La 'cocina vaginal' y las primeras lágrimas de Chicote en 'Pesadilla'

Alberto Chicote se enfrentó a uno de los retos más difíciles: ayudar a su amigo Cristóbal. Pesadilla en la cocina, que atrajo a un 11.3% de share y 2.244.000 espectadores, trabajó este 16 de mayo sin descanso para devolver la luz a ‘El Yugo de Castilla', en Boecillo (Valladolid), un restaurante que tuvo un pasado de éxito pero que se echó a perder por la actitud de su dueño.

Tras diversos cambios de carta y local, Cristóbal no estaba contento con los cambios del chef de laSexta. “A mí no me gusta nada. Me parece una mierda pinchada en un palo”. El resto de trabajadores no compartieron la misma opinión. Pero el dueño decidió abandonar: “Id quitando las cosas. Lo siento mucho pero yo mañana no vengo. Ya podéis recoger y nos veremos las caras”. Chicote intentó dar lo mejor e incluso se le escaparon las lágrimas intentado reflotar el negocio.

El dueño aceptó los cambios pero gritó “¡Por fin libre!” tras marcharse el chef

Después de las reformas, ya en el desenlace de la entrega, Cristóbal pidió que le dejaran el restaurante como antes. Chicote defendió su trabajo. Proponía una imagen nueva para atraer a nuevos clientes, idea que no convencía al propietario. Por esa actitud, a Chicote sólo le entraban las ganas de coger las cosas y marcharse. No lo hizo porque era trabajo y porque Cristóbal es un amigo tras años de trato.

Finalmente, Cristóbal recapacitó. Chicote le pidió la oportunidad de abrir con el local nuevo y una oferta gastronómica mejorada. “Déjame abrir un día con la nueva bodega y la nueva carta. Y si no te gusta lo desmonto todo”. Cristóbal aceptó pero, nada más irse Alberto, exclamó: “¡Por fin libre!”.

Cristóbal y su “cocina vaginal”

La entrega dejó frases memorables. El comentario más compartido en Twitter fue aquel en el que Cristóbal hablaba a Alberto Chicote de la “cocina vaginal”. “Es esa que cuando te ponen el plato dices: ”¿¿¿Pero qué coño es esto???“.