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Un programa japonés convierte a gente corriente en actores de una historia de amor real

El éxito del programa Future Diary ha traspasado las fronteras de Japón hasta llegar a los Estados Unidos. La cadena norteamericana ABC ha comprado los derechos del formato y ya ha rodado en secreto seis episodios para ser estrenados en la temporada 2001-2001, según informa la revista Variety. Future Diary es una “telenovela real” en la que dos personas que no son actores han de interpretar el papel que les asignen en una serie romántica basada en sus propias vidas reales. Cada historia arranca con dos solteros, supuestamente compatibles y que no se conocen, con un “diario” cada uno donde se les indica lo que deben hacer durante las próximas tres o cuatro semanas. Según sus respectivas “agendas”, llegará un momento en que sus vidas se crucen y probablemente...se enamoren. Según uno de los responsables del programa, “se trata de responder a la pregunta de ¿se puede fomentar el amor entre dos personas?”. A pesar de contar con un guión, las conversaciones de los protagonistas son espontáneas y, aunque pueda parecer extraño, el romance llegó a surgir en la mayoría de las historias del original japonés. Mirai Nikki, tal y como se llama el programa en Japón, comenzó a emitirse en 1999, como una sección de otro espacio presentado por una pareja cómica muy popular en su país. Personas anónimas escogidas entre el público interpretaban un papel en un escenario romántico basándose en los puntos de partida que les marcaban los responsables del programa. En una de las historias, por ejemplo, el punto de partida decía: “Los dos se conocen en...” Después, los improvisados actores son libres de tomar sus propias decisiones y seguir los dictados de su corazón. Eso sí, al final de la historia, están obligados a separarse. El secreto de su éxito El balance –a veces, desequilibrio- entre un guión impecable y las reacciones imprevisibles que tiene la gente anónima, hace que el público se sienta identificado inmediatamente con los actores. Además, el suspense y la improvisación se mantienen hasta el último episodio.

Otra razón por la que el programa ha alcanzado tanta popularidad entre los espectadores japoneses es que el guión está lleno de giros maliciosos, en los que los actores, cuando están empezando a sentir algo por su compañero de reparto, son obligados a hacer lo contrario de lo que desean. Es lo que sus creadores llaman el efecto “Romeo y Julieta”, que siempre ha fascinado al público.

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