Última temporada

Así será la traca final de “El Internado”

El virus de Ottox ha sido liberado y todos pueden estar infectados

El peligroso virus en el que Ottox llevaba años trabajando ha sido liberado en el centro del colegio, entre cientos de alumnos y decenas de profesores, infectándoles, probablemente, a todos ellos.

El ejército ha rodeado el centro con alambre de espino para evitar que la enfermedad se propague. Nadie puede entrar ni salir del perímetro de seguridad, delimitado por la valla y los soldados armados que la custodian.

La incomunicación debe ser total. No está permitido el correo, el teléfono ni internet para evitar que cunda el pánico entre la población y que la situación se vuelva incontrolable.

Encerrados e incomunicados, profesores y alumnos arriman el hombro para enfrentarse a una situación límite. La inquietud es máxima: la medicina que toman les mantiene con vida, pero no es una cura definitiva.

La situación se agrava aún más cuando descubren que no tienen medicinas suficientes para todos: si no consiguen acceder a ellas morirán en 48 horas. La amenaza es muy seria. A las pocas horas de la explosión, el virus se cobra su primera víctima.

El laboratorio donde se guardaban los medicamentos, en los pasadizos, ha quedado sepultado por la explosión provocada por Camilo. Sólo Hugo sabe cuál era su ubicación, no les queda más remedio que excavar siguiendo sus instrucciones.

Con todo lo sucedido, las verdaderas identidades de los habitantes del colegio han quedado al descubierto. Todos saben ahora que Lucía y Hugo trabajaban para Ottox pero eso ya no importa. No tienen elección, tendrán que trabajar mano a mano si quieren sobrevivir.

Adolescentes y adultos, alumnos y profesores, verdugos y víctimas se unirán para tratar de encontrar el laboratorio. Todos pueden estar infectados, todos pueden morir.

Marcos descubre que Héctor puede estar vivo

Marcos descubrirá que la versión oficial sobre la muerte de Héctor no es cierta. Todos los indicios apuntan a que el ex director puede estar vivo todavía.

Lucía confirmará sus sospechas: Héctor no murió aquel día al caer de la escalera. Todos le dieron por muerto pero sobrevivió gracias a la doctora, que engañó a los miembros de Ottox.

Ahora que Lucía se ha convertido en una persona imprescindible dentro del colegio, podrá demostrar a todos sus habitantes que se guía únicamente por su ética y que nunca estuvo realmente del lado de Ottox.

Los chicos encuentran nuevas pistas sobre el asesino de Carol

Un inesperado suceso proporciona a los chicos nuevas pistas sobre la identidad del asesino de Carolina. Marcos y sus amigos no dudarán en seguir una línea de investigación que dará sorprendentes resultados. ¿Descubrirán que fue su amigo Roque quién mató a Carolina?

Roque vivirá todo el proceso atormentado por la culpa y aterrorizado ante la posibilidad de ser desenmascarado. Su secreto le supone una carga moral imposible de afrontar, convirtiéndose en una persona obsesiva y desconfiada. ¿Confesará la verdad para liberarse de su culpa?

Iván y Julia afrontan una de las etapas más duras de su vida

A pesar de las dramáticas circunstancias, Iván está disfrutando de un dulce momento personal. Con Julia todo marcha mejor que nunca y poco a poco su relación con María se normaliza y disfruta de la madre que nunca pudo tener.

No sospecha que está a punto de enfrentarse a una de las etapas más duras de su vida. Seriamente afectado por la enfermedad, padece graves efectos secundarios y verá cómo su mundo comienza a derrumbarse. En su intento de afrontarlo sin ayuda, alejará de él a la gente que más le quiere. Julia sufrirá mucho al no comprender qué le sucede a Iván.

También Amaia pasa momentos difíciles. Pese a estar en cuarentena, alguien de su pasado ha llegado al colegio para ajustar cuentas con ella. Además, Vicky no le permite encajar en el grupo, recelosa ante la evidente atracción que “la nueva” siente hacia Marcos.

Fermín, más héroe que nunca

A pesar de que nadie puede entrar ni salir del colegio, Fermín se las arreglará para colarse en el perímetro de seguridad. Una vez dentro, el cocinero se convertirá en un elemento fundamental para mantener el equilibrio entre sus habitantes, con los ánimos crispados por el encierro y la cuarentena.

