Estudio

La televisión española, un material fotosensible

La televisión española, un material fotosensible

Las televisiones españolas emiten material audiovisual que puede causar crisis epilépticas en pacientes fotosensibles, tal y como han indicado los expertos que han realizado el estudio '¿Es posible que la televisión esté provocando crisis epilépticas en España?'.

Este trabajo, que ha sido presentado en la LXIV Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), ha realizado un análisis de la programación de cinco televisiones nacionales, una cadena autonómica, una infantil y una televisión musical. Concretamente son TVE 1, Antena 3, Cuatro, Telecinco, la Sexta, Telemadrid, Clan y KissTV.

Así, durante el primer semestre de 2012, se grabaron los contenidos emitidos en estas cadenas desde las 8 de la mañana y hasta las 12 del mediodía. Este material se estudió posteriormente utilizando el 'Harding Broadcast Flash and Pattern Analyser', un analizador de patrones lumínicos para emisiones audiovisuales que, “actualmente, es el estándar utilizado en Gran Bretaña para evaluar la conformidad de estos programas con la normativa vigente en este país”, indican desde la SEN.

Unas 100 imágenes diarias son peligrosas

Los resultados evidencian que, de las 180 horas de programas analizadas, se detectaron 1.101 violaciones de la normativa Offcom, lo que “supone una media de 100 imágenes diarias que podrían causar crisis en sujetos fotosensibles”, explican. Además, “el 94% de estos casos estaban relacionados con cambios lumínicos, y seis de las diez cadenas de televisión estudiadas tuvieron incidentes con patrones y destellos de luz roja”.

Para el miembro del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN y coordinador del estudio, el doctor Jaime Parra Gómez, estos datos alcanzan relevancia, ya que “aproximadamente una de cada 4.000 personas es susceptible de sufrir crisis epilépticas si se expone ante un estímulo visual suficientemente potente”. Ante ello, “únicamente Reino Unido y Japón han adoptado normativas para prevenir su emisión”.

El verdadero problema, a su juicio, es que esta susceptibilidad potencial “es desconocida por muchos”, ya que no es necesario estar diagnosticado de epilepsia, o haber sufrido algún episodio anterior, para ser población de riesgo. “La adopción de normativas de control para el contenido audiovisual que se emite, son medidas que, además de ser muy sencillas de llevar a cabo, serían necesarias para disminuir el riesgo de provocar crisis”, sostiene.

La epilepsia es un trastorno neurológico crónico “y una de las enfermedades más frecuentes de esta índole”, subraya Parra Gómez. Ésta se puede desarrollar a cualquier edad, pero “suele ser más frecuente durante la infancia y en ancianos”, aclara.

Su clínica más llamativa se produce cuando se activa la zona motora y, la persona afectada, “sufre una serie de movimientos corporales incontrolados y repetitivos, denominados convulsiones”, indica. Sin embargo, “no todas las crisis se manifiestan de igual forma”, y es que también puede consistir “en realizar actos repetitivos sin finalidad, en alteraciones sensoriales, cambios en el estado de ánimo, confusión o sucesos mentales extraños, como alucinaciones”, concluye.

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