TV Internacional

Los programas para gays o sobre gays ocupan cada vez mejores horarios en Estados Unidos

No hay que remontarse a la noche de los tiempos para encontrar programas en la televisión en los que se daba una imagen lamentable de los homosexuales. Los estudiosos de la televisión aseguran que las series televisivas que tenían a gays como protagonistas los pintaban a menudo como “suicidas o psicópatas”. En España, el humor nacional hacía burla de los que tenían esta tendencia sexual y aparecían como “mariquitas” con una finalidad cómica o con el objetivo de censurar este tipo de comportamientos o para sacar conclusiones morales o ejemplarizantes. Ser gay era una desgracia o, simplemente, un motivo de broma.

Pero las cosas han cambiado radicalmente. Si es verdad que EE.UU. es el escaparate de lo que pasará en nuestro país en los próximos años, es bueno echar un vistazo a lo que está pasando con los programas de temática homosexual.

Por ejemplo, la cadena de cable Bravo acaba de presentar el primer episodio de Boy Meets Boy, un programa de entretenimiento en el que un soltero gay elegirá a un posible compañero de entre 15 hombres, algunos de ellos heterosexuales.

A esto seguirá Queer Eye for the Straight Guy, en el que un equipo de hombres gay con gran conocimiento de moda, diseño, gastronomía y arte salvan a hombres heterosexuales “estéticamente discapacitados” de su pésimo gusto.

Estos programas integran una lista creciente de programas con personajes homosexuales, por ejemplo, Queer as Folk en Showtime, que ya ha sido un éxito considerable en el Reino Unido, o Will and Grace en la NBC, que ha podido verse este año en España en La 2 de TVE, que reflejan un considerable cambio de actitud con respecto a los temas gay. La televisión normaliza lo que la sociedad ya ha normalizado Preguntados algunos ejecutivos de televisión de cadenas hertzianas y de cable en EUU han indicado que “la actitud de las cadenas de televisión y de los programadores está cambiando con la sociedad”. Recientemente una sentencia de la Corte Suprema de aquel país ha derogado una ley del Estado de Texas que condenaba la sodomía y que legalizaba, con todos los pronunciamientos, el comportamiento homosexual. Para estos directivos, el fallo judicial no hacía otra cosa que consagrar lo que la sociedad había decidido ya: que ser gay y lesbiana tenía que aceptarse con normalidad y, desde luego, no era un delito ni una conducta que se tenía que penalizar.

Max Mutchnick, co-creador con David Kohan de Will and Grace, aseguraba: “Por fin, la televisión se ha puesto a tono con el resto de la sociedad”. “Estos nuevos programas gay –seguía- son un reflejo de lo que todo el mundo ve en su trabajo, su familia y su escuela”. Pero no todo el mundo opina igual. Las fuerzas más conservadoras han combatido con fuerza esta tendencia. William Merrell, Vicepresidente del comité ejecutivo de la Convención Bautista del Sur, dijo que los nuevos programas eran un signo de la creciente influencia de los homosexuales en Hollywood, lo que en algunos ambientes se denomina como “mafia rosa”. Pero las críticas no sólo provienen de la religión o de los ultraconservadores. Desde las filas gay, algunos estudiosos creen que “estos programas sólo sirven para trivializar y estereotipar a los hombres gay”. Este debate nos recuerda al que se ha producido en España con la figura de Boris Izaguirre, que ha tenido, a partes iguales, defensores y detractores, por las mismas razones que se apuntan en el debate vigente en EE.UU.

La audiencia tiene la última palabra Al final, como siempre pasa en televisión, serán los índices de audiencia los que den la razón definitiva a los programadores y a las cadenas. Will and Grace es la tercera comedia de situación (16,8 millones de personas semanales)en abierto en las clasificaciones de audiencia de los EEUU, después de Friends y Everybody Loves Raymond (ambas series se han podido ver en España). vista cada semana por un promedio de 16,8 millones de personas.

Craig Zadan y Neil Meron, productores ejecutivos de It's All Relative, la nueva comedia de la ABC sobre una pareja de novios —la hija de dos hombres gay de clase alta y el hijo de un matrimonio de trabajadores— destacaron que el panorama de la TV se había modificado significativamente en los ocho años y medio transcurridos desde su primer proyecto televisivo de tema gay, la película de NBC Serving in Silence. La película estaba basada en la historia de la Coronel Margarethe Cammermeyer, oficial exonerada de la Guardia Nacional del Estado de Washington en 1992 por reconocer que era lesbiana.

La comedia pretende analizar “algunos de los ridículos estereotipos que existen en nuestra sociedad”. Desde hace dos años y medio, Showtime emite Queer as Folk, un retrato bastante explícito de un grupo de hombres y mujeres homosexuales de Pittsburgh. En enero, Showtime presentará una serie original, The L Word, sobre la vida de un grupo de lesbianas de Los Angeles. Queer Eye for the Straight Guy, de Bravo, ha recibido críticas favorables: ¿a quién no le gusta que lo arreglen para verse mejor? El programa atrajo a 1,6 millones de televidentes en sus primeras dos emisiones de julio, la mayor audiencia que haya tenido Bravo en su historia. Después de semejante éxito, NBC, hermana corporativa de Bravo, decidió poner en el aire el programa, consiguiendo 7 millones de espectadores. *Documentación procedente de distintas fuentes

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