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6 preguntas habituales al equipo tras las cámaras de 'Supervivientes'

6 preguntas habituales al equipo tras las cámaras de 'Supervivientes'

Los espectadores de 'Supervivientes' estarán habituados a escuchar los relatos de los concursantes sobre las limitaciones en las que conviven en la isla. Pero, ¿qué pasa con los profesionales que trabajan por llevar a buen puerto el programa?

El escritor Paul Pen, que forma parte del equipo de guionistas del reality show de Magnolia, ha desvelado las grandes dudas sobre su trabajo. Lo ha hecho a través de una entrada de su blog, Los Supervivientes 19 y 20, alojado en la web de Telecinco.

¿Tú también vives en la isla?

El guionista explica que sí viven en la isla: “Al igual que los concursantes, estamos desplazados a Honduras y a los Cayos Cochinos”. Eso sí, matiza: sus condiciones no son las mismas, por motivos obvios: “Básicamente porque somos más de cien personas y ni Fortu con un millón de hojas de palma podría construir una cabaña que nos alojara a todos en Cayo Paloma”.

¿De verdad no se les da comida a los concursantes por detrás de las cámaras?

“Esta segunda pregunta suele ir acompañada de un guiño cómplice de quien la formula”, comenta. Pen considera como “una falta de respeto hacia todo lo que significa 'Supervivientes'”, además de un desconocimiento del mismo.

“Los desmayos, los llantos por hambre y las pérdidas de peso exageradas que hemos visto en todas las ediciones de 'Supervivientes' creo que dejan más que claro, y sin lugar a la más mínima duda, que los participantes sólo comen aquello que les vemos comer en pantalla. O sea, muy poco”.

Pero vosotros sí coméis bien, ¿no?

En el caso del equipo, es otro cantar: “No solo tenemos a nuestra disposición el buffet del hotel que nos aloja, sino que la productora trae como parte del equipo a un cocinero que, todos los días, nos prepara un menú de comida y cena con varias opciones y donde abundan los platos que, de no ser por él, echaríamos terriblemente de menos: gazpacho, ensaladilla rusa, tortilla de patata, paella…”

Seguro que os hacéis amigos de los participantes, ¿a que sí?

“En absoluto”, responde tajante. El motivo reside en una política de “cero interacción” entre equipo y concursantes. “Los supervivientes conviven con cámaras y redactores como si fuéramos robots. De hecho, se evita incluso establecer contacto visual con los participantes, todo con el objetivo de emular al máximo la que sería la verdadera soledad de un superviviente”, relata.

“Ni siquiera cuando son expulsados y pasan algunos días en nuestro hotel antes de regresar a Madrid, nos paramos a saludarles o felicitarles por su participación. Son muy contadas las personas del equipo que pueden hablar con ellos. El resto, hasta parecemos maleducados cuando nos cruzamos con ellos en un pasillo y no saludamos, pero así son las reglas. Y ellos las conocen”.

¿Está el programa guionizado?

Este es otro error común, según Pen, pues como lo que sucede en todo reality show, las comportamientos de los participantes son espontáneos. “El cargo de guionista puede dar lugar a equívocos, pero es fácilmente explicable: mi labor no es la de elaborar un guión previo que sigan los concursantes, sino al revés. Con todo el material grabado a lo largo de un día, mis compañeros y yo elaboramos un guión que resuma y explique lo ocurrido de la mejor manera posible”, desgrana.

Para dejarlo más claro, pone un ejemplo sencillo: “Si Elisa quiere de repente abandonar el concurso, debemos estructurar un guión que explique todo ese proceso de la manera más clara: la veremos por la mañana preocupada por su pelo, después abandonando Isla Destierro por que no tiene un peine, seleccionaremos los mejores momentos de su comunicación con Raquel Sánchez Silva, la veremos regresar al cayo y terminaremos el resumen, el guión, con su intento de hacer un peine artesanal a base de hojas de palmera. Dicho de otra manera: no inventamos las tramas a priori, sino que las contamos a posteriori”.

¿Participarías tú en el programa?

El guionista no tiene una respuesta cerrada para esta cuestión. “A veces tengo muy claro que me encantaría vivir una aventura tan impresionante como la que viven los concursantes”, reconoce. Otras veces, sin embargo, se lo piensa mejor, “sobre todo después de verles dormir tres días en un charco o desayunar pescado crudo”

“El sol, los bichos, la desconexión o la soledad no me preocuparían demasiado. Lo que yo llevaría realmente mal es el hambre y la convivencia, así que me veo más como concursante de palafito o Isla Destierro”, concluye.

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