Curiosidad

¿Cuándo y por qué las series de TV pierden interés?

¿Quién no se acuerda de la muerte de J.R en Dallas? ¿O de la frenética relación de Chandler y Mónica en Friends? Según algunos internautas, a partir de esos momentos estas series dejaron de tener interés. En inglés esto se ha definido como “jump the shark”, literalmente, “saltar el tiburón”. La expresión tiene su origen en un episodio de la popular serie norteamericana Happy days (Días felices). En una secuencia del mismo, el protagonista salta por encima de un tiburón mientras practica sky acuático en el mar. Esa escena tan poco creíble es la razón por la que la mayoría de los fans de la serie consideran que ésta comenzó a perder interés. Un internauta ha recogido todos esos cambios críticos en el guión para discutirlos con el resto de la comunidad de aficionados a las series de TV. “Algunos lo llaman clímax, pero yo prefiero llamarlo de esta manera”, declaró a ABC News el creador de Jumptheshark.com, Jon Hein. Este informático de Nueva York comenzó esta página como un hobby. Pero, después de ser mencionada por el diario Los Ángeles Times y el programa de Howard Stern, su popularidad empezó a aumentar y una legión de internautas anónimos comenzaron a enviarle sus particulares análisis de series de televisión. Ahora mismo, Jumptheshark.com tiene una media de 750.000 visitas al mes y recoge casi 2.000 series de televisión desde los años 50, casi todas originales de Estados Unidos y Gran Bretaña. Este aficionado ha descrito varias categorías en las que el argumento de una serie puede haber llegado demasiado lejos. Por ejemplo, la aparición de un nuevo niño en el barrio, como lo define Hein. “Eso significa que el resto de los chicos no convencen a la audiencia y por eso se traen a uno nuevo”. La pubertad es otra razón, y nada mejor para ilustrarlo que el personaje de Kevin en Aquellos maravillosos años. Cuando creció, su incomprensión del mundo de los adultos dejó de interesar a la audiencia. En España, un caso similar sería cuando Chechu, de Médico de familia, pegó el estirón y la voz comenzó a cambiarle; o el caso de la penúltima temporada de Compañeros, en la que los físicos de Quimi, Valle y compañía no resultaban muy creíbles para estar todavía en el colegio. Cambio de reparto y muerte de un protagonista

El uso de actores diferentes para un mismo personaje es otra razón. Es el caso del cambio de la actriz que daba vida a Vivian, la madre de la serie El Príncipe de Bel-Air. La aparición de un embarazo o una boda puede ser otra causa para que la audiencia deje de seguir una serie. De hecho muchos internautas aducen que la boda entre Rachel y Ross en Friends fue el detonante principal para que dejaran de ver esta telecomedia. Expediente X, Los Picapiedra o Twin Peaks han tenido desafortunadas secuelas en el cine, cuyas consecuencias también han salpicado a su original en la pequeña pantalla. La categoría que más opiniones recoge es la de “muertes”, en la que se cuentan ejemplos como el entrenador en Cheers, Maggie en Falcon Crest o la de Billy, el novio de Ally McBeal. En este sentido, otro de los recursos que más decepciona al público es cuando resucitan a un personaje que había fallecido o un mismo actor da vida a otro protagonista de la serie. El ejemplo, Melissa Agretti –la actriz Ana Alicia- murió achicharrada en Falcon Crest y capítulos más tarde reapareció como su hermana gemela. No engañó a nadie. Nuestro panorama de ficción recoge claros ejemplos de cómo una serie se puede romper por el fallecimiento de alguno de sus protagonistas. Esencia de poder, que Telecinco emitió hace unos meses, perdió gran parte de su audiencia con la muerte de Alicia (Marián Aguilera) y Javier (Roberto Enríquez). La desaparición de personajes principales -la excusa en la ficción suele ser el cambio de residencia por motivos de trabajo- también suele provocar el desdén por la serie. A Periodistas le habría pasado con la marcha de Luis (José Coronado) a Nueva York y a Siete vidas con la de Paco (Javier Cámara). Un foro de discusión

“Todo en esta web es perfectamente discutible”, avisa Hein. Por eso deja la puerta abierta para proponer un nuevo Jump the shark. Así, otros motivos que exponen los internautas son el cambio a peor de un peinado, (el caso más votado es el de Felicity), la aparición episódica de algún invitado estelar, el que un protagonista comience de repente a cantar, o incluso que alguna serie dedique un capítulo a causas propias de una ONG. “Esto no es aplicable sólo a las series de TV. La música, los libros, los deportes son otras áreas donde buscar un punto de estas características”, ha señalado Hein a ABCNews. De hecho, este joven creó una versión musical de su página para la edición on line de la revista Rolling Stone y, actualmente, la cadena CBS prepara una mezcla de concurso y talk show, versión televisiva de esta popular web.

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