Durante una recepción

La “imperdonable impertinencia” de Boris ante la Reina Letizia, según Peñafiel

La "imperdonable impertinencia" de Boris ante la Reina Letizia, según Peñafiel

Boris, en el punto de mira de Peñafiel. El veterano periodista ha cargado contra el showman por lo que considera una “imperdonable impertinencia” con la Casa Real.

Según escribe Peñafiel en El Mundo, “una de las novedades impuestas en la nueva monarquía es invitar a las recepciones y banquetes de palacio a ciudadanos de todo pelaje (...) Con motivo del Día de Cervantes, alguno de estos pisaba por vez primera palacio (...) Tomaron asiento 120 comensales tan variados como Izaguirre, protagonista de esta columna.”

El cronista dice que Boris confesó “su nerviosismo por haber sido distinguido por la invitación real al almuerzo (...) en su casa, se dedicó a ensayar cómo saludar: una rápida y leve inclinación de barbilla. Reconoce Izaguirre que entró en el comedor con la boca y los ojos muy abiertos (...) Todo esto me hubiera llenado de ternura si no llega a cometer una imperdonable impertinencia a la hora de saludar a Letizia.”

“Señora, la felicito por oír a una reina hablar, por fin, en español”

“A lo mejor, el pobre Boris, en su emoción, puso en práctica el arte de lisonjear, origen del arte de agradar olvidando que los grandes halagos son mudos. No sólo lo hizo como un cortesano servil de nuevo cuño, descalificando a la Reina Sofía, al decirle, posiblemente creyendo que le halagaba: ”Señora, la felicito por oír a una reina hablar, por fin, en español“.

“El querido Boris, a quien me une una vieja amistad, acabó diciendo, sin saber lo que decía, y demostrando su ignorancia histórica. A lo mejor quiso felicitar a Letizia por ser la primera consorte española que lo es. Las tres inmediatamente antecesoras fueron extranjeras: María Cristina, austriaca; Victoria Eugenia, inglesa y doña Sofía ... griega. Pero las tres, dominando el español.”

“Ella, aunque supiera que hasta la última nota de adulación fuera falsa, intentó ser tal como decía su adulador, ”bajando los ojos agradeció mi halago“. Esto lo cuenta Boris en un artículo titulado 'El pelo de la reina'. Yo creo, más bien, que a él se le vio el pelo de la dehesa.”, concluye Peñafiel.

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