Crítica (Sin spoilers)

'Feria: la luz más oscura' da la vuelta a los thrillers con toques sobrenaturales que no convencen

Feria: la luz más oscura

Lucía Ortega

“Tienes 17 años, vives en Andalucía en los 90 y un día tu hermana y tú descubrís que vuestros padres han sido acusados de matar a más de veinte personas. Han desaparecido y os han dejado solas ante un pueblo que pide justicia y venganza”. Este era el argumento con el que Carlos Montero, el creador de Élite y Agustín Martínez, artífice de La caza. Monteperdido abrían el apetito sobre su nueva producción Feria: la luz más oscura.

Ambos también adelantaron la otra cara de la moneda de la nueva serie de Netflix y Filmax, por la que al argumento dado se une “una secta, música grunge, unos seres fantásticos, el sol de Andalucía y una mina que parece un laberinto”. Y es en este popurrí de propuestas donde recae verdaderamente el peso de la historia, dejando en segundo plano la jugosa propuesta inicial.

Dada esta pincelada y antes de continuar, cabe aclarar que VerTele ha podido ver solamente los dos primeros capítulos del nuevo thriller de terror. La serie patria, protagonizada por Marta Nieto (Madre), Carla Campra (La otra mirada), Ana Tomeno (La isla mínima) e Isak Férriz (Gigantes) llegó este 28 de enero a la plataforma.

De la ficción dirigida por Jorge Dorado y Carles Trenas completan el reparto Ángela Cremonte (Las chicas del cable), Patricia López Arnaiz (La otra mirada) y Ernest Villegas (La Caza. Monteperdido). Un elenco variado y reconocido que impulsa a adentrarse en la producción televisiva en un primer momento.

Un thriller del revés

El primer punto que cabe destacar de Feria: la luz más oscura es el giro en la parte convencional de la historia: mientras que en muchos thrillers son los padres los que buscan a sus hijos y acarrean con las consecuencias de los actos de los menores, la nueva serie de Netflix muestra en primer plano la desazón de dos hermanas que tienen que afrontar los delitos de sus progenitores.

Ana Tomeno da vida a Eva y Carla Campra encarna a Sofía y ambas aprueban en sus respectivos papeles. Ellas deben enfrentarse al horrible crimen que parece que han cometido sus padres, quienes, antes de desaparecer, han dejado atrás 23 víctimas. Por culpa de ello, luchan por sobrevivir en un pueblo que las odia e intentan descubrir si es que conocían poco a sus padres, o existe algún motivo para que estuvieran implicados en este suceso.

Este giro de tuerca en la historia de suspense es un buen elemento para partir de una base diferente. Por mucho que las jóvenes se vean envueltas en situaciones peligrosas que crean expectación al principio de la historia, los que desaparecen son los padres, después de cometer supuestamente un gran delito que perseguirá a las hermanas.

No obstante, el detalle, del que se podría sacar provecho, acaba relegado en un rincón con los muchos otros acontecimientos que ensombrecen una buena historia con una ejecución a medio camino.

Una mezcla de ambos creadores

La serie está ambientada en un pueblo blanco de la sierra andaluza en mitad de los 90, “donde sus habitantes no son tan ingenuos como aparentan”. Aunque ya se han asentado las series que transcurren en puntos de la geografía española fuera de las grandes ciudades de Madrid y Barcelona, Feria: La luz más oscura merece su reconocimiento por usar un escenario descentralizado ficticio, pero representativo.

Esta elección tiene el sello de Agustín Martínez por sus historias ambientadas en la sierra, concretamente en Huesca (Monteperdido) y en las Islas Baleares (Tramuntana). Gracias a plasmar historias en localizaciones “lejanas”, en esta serie se muestra un pueblo arquetípico de Andalucía sin caer en tópicos.

No solo se percibe la esencia de Martínez en la ficción, también hay rastro de Carlos Montero: el creador aborda con facilidad la realidad adolescente, y recuerda a El desorden que dejas en los trazos más oscuros de esta edad.

Otra débil apuesta de ciencia ficción

Sin embargo, aunque Feria: la luz más oscura tiene buenos puntos a su favor, lo cierto es que pasan desapercibidos cuando irrumpe con una propuesta de magia negra y elementos sobrenaturales, que no acaban de convencer. ¿La razón? La forma en la que está todo ese amasijo de misterios oscuros metidos en la narración.

Los puntos a favor pasan desapercibidos por los elementos sobrenaturales

Al igual que su sinopsis principal, el género de ciencia ficción también modifica de cierta forma al thriller patrio convencional. Si bien desde el primer momento la serie deja claro que todo el misterio recae en algo nada terrenal, lo cierto es que no engancha, ni asusta, ni mucho menos crea la intriga necesaria para seguir el hilo de la historia.

Es esencial potenciar estas claves en el género desde el principio, y más cuando el público no está acostumbrado a consumir este producto en el mercado nacional. La serie mezcla sin mucha lógica todos los elementos sobrenaturales, por lo que no consigue crear tensión, y un thriller sin tensión...

Aunque la ciencia ficción y la magia no es algo con lo que se atreva demasido el producto de aquí, en los últimos años se ha intentado encauzar a algunas de sus producciones por ese sendero, con más o menos éxito. Feria: la luz más oscura puede asemejarse en algunos recursos a Paraíso, en cuanto a que la propuesta sea llamativa, pero el desarrollo de la historia no acompañe.

Sin embargo, en el caso de la serie de Movistar Plus+, la estética era un gran reclamo con el que la producción de Netflix no cuenta, y eso desequilibra aún más la balanza: por muy ensombrecedor que sea el ambiente y la tonalidad del thriller, no acaba de convencer.

Pese a ello, es de agradecer ver a ciertos actores en otros registros. Sin entrar en spoilers, sorprende de manera positiva poder observar a Ángela Cremonte más allá de sus clásicos papeles. Lo mismo ocurre con Patricia López Arnáiz en ciertos momentos. La ciencia ficción permite jugar con lo “sobrenatural” también al actuar, y es gratificante verlo en esta propuesta.

Al final, Feria: la luz más oscura es un “quiero y no puedo”, al menos en los dos primeros capítulos de la ficción. Quizás el problema también viene de las expectativas creadas por la sinopsis, los creadores detrás de la historia y el elenco. Eso sí, los amantes de lo sobrenatural, e incluso los del suspense atípico, pueden ver en la ficción un elemento distintivo del resto de propuestas nacionales que le brinde una oportunidad a este thriller.

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