugares como la célebre casa de Gran Hermano, una pequeña relación de miradas y complicidades en el espacio de Magnolia.

Expulsada por poner en peligro el tratamiento de los demás

Pero, a su regreso, Gema no estaba dispuesta a cumplir las reglas y trajo consigo 'trankimazines' y metadona del hospital donde permaneció varios días. A pesar de que estaba prohibido, decidió compartirlos con una compañera y consumirlos en el centro.

Fue entonces cuando, el pasado viernes, las cámaras del programa de Cuatro nos mostraron cómo su regreso había enrarecido el ambiente de El Refugio. Todo indicaba que se formarían dos bandos. Una noche fue suficiente para que Gema volviera a dar que hablar. A la mañana siguiente, ocurrió algo que afectó profundamente a todos los pacientes: Gema fue expulsada a la tercera emisión por poner en peligro el tratamiento de los demás.

La increíble historia de esta anti-heroína anónima del 'reality' marginal terminó, el pasado lunes, con una encuesta que todavía lanza la web de Soy Adicto: “¿Te ha parecido justa la expulsión de Gema del centro? - 74% Sí, se lo tenía merecido / - 26% No, deberían haberle dado una segunda oportunidad.”

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