Entrevista

“En el primer capítulo hago el boca a boca a Larry Hagman”

La actriz Cristina Peña es una de las protagonistas de “Somos cómplices”, la nueva serie diaria de Antena 3 que se estrena este martes, a partir de las 16:00 horas.

Peña da vida a Soledad, una mujer huérfana y que fue criada en una casa de acogida. Nunca tuvo familia, exceptuando a Lía, compañera de orfanato con la que tiene una relación inquebrantable. Madre soltera, se propuso sacar adelante a su hija Andrea y darle una vida mejor que la que ella ha tenido.

Soledad contacta con un multimillonario americano que está buscando la familia biológica de su hijo adoptivo, Harvey, a la que está dispuesta a indemnizar con mucho dinero por una deuda moral del pasado. Soledad se encuentra con la oportunidad de dar un golpe definitivo que le permita cambiar de vida.

¿Cómo explicaría la trama de ‘Somos cómplices’?

Es la historia de una estafa con mucho amor (risas). Es una historia de mentiras llena de verdad en la que mi personaje, Soledad, decide montar el timo más grande de su vida, pero se le va un poco de las manos. Es algo que no puede controlar porque también tiene unos sentimientos hacia un hermano ficticio, Harvey Slater, que no puede cohibir.

La serie está llena de subtramas porque creamos una familia de mentira para dar el pego, para dar la gran estafa y cada personaje tiene su propia familia de verdad. En resumen, es una gran estafa con mucho amor.

¿Cómo es su personaje en la serie?

Soledad es una luchadora nata, es una mujer que siempre tira para adelante, sensible, pasional, muy inteligente y rápida de mente y, a pesar de que es muy fuerte, su punto débil es su hija.

¿Qué es lo que más le gusta de Soledad?

Quizá el arrojo que tiene, el descaro, el no tener miedo a ninguna situación, da igual que le persiga un caballo, que caiga al mar, que estén a punto de pillarla porque ella siempre sale a flote.

¿Cómo ha sido su experiencia de rodar con Larry Hagman?

Fantástico. Es un señor maravilloso, entrañable y muy profesional. Me lo pasé muy bien trabajando con él.

¿Se imaginó alguna vez ‘estafar’ al mismísimo JR?

De todos mis sueños, en ninguno estaba hacer eso (risas), nunca me imaginé trabajar con Larry Hagman, para nada.

¿Cómo lleva el rodaje de la serie?, ¿ha ocurrido alguna situación curiosa?

¿Curioso? En el primer capítulo le hago el boca a boca al mismísimo Larry Hagman, más curioso que eso... (Risas), es algo que le voy a contar a mis nietos.

Hemos pasado mucho calor porque este verano ha sido muy duro, hay muchos exteriores en la Costa del Sol preciosos, pero han sido difíciles. Ha sido un verano de trabajar mucho, de estudiar mucho y creo que estamos haciendo muy buen producto.

Si le tocaran 100 millones de dólares, ¿qué sería lo primero que haría?, ¿qué capricho se compraría?

Dejaría de pensar en el dinero. Sería un problema menos (risas). ¿Capricho? Aparte de quitarme las hipotecas, lo primero que haría sería hacer un gran viaje de relax con mi pareja. Ir con un billete de ida y ya pensaríamos en la vuelta cuando tocara.

¿Qué cree que tiene la serie para enganchar al público?

Principalmente, tiene comedia, que es maravilloso hoy en día y, además, en la franja de la sobremesa que creo que falta comedia inteligente. También tiene las historias humanas que hay detrás de cada personaje, todo el mundo se puede identificar con cualquiera de ellos.

¿Le han timado alguna vez?

Por supuesto, emocional y económicamente, de las dos formas. Económicamente creo que todos nos hemos sentido estafados, llevar arreglar un coche y que siga roto, no remunerarte un trabajo como te lo debían haber pagado... por ejemplo.

¿Y ha robado algo alguna vez?

De pequeña (risas). Lo que más me gustaba era ir a un centro comercial y morder las gomas Milan de nata, es que olían muy bien. Pero un día me pilló la seguridad del centro y se me quitaron las ganas (risas).

¿Qué le parece la cabecera y la sintonía de ‘Somos cómplices’?

La canción es muy pegadiza, la cabecera me parece una pasada, a la altura de ‘Miami Vice’, me he quedado impresionada. La escena final de la cabecera, en la que me caen los billetes la rodamos en el plató de Coín. Fueron dos o tres horas de rodaje muy bonitas en aquella postura, cayendo billetes del cielo, no me lo podía creer. De todas formas, en esta serie me está pasando de todo, me ha perseguido un caballo, me he caído de una moto, me he tirado al mar vestida de camarera, estar al borde de un acantilado... estoy superando todos mis miedos (risas).

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