Gran Hermano

Las yoyas vuelven a la casa

¿Ha vuelto la pasión ardiente, toda la crudeza de una relación que mantuvo en vilo a media España, el roce de los cuerpos y las situaciones comprometidas ante la cámara? Pues no. Se trata de Ángel y Sabrina, una historia apta para Teletubbies de todos los colores. Y eso que la de Málaga zurró al querubín de Alicante. Todo empezó con una sesión de abrazos inocuos y cuchicheos que a Karola le hubieran costado más de una amonestación en sus tiempos. A eso le siguió el jugueteo al que se unió una palmada en el trasero de Sabrina, coronada por un guantazo de la malagueña al grito de “no me hagas esto más”. Que no haya pánico. Todo es broma, juego. Pero el nerviosismo cundió cuando Ángel gritó “nena no me chupes, me estás chupando”. Y fin de la historia. La vieja amiga censura volvió y los espectadores se quedaron con tres palmos de narices. Durante un momento estuvo ahí. El recuerdo de Carlos con la mano abierta desafiando a Fayna, mientras que la tribu de censores preparaba sus denuncias y provocaba la salida de la casa del “Tete de Hospitalet”. Así que nada mejor que cortar por lo sano. Más vale prevenir que tener que curar con programas de lavado de cara con Mercedes Milá al frente. Prueba no superada ¿Había algún incauto que dentro o fuera de la casa pensara que fueran a superar la prueba? Ni en la página web oficial, órgano representativo del programa, creían que representarían la obra como Dios manda. A buen seguro que Miguel Mihura se revolvió un poco en su tumba al ver cómo estos concursantes destrozaban su obra Ninette y un señor de Murcia. Aunque la verdad sea dicha. No son actores y se lo pasaron la mar de bien haciendo la obra, porque divertirse, se divirtieron un rato sobre las tablas. Pero esta vez no valió aquello de “por los esfuerzos realizados”, argumento que otras veces fue suficiente para superar otras pruebas. La verdad es que no les importó mucho quedarse con la mitad del presupuesto. La despensa está llena de pasta y arroz así que lo mejor que queda es aprovisionarse de vicios. Tabaco, mistela, Martini y algo de alimentación básica. Pan, patatas y mayonesa. Y tras la prueba semanal llega la relajación de todos los martes. Así que la organización ha decidido cambiar un poco las tornas del concurso y ha preparado para hoy la iniciativa El día solidario. En cuanto suene la música se tienen que levantar y les harán entrega de unas carpetas donde podrán encontrar las instrucciones que deberán seguir para colaborar con una organización no gubernamental. Todo esto es voluntario y, si no quieren participar, pueden volver a la cama. Más vídeos y noticias en el especial Gran Hermano elaborado por Latino Televisión.

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