Perseguían a Gonzalo Miró

Las periodistas del corazón heridas en accidente evolucionan favorablemente

Las dos periodistas de Europa Press Televisión que resultaron heridas el miércoles en un accidente de automóvil evolucionan favorablemente. Las reporteras, veteranas en la prensa rosa, se estrellaron contra un árbol en Somosaguas (Pozuelo de Alarcón, Madrid), después de haber realizado una guardia ante la casa de Gonzalo Miró, actual pareja de la Duquesa de Montoro, Eugenia Martínez de Irujo. Sus responsables no han podido confirmar si realizaban algún tipo de persecución cuando sufrieron el accidente, como denunció en un primer momento un guardia de seguridad, o simplemente se desplazaban por la urbanización. El accidente ocurrió poco después del mediodía en una rotonda que une el paseo de La Finca con el paseo de Hontanar, en una zona de chalés de lujo de Somosaguas, confirmaron fuentes municipales. Las dos mujeres, ambas de unos 32 años de edad, estaban haciendo guardia en un Peugeot 307 junto a una casa en la que al parecer se encontraba la persona a la que vigilaban, según indicó un guardia de seguridad. Un coche salió de la casa y el vehículo de las periodistas le siguió, añadió el guardia de seguridad. Poco después, el turismo perdió el control en una rotonda, por causas que no han trascendido y que la policía investiga, y se estrelló contra un árbol. Como consecuencia del accidente una de las dos mujeres sufrió fractura abierta de tibia y peroné derecho, traumatismo abdominal y una herida en la rodilla derecha, mientras que la otra presentaba traumatismo facial y abdominal y fractura abierta de húmero, precisaron fuentes de Emergencias 112. Las dos mujeres fueron trasladadas al hospital Puerta de Hierro, donde ingresaron en estado de moderado a grave, añadieron las mismas fuentes. Korpa tuvo que indemnizar por la muerte de su trabajadora Como informamos el pasado 26 de julio, el juez de lo Social nº4 condenó a la agencia Korpa a pagar una indemnización por la muerte de Ana Belén García, mientras ésta se encontraba realizando su trabajo como periodista de corazón. La sentencia declaraba su muerte como accidente laboral y concedía la máxima indemnización a los padres de la fallecida. El juez consideraba demostrada la relación laboral entre la periodista y la agencia y por ello la condenaba a indemnizar a los padres de la joven con 89.673 euros. Ana Belén García, reportera de la agencia Korpa, sufrió un accidente de tráfico el 20 de enero de 2005 cuando se dirigía desde Sevilla a Córdoba a cubrir un acto de los Príncipes de Asturias. En la sentencia, el juez denunciaba la “explotación y precariedad más absoluta” que sufren los jóvenes reporteros que se dedican a la prensa rosa, a diferencia de las grandes sumas que cobran los contertulios en sus colaboraciones en los programas dedicados al mundo del corazón. También destacaba que las empresas que se dedican a este tipo de periodismo obtienen unos “amplios márgenes de beneficio” y que aún así cometen una “explotación intensiva” de los jóvenes reporteros que trabajan en ellas. La empresa alegó en el juicio que la joven era una 'free-lance', sin embargo la agencia elegía “las noticias a cubrir, la orden de cobertura, al tratamiento que había que dársele y su ubicación especial”, mientras que la reportera “carecía de cualquier grado de autonomía en la elección de la noticia como en su tratamiento informativo”. La sentencia también afirmaba que Korpa incurrió en un incumplimiento por no diseñar un plan de prevención de riesgos laborales, y por confiar la conducción del coche de la agencia a la reportera gráfica que acompañaba a la fallecida, sin tener en cuenta “el grado de tensión, estrés, competitividad, presión empresarial y cansancio” en que desarrollaban su trabajo. Por ello, el juez concluyó que la agencia Korpa fue “responsable del accidente de trabajo al no adoptar las medidas preventivas contra la producción del mismo”. El juez basó su sentencia en la declaración en el juicio de Francisco Sierra, decano de la Facultad de Comunicación de Sevilla, quien expuso la precariedad laboral de estos reporteros, y en comentarios del periodista Antonio Burgos cuando definió a estos trabajadores como “la dura infantería de la prensa del corazón”. El Sindicato de Periodistas de Andalucía, que ejerció las acciones judiciales en nombre de la familia de la joven, denunció con motivo del juicio que la empresa ni siquiera había pagado la última mensualidad que le adeudaba.

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