Sobredosis de Antena 3

La culpa es mía. Lo reconozco. Hasta ahora, el máximo tiempo de atención que había prestado a esta cadena se limitaba a apenas 20-25 minutos; lo que viene a durar un episodio repetido de 'Los Simpson'. Yo lo sabía, pero aún así, ayer me arriesgué con una exposición prolongada a sus contenidos. Haciendo zapping, me sedujo con la tentación de descubrir un nuevo reality, 'Mi gran boda gitana', pero llegué tarde. Sólo quedaban unos minutos de programa y casi sin darme cuenta, una cosa llevó a la otra y allí estaba yo, viendo un reportaje sobre drogas, sexo y house en Ibiza. Algo inédito en televisión. Tanto que no pude despegarme de la pantalla. Y así, arriesgando mi propio bienestar, me metí por la pupila una dosis de más dos horas de sensacionalismo y alarmismo.

1- Antena 3 no se arriesga. Conscientes de que España estaría a esas horas pendiente de Aída Nizar, de la presunta amante de Amador Mohedano y de todo el circo montado alrededor de los Jurado-Ortega-Mohedano -los protagonistas del remake estilo 'telecinquero' de 'Dinastía'-, los programadores de la cadena (no diré la triste, porque sus seguidores me acusarían de ser, por lo menos, una sicaria de 'Sálvame') decidieron recuperar para el late-night un reportaje ya emitido hace años sobre la realidad de la fiesta ibicenca. Algo que respondía al ingenioso nombre de 'Sobredosis de fiesta' y que se hacía etiquetar como reportaje de investigación.

Como persona que ha vivido en Ibiza, discrepo de que esto sea la realidad de la fiesta, sino la parte que a todos les interesa contar y vender, amasar como plastilina modelándola a su antojo para convertirla en un compendio de tópicos con un pretendido fin social: alertar a la gente de que Ibiza es el mismísimo infierno. Además, lo hacen chapuceramente, mezclando, por ejemplo, imágenes de las fiestas más salvajes y con contenido sexual explícito con una mítica tamborada en Benirrás, como si todo fuera la misma cosa. Como si cualquier cosa en Ibiza se tuviera que hacer drogado. Obviamente, hay drogas en Ibiza. Y excesos, desparrames, británicos que mueren practicando balconing o alzando el vuelo desde las ventanas del hostal de turno creyendo ser pájaros por los efectos de un mix de litros de absenta, GHB, ácido, éxtasis o cualquiera de las drogas que hayan querido ingerir porque son fáciles de encontrar (como en cualquier lugar de España, por otra parte). Y españolitos ciclados bailando sin camiseta. Y degenere. Sí, hay todo esto. Pero también hay gente que va a una discoteca porque quiere ver pinchar a ese Dj que admira y no necesita ponerse del revés para disfrutarlo; que serán menos que los otros, pero no por eso dejan de existir. Porque Ibiza es un paraíso para los amantes de la electrónica. También hay gente, agarraos los machos, que van allí a disfrutar de sus playas y de sus clubbes, pero con sensatez. Que pueden salir una, dos noches, pero que después duermen. Llevan una vida equilibrada. Comen, van a los restaurantes típicos, prueban el flaó. Se molestan en visitar los sitios bonitos de la isla, en subir a Dalt Vila, en ver la puesta de sol desde Es Vedrà. Van a los mercadillos, decubren los rincones más especiales. Viven Ibiza. De día y de noche, porque eso es posible.

Hay muchos tipos de turismo en la isla, pero sólo éste trasciende y no deja emerger la otra Ibiza. Es ya un concepto trasnochado y manipulado. Sólo retratan el perfil de siempre y no van más allá. No hay contraste alguno. Es lo mismo una y otra vez, como un programa de 'Callejeros'. Y esta clase de reportajes no hace más que degradar la ya de por si dañada imagen de Ibiza, contribuyendo a que no pueda promocionarse otro tipo de turismo, como, contrariamente a lo que pueda pensarse, pretenden las instituciones insulares.

Como periodista, llamar investigación a lo que ayer vi me parece desmesurado y excesivamente generoso. Sólo es una visión parcial, desde el punto de vista de dos supuestos turistas cualesquiera que en realidad eran casi delincuentes profesionales que en sólo 48 horas tienen tiempo de sobra para dedicarse al narcotráfico, ir a la playa, no perderse ni una fiesta y encima organizar raves en su chalet alquilado en mitad del monte. Los típicos turistas, claro. No se aproximaba lo más mínimo a la figura del clubber y sólo trataba este fenómeno de forma sesgada, hablando de las partes que les interesaba: drogas y sexo.

Hay muchas fiestas en Ibiza. Cada día, cada discoteca ofrece un espectáculo distinto. Algunos son verdaderamente artísticos y llevan mucho trabajo detrás (vestuario, decoración, organización, comunicación). Hay músicos, bailarinas, acróbatas, personajes imposibles... Y sí, hay fiestas de contenido erótico, pero son sólo un 10% de la oferta de las discotecas. Pero para Antena 3, cualquier fiesta en Ibiza es sinónimo de espectáculo erótico-festivo y degenerado y el espectador acaba creyendo que los clubbes son escenarios de pelis porno.

2- Por si la idea no había calado, la siguen desarrollando con un 'Arena Mix Ibiza' (también requeterepetido), en el que apenas se ofrecen testimonios de esas personas de las que hablaba antes, esos bichos raros que pasan las vacaciones en Ibiza y después se acuerdan de lo que han hecho. A cambio, tías buenas, bailes en la playa a las 9:00 de la mañana, pasados que van tan pasados que acaban despelotándose delante de la cámara. Por aportar algo positivo, diré que el programa tiene un currazo en la parte de infografía. Muy chulas las ráfagas.

3- Durante la publi, alucino más aún cuando descubro que esto no es lo único que Antena 3 ha recuperado para refrescarnos las noches veraniegas. También sigue insistiendo con su campaña 'Ponle Freno' con la que ya me quedé pasmada en su momento y en la que nada menos que un médico nos recomienda (pero de tapadillo, porque no hay ningún rótulo que anuncie que eso es publicidad flagrante y escandalosa) que para salvar la vida al volante hay que tomar Coca-Cola. Bueno, ellos dicen algo así como “refresco con azúcar que sirva para hidratarte”. Pero tienen la amabilidad de mostrarnos el producto por si no hemos caído en que se referían a ese famoso líquido que es la chispa de la vida. Y por si fuera poco, lo camuflan en una supuesta campaña informativa de prevención.

Después de esta noche, si algo me ha quedado claro sobre Antena 3, es que no dominan la cuestión de los géneros periodísticos. Pero sí están muy puestos en la desinformación y el amarillismo y se repiten más que 'Los Simpson'.

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