Además, el ejército ha decidido aislar allí a todos los infectados, lo que generará aún más tensión dado que escasean las medicinas. La llegada de personas ajenas al internado supondrá una fuente de problemas y una responsabilidad añadida para Fermín, encargado de mediar con los recién llegados.

Muy enfermo, Fermín encontrará en María su gran apoyo. Sin embargo, y pese al amor incondicional que ambos sienten el uno por el otro, no podrán estar juntos.

Elsa y Jacinta se reconcilian con su pasado

Una vez descubierta la trama de adopciones ilegales encabezada por Wulf, Jacinta podrá por fin, hacer las paces con su pasado y, gracias a ello, también con Elsa. Ambas formarán, junto con Marcos y Paula una extraña e improvisada familia volcada en el cuidado de Samuel, el bebé de Irene Espí.

Elsa, por su parte, descubrirá que ha sido una víctima más de Ottox y que la muerte de Samuel fue un engaño. Comprenderá, aliviada, que el bebé no se ahogó en la laguna por un descuido suyo y esto le permitirá reconciliarse consigo misma.

Las nuevas circunstancias la obligarán a sacar su lado más fuerte y luchará por proteger a sus alumnos con la ayuda de Alicia, que será uno de sus mayores apoyos. La inspectora de policía, infiltrada en el colegio, seguirá recopilando pruebas para asegurarse de que los culpables, si sobreviven, paguen por sus crímenes.

Martín decide contarle a Lucas que su madre ha muerto

En medio del férreo aislamiento, Martín intentará disfrutar del gran momento que atraviesa su relación con Rebeca. Es consciente de que, si quiere que todo funcione, debe contarle a Lucas que su madre ha muerto.

Las circunstancias harán que, antes de que tenga oportunidad de contárselo, Lucas les sorprenda besándose y lo considere una traición imperdonable. La reacción del hijo de Martín incomodará mucho a la profesora de Historia.

La excavación que llevan a cabo en los pasadizos para tratar de encontrar las medicinas, obliga a Rebeca a pasar mucho tiempo con Hugo, algo que desata los celos de Martín. Su forma de ver las cosas cambiará cuando Rebeca sufra un grave accidente que pondrá en peligro su vida y se dé cuenta de lo mucho que la necesita.

NUEVOS PERSONAJES

El Teniente Garrido (Iñaki Font), un líder nato

Pese a su juventud, es un líder nato. No se gana a los demás por su simpatía y cercanía, sino por su profesionalidad casi distante. Está tan convencido de su fuerza que no necesita exhibirla, algo que le hace transmitir una enorme seguridad. Inspira temor y respeto a partes iguales.

Ha llegado hasta aquí con un objetivo claro: evitar a toda costa que el virus liberado en el colegio se propague. El límite es la valla que él mismo y los militares a su cargo han levantado y hará todo lo que haga falta para cumplir con su misión.

Ha dedicado su vida a cumplir con sus obligaciones y no quiere que los temas personales le distraigan ni está acostumbrado a ello. Es por eso que las peculiares circunstancias que vivirá le desconcertarán. Por primera vez en su vida vacilará ante decisiones que antes ejecutaría sin pensar.

Curro (Eduardo Mayo), una presencia inesperada y muy problemática

Curro es un vividor, un chulito de barrio con pasado que se las sabe todas y que se creía destinado a grandes cosas pero se quedó en nada. Ha llegado al Internado para hacer una visita inesperada a uno de sus habitantes, que al verle se llevará una desagradable sorpresa. Las circunstancias han querido que su estancia tenga que prolongarse más de lo esperado.

¿A quién ha ido a visitar Curro?, ¿cuáles son las oscuras intenciones que le llevaron a merodear alrededor del colegio?, ¿están a salvo sus habitantes?

Ha sufrido mucho y cree que de forma injusta. El convencimiento de que el mundo está contra él, marcará profundamente su carácter, tendente al dramatismo, el rencor y la paranoia. Esta vez, sin embargo, parece que el destino ha querido darle la razón y está pagando duramente las malas intenciones que le llevaron hasta el internado. Lo mejor, a su parecer, es preocuparse sólo por uno mismo y no encariñarse con nadie ni depender de los demás.

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