La rebelión de los “grandes primos”

La rebelión de los "grandes primos"

Tenía que llegar y parece que ya llega. La televisión francesa se está enfrentando a distintas batallas legales por parte de las estrellas emergentes de los 'realities'. Ahora, son 57 concursantes de golpe los que piden una compensación de 400.000 euros a los productores de L'île de la tentation.

Sin embargo, son 300 en total los participantes en realities que han pleiteado y que reclaman dinero por tener que pasar obligados -es broma, claro-, parte de su tiempo en hoteles de lujo de países exóticos siguiendo las órdenes de los productores. Los jueces les están dando la razón y ya han fallado a favor de las reclamaciones en 150 casos.

“Les vigilan guardias de seguridad armados y no pueden ni dormir”

El abogado querellante, que representa a decenas de concursantes de La isla de la tentación, un tal Jeremy Assous, asegura en The Guardian, de Londres, -muy serio- que el trabajo de las esforzadas estrellitas es durísimo:

“Les obligan a levantarse a las siete de la mañana y no les permiten acostarse hasta las tres de la madrugada. No tienen tiempo, los pobres, ni para comer. Les confiscan el pasaporte. Están vigilados por guardias de seguridad armados. No tienen teléfonos móviles. Para más inri, ni tienen acceso a internet. Están incomunicados”.

En definitiva: las cadenas y los productores, según los abogados que se están haciendo de oro con los pleitos, son unos tiranos que sobreexplotan a los concursantes. Hablando en plata: los desconocidos que se hacen pseudofamosos se quejan de la supuesta dureza y humillaciones que tienen que sufrir para salir en pantalla.

Un tribunal de Versalles está valorando estos días cuál tiene que ser el premio justo que debe recibir una pareja de La isla de la tentación a cambio de una separación forzada y de ser sometida a todo tipo de provocaciones erótico-festivas para poner a prueba su relación.

Los contenciosos legales ya empezaron el año pasado cuando unos jueces sentenciaron que los participantes de los 'realities' debían tener contrato de trabajo porque lo que tenían con el programa era “una relación laboral”.

Más de mil nuevos “pseudofamosos”

Los abogados franceses se apuntan al filón jaleando a los más de 1000 franceses que han participado en los 'realities' más notables, los que se han emitido en las cadenas nacionales del país vecino.

Los ejecutivos de la televisión han puesto en guardia a sus asesorías jurídicas porque el problema afecta a todas las cadenas. Los participantes de Granjero busca esposa, bautizado en Francia como “L'amour est dans le pré”, que suena a lujuria bucólica (El amor está en el prado) también han empezado a plantear reclamaciones.

Los galos tienen sus propias versiones de Gran Hermano, Pekín Express o Ven a cenar conmigo, que de momento se mantienen al margen de la guerra jurídica.

Los directivos de TF1, la cadena privada líder, aseguran que si bien el contrato laboral es ahora una exigencia legal, no se pueden confundir las cosas puesto que todos los concursantes están en este tipo de programas “para vivir una experiencia personal”, lo que es muy distinto a un trabajo puro y duro.

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