Crítica
'Luimelia' pincha su burbuja para hacer el arriesgado viaje de su temporada 4

Carol Rovira y Paula Usero en 'Luimelia'

Gabriel Arias Romero

No era pequeño el reto al que se enfrentaba el equipo de Luimelia en esta cuarta temporada. Triplicar la duración de los capítulos y añadir dos episodios más ha debido suponer, sin lugar a dudas, un auténtico desafío para todos. Pero esto significa que Atresmedia tiene plena confianza en la historia de amor de Luisita y Amelia, cuyo romance sigue ocupando buena parte de la trama al tiempo que la serie se abre a nuevas aventuras y personajes.

Después de tres temporadas mínimas que podían devorarse en poco más de una hora, la comedia romántica que dirige Borja González Santaolalla ha dado el triple salto mortal que venían reclamando los fans, que ya pueden poner nota al examen pues desde este domingo 25 de julio tienen disponibles los nuevos capítulos en Atresplayer Premium. Los dos primeros episodios de la temporada 4 –los únicos que se han facilitado a la prensa– transmiten la impresión general de que Luimelia sale ganando con los cambios.

La brevedad había sido su principal recurso para enganchar al público. Daba igual si acompañabas a Luisita y Amelia desde que sus caminos se cruzaron en Amar es para siempre; los episodios eran tan escuetos que, pese a algunos tropiezos, atrapaban con facilidad y raramente podían considerarse una pérdida de tiempo. Ahora ya no hay necesidad de seguir creando 'microrelatos' de ocho minutos. Luimelia cuenta con un público fiel que en adelante disfrutará de historias más elaboradas y no sólo centradas en la pareja protagonista a la que interpretan Paula Usero y Carol Rovira.

Además de que la serie sigue contando con los carismáticos personajes de Jonás BeramiLucía Martín-Abello y Alba Gutiérrez, se incorporan al elenco de la cuarta temporada Francesco CarrilRoi MéndezAriana MartínezJavier BotetJoaquín ClimentAna LabordetaCarolina RubioClaudia TraisacOndina MaldonadoCristina GallegoCarolina Iglesias y Mariano Venancio, entre otros.

La comedia se hace a un lado... y llega el drama

A lo largo de tres temporadas hemos comprobado la dificultad con la que Luisita y Amelia se han intentado ubicar en el mapa de las emociones. Han necesitado tiempo para entender y aceptar que su relación no es perfecta ni tiene por qué serlo, y que su felicidad depende de pequeños detalles más que de grandes ensoñaciones.

Los nuevos capítulos saltan en el tiempo y viajan hasta un punto en el que la pareja se ha estabilizado. Disfrutan de su mejor momento y eso les ha animado a comprarse un piso. Pudiera parecer que esta vez sí está todo bajo control, pero hay un elemento con el que no contaban: José Antonio (Javier Botet), un joven que irrumpe en su casa el primer día de mudanza. Sus planes se ven trastocados desde ese mismo instante y ya nada será como lo habían imaginado.

Siempre desde el humor, aunque ahora también desde el drama, la serie sigue abordando temas importantes que adquieren más o menos relevancia en la guion. Temas como la homofobia, que no reclama demasiada atención pero al menos está ahí para dejar constancia de que la vida de estas jóvenes risueñas no es (ni fue) tan fácil como parece.

El drama siempre ha tenido cabida en Luimelia pero se ha resuelto de forma satisfactoria. En cambio, la cuarta temporada le concede más protagonismo ante la aparición de nuevos personajes que no siempre llegan para facilitar las cosas.

Pese a los cambios, que suponen un auténtico terremoto para una serie que vivía encapsulada en las aventuras de esta alocada pareja, Luimelia se mantiene fiel a su esencia en esta nueva etapa de maduración. Ágil a la vez que intenta profundizar, divertida, creativa, reflexiva y cercana con el público. El equipo tenía por delante un tremendo desafío y parece haberlo superado con éxito.

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