Crítica

'Nasdrovia' finaliza con una temporada más oscura su sólido viaje en Movistar+

Julián (Hugo Silva) y Edurne (Leonor Watling), en la temporada final de 'Nasdrovia'

Pedro Zárate

Detrás de su humor negro, su violencia y su disparate, Nasdrovia plantea un interesante debate sobre la forma en que afrontamos nuestros propios problemas. Un debate que Paulo Coelho resumiría diciendo que “optimistas y pesimistas morirán de todos modos, pero habrán vivido de manera totalmente distinta”, como figura en una de las miles de frases que circulan junto a su foto en Internet.

La mención al escritor brasileño no es casualidad, pues pone nombre a El hombre que odiaba a Paulo Coelho, el libro de Sergio Sarria en el que se basa la serie de Movistar Plus+. La elección de su frase tampoco, pues la batalla entre el optimismo y el pesimismo que dibuja el autor de El Alquimista está presente desde los primeros compases en la comedia creada por Miguel Esteban, Luismi Pérez y el mencionado Sarria.

La primera temporada, estrenada en el otoño de 2020, nos presentaba a una Edurne (Leonor Watling) ilusionada, confiada y también un poco desesperada por dar un vuelco a su vida en plena crisis de los 40. Era ella, pues, quien tiraba de Julián (Hugo Silva), más reticente al cambio y más dependiente de los tranquilizantes, para afrontar juntos la aventura de abrir un restaurante de comida rusa.

Los protagonistas, rodeados de problemas

La aventura, como ya sabemos, no terminó precisamente bien, y ambos quedaron en manos de la mafia rusa. Esa a la que hora pertenecen y en la que están destinados a “morir de todos modos”, que diría Coelho. Ya sea tratando de escapar de las garras de Boris (Anton Yakovlev) o echando raíces para evitar males mayores.

Edurne, entre optimista e insensata, lucha por lo primero, y Julián, resignado y pesimista, se adapta a lo segundo hasta límites insospechados, remarcando ambos con sus acciones ese debate que ya protagonizaron al inicio de la primera temporada entre echarle valor a la vida o conformarse con lo que hay. Una disyuntiva vital que Nasdrovia pone de relieve dentro de una segunda y última temporada más oscura.

Si el rojo de la sangre y las paredes del restaurante capitaneado por Franky (Luis Bermejo) eran el color predominante de la primera tanda, esta segunda parece bañada de un gris que no solo corresponde a las calles de Moscú donde se ambienta parte de la acción, sino también al ánimo de unos protagonistas rodeados de problemas. No es extraño, de hecho, que esta temporada final haya sido promocionada bajo el lema A veces, con sobrevivir ya vale, pues Edurne, Julián y Boris tienen motivos suficientes para no pensar más allá del día siguiente.

'Nasdrovia', mejor como thriller que como comedia

En el caso del líder de la Tambovskaya, por interpretar erróneamente que tras la cómica muerte de su padre se esconde un plan para acabar con su propia vida. Aunque a decir verdad, razón no le falta, pues pronto se descubre que Boris es el objetivo de dos asesinos a sueldo, los cuales participan de la mezcla de comedia y thriller que ya caracterizó la temporada debut de la serie.

Entonces, Nasdrovia se movió indistintamente entre ambos géneros. Ahora también lo hace, pero resultando más estimulante cuando apuesta por el thriller que cuando se decanta por la comedia. Esto no significa que no haya humor, todo lo contrario.

Los chascarillos de Boris y sus secuaces siguen ahí, al igual que la apuesta por colocar a personajes aparentemente estereotipados en situaciones impredecibles y disparatadas que chocan con ese mismo estereotipo. Las miradas y comentarios de Edurne, que tan presentes estuvieron y tan irregularmente funcionaron durante la primera temporada, apenas tienen peso en esta segunda. Y la trama pandémica, aunque pueda dar pereza en un principio, se salda de manera satisfactoria, siendo Nasdrovia una de las series que más partido ha sabido sacarle a nuestra situación actual.

El problema es que su tipo de humor, tan alejado del chiste puro y duro como el de la primera temporada, no siempre encaja como es debido, siendo en ocasiones más un problema que un acertado complemento a la vertiente thriller, mejor construida en líneas generales, pero tampoco exenta de problemas.

Ahí está, por ejemplo, su precipitado final, que aun así resulta coherente con la propia serie y original dentro de la ficción nacional. Dos ingredientes, la coherencia y la originalidad, con los que Nasdrovia eligió vivir aun sabiendo que, tarde o temprano, iba a “morir de todos modos”. De ahí que pueda irse con la cabeza alta sin arrepentirse de nada.

* La segunda y última temporada de Nasdrovia se estrena al completo en Movistar Plus+ el viernes 25 de febrero.

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