Crítica

'Ojo de Halcón' arranca como un ligero pasatiempo que sabe bien lo que hace

Kate Bishop y Clint Barton, en un episodio de 'Ojo de Halcón'

Pedro Zárate

Ojo de Halcón (Hawkeye) llega este miércoles a Disney+ para completar el primer año de series del Universo Cinematográfico Marvel. Un año que arrancó en enero con Bruja Escarlata y Visión, siguió en marzo con Falcon y el Soldado de Invierno, continuó en junio con Loki y culmina ahora con una serie que, al igual que las anteriores, también pretende dar a sus protagonistas un nuevo lugar en el mundo. La diferencia es el camino que toma para ello.

Tras los acontecimientos narrados en Vengadores: Endgame, Clint Barton (Jeremy Renner) ha aparcado el arco y las fechas para pasar la Navidad con sus hijos. Sin embargo, su apacible vida empieza a torcerse cuando irrumpe en ella Kate Bishop (Hailee Steinfeld), una joven universitaria que siente verdadera admiración por él. Tanta, que siguiendo su ejemplo se ha convertido en una arquera de excelente puntería.

El problema de Kate es que su talento para las flechas ha quedado reservado para las competiciones deportivas y para su facilidad para meterse en líos. Cualidad, esta última, que Barton sufrirá en primera persona al verse involucrado en una guerra callejera que no entraba en sus planes navideños. Una guerra que, para más inri, promete remover viejos fantasmas del pasado.

'Ojo de Halcón' y el entretenimiento por bandera

Apoyada en este punto de partida, Ojo de Halcón se presenta en su arranque como un ligero y eficaz entretenimiento que huye de la trascendencia impostada de propuestas como Falcon y el Soldado de Invierno y Loki para acercarse al sentido lúdico-festivo de Spider-Man, probablemente su mayor referente dentro del UCM.

Al fin y al cabo, Kate Bishop, como Peter Parker, es una joven simpática y torpe que por casualidades de la vida acaba bajo la tutela de un vengador al que idolatra. La diferencia es que el cariño de Peter hacia Tony Stark era recíproco. En cambio, el entusiasmo de Kate choca de lleno con la frialdad de Barton, un hombre cansado de heroicidades que lo único que quiere es pasar las fiestas con sus hijos. Un poco como John McClane, pero sin tanto cinismo.

La introversión del arquero explica por qué es casi un desconocido a pesar de llevar prácticamente una década en el UCM. Una anomalía que Ojo de Halcón no pretende remediar en sus primeros dos episodios. A cambio, la serie propone un interesante acercamiento a la figura del superhéroe y la imagen que éste proyecta entre los ciudadanos de a pie. Una preocupación que ya trató Falcon y el Soldado de Invierno a través del simbolismo del escudo, las dudas de Sam Wilson, el contexto social y la necesidad de contar con un nuevo Capitán América en un mundo tocado tras el chasquido de Thanos.

Ojo de Halcón, haciendo honor a su propuesta, pasa de complicaciones para centrarse en la inspiración que los superhéroes despiertan entre los más pequeños. Una elección más simple y directa que ayuda a sentirnos identificados con Kate Bishop, presentada aquí como un reflejo contemporáneo de aquellos niños de los 70 que soñaban con volar como Superman o esos otros que salían del cine a principios de siglo con la esperanza de trepar muros como el Spider-Man de Tobey Maguire.

En su intento por apelar a nuestro 'yo' del pasado, la serie firmada por Jonathan Igla parece por momentos una actualización superheroica del cine infantil de finales de siglo, con el que comparte claves tan reconocibles como padrastros que no son de fiar, padres que luchan por cumplir la promesas que hicieron a sus hijos antes de Navidad y jóvenes protagonistas que juegan a derrotar a los malos con mucha torpeza, algo de suerte y demasiada inconsciencia por su parte.

Kate Bishop ha llegado para quedarse

Esto no quiere decir, ni mucho menos, que la nueva serie del Universo Cinematográfico Marvel sea un producto infantil. Simplemente estamos ante una propuesta que antepone el entretenimiento, la acción y los misterios de fácil seguimiento a la seriedad y las ganas de trascender, lo que la distancia de apuestas más sesudas y la acerca a ese consenso y claridad de ideas que, por ahora, no han gozado en demasía las otras series del UCM en Disney+.

En definitiva,. y a falta de ver su evolución, Ojo de Halcón se presenta como un producto bien calculado y construido en torno a la extraña pareja que forman Clint Barton y Kate Bishop. Un personaje, este último, que se une a otros como Yelena (Viuda Negra), Katy (Shang-Chi), Monica Rambeau y Agatha Harkness (Bruja Escarlata y Visión) para demostrar que los nuevos personajes femeninos han sido de lo mejor que nos ha dejado Marvel en su irregular 2021.

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