Crítica

Pau Gasol desnuda el complejo final de su carrera en su docuserie

Gasol, en su docuserie 'Lo mejor es el viaje'

Laura García Higueras

Pau Gasol no es sólo uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia de nuestro país, sino también uno de los mejores deportistas. Una leyenda viva que el pasado 5 de octubre anunció su retirada y que este verano se despidió de las chanchas en los Juegos Olímpicos de Tokyo. Eso sí, además de contar con un palmarés elogiable, para ser considerado una leyenda hace falta algo más: carisma, empeño, esfuerzo, talento, competitividad y compañerismo. Cualidades que el catalán reúne con creces. El ala-pívot ha conseguido trascender por la personalidad que ha derrochado tanto dentro como fuera de la pista. Pero no nos olvidemos, Pau es, ante todo, un -fantástico- ser humano. Una persona que ha luchado mucho por llegar a donde ha llegado y cuyo camino no ha sido fácil. En especial, el ocaso de su carrera deportiva.

La trayectoria de los deportistas de élite tiene una fecha de caducidad temprana y aprender a gestionarlo es muy difícil. Amazon Prime Video lo ha dejado patente al acompañar con sus cámaras a Gasol en su recuperación, su día a día en casa, sus entrenamientos, sus reuniones con su equipo de comunicación, sus encuentros con amigos y hasta operaciones. El resultado es una docuserie de cuatro capítulos que cuenta cómo ha vivido los últimos compases de su vida deportiva y que ha titulado Lo importante es el viaje. Un preciado documento que abraza la épica pero sobre todo humanidad; y que arranca con la lesión del exjugador en 2018 por estrés. Desde entonces, dedicó sus jornadas -con innumerables vaivenes- a recuperarse y, como último objetivo, llegar a los Juegos Olímpicos de Tokyo.

Pandemia mediante, la producción enseña al Pau que teme forzar demasiado y correr el peligro de ya no solo no volver a jugar al baloncesto, sino no poder si quiera hacerlo con sus hijos. Al Pau que llora la muerte de su amigo Kobe Bryant en un accidente de helicóptero en enero de 2020. Al Pau que reconoce cómo su pareja, Catherine McDonnell, lo dejó todo para poder acompañarle en su carera, “con una formación a la que yo ni me acerco”. Al Pau frustrado que ve interminable el camino de su recuperación. Al Pau con vértigo por lo que pueda ser de él. Al Pau que duda, se cabrea, recuerda con emoción, se angustia y es consciente de que el final de la carrera de un atleta de élite suele llevar implícita la depresión.

Y esto no quiere decir que Lo mejor del viaje sea un drama manipulador o sensacionalista. Lo que hace es abogar por contar sin adornos una realidad que es complicada, quizás menos 'bonita' de ver, pero igualmente veraz. Los deportistas retirados siguen siendo personas cuando dejan de vestir equipaciones. Y ya que en los últimos meses se está convirtiendo cada vez en algo más frecuente escuchar a figuras públicas hablar sobre salud mental y su asistencia a terapia; es valioso comprobar cómo un campeón del mundo y tres veces de Europa, ganador de dos anillos de la NBA, dos medallas de plata y una de bronce en los Juegos Olímpicos, no tiene la vida -mental y emocional- resuelta, como ninguno de seres con los que convive sobre la faz de la Tierra.

También hay épica fuera de las canchas

La docuserie se divide en cuatro entregas que siguen una línea temporal desde su lesión en 2018, y que se combina con sucesivos viajes en el tiempo que permiten conocer al Pau más allá de los logros. Además, cuenta con valiosos testimonios, empezando por su familia. “No sabíamos ni dónde estaba Atlanta”, reconoce su -roba planos- madre Marisa al rememorar lo que sintieron cuando Gasol fue elegido por los Atlanta Hawks en el tercer puesto del draft en 2001. Su pareja, el también exbaloncestista Raül López que le ayudó durante toda el proceso de recuperación, periodistas especializados, compañeros como Juan Carlos Navarro o Lamar Odom, entrenadores, médicos, fisioterapias y demás compañeros de 'viaje' se reúnen en la producción para compartir sus experiencias junto a Gasol.

Como ya analizamos a propósito de la docuserie sobre Michael Jordan The Last Dance, la épica del deporte se ha convertido en una mina televisiva. Con el título que aquí nos ocupa, convendría añadir el concepto humanidad. Porque sin duda, está quedando más que claro que la vida en la pequeña pantalla de los atletas va mucho más allá de las retransmisiones de sus competiciones. Y que es precisamente al alejarse de éstas donde se consiguen momentos especialmente emotivos. Entre ellos, la reunión de Pau con el que fuera su entrenador en Los Angeles Lakers, Phil Jackson. Gasol viajó allí después del accidente de Kobe Bryant, sobre el que revela que fue “lo más parecido a un hermano mayor que he tenido” y que en su etapa como compañeros de equipo hablaban en castellano para que sus rivales no se enteraran de lo que decían.

En su visita al que fuera su 'coach' cuando ganó dos de las tres finales seguidas de la NBA que disputó, le aconseja: “Si tuvieras la oportunidad de ganar los Juegos Olímpicos, que la tienes, ese sería el objetivo que trataría de alcanzar”. Su pupilo le hizo caso y, pese a que las olimpiadas se acabaran posponiendo al verano de 2021, acabó por conseguirlo. Otro 'tesoro' que regala esta charla es revelar que Jackson repartía libros personalizados a sus jugadores para que se 'entretuvieran' en los viajes. Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway, fue el primer ejemplar que entregó a Pau.

Las bambalinas de la vida de Gasol

El ser humano es curioso por naturaleza. Por ello, conocer qué ocurre tras las cámaras, detrás de los escenarios, en las salas de ensayo, en los vestuarios o en los trayectos se convierten inmediatamente en hallazgos que generan gran interés. En el caso de Lo importante es el viaje, llama la atención descubrir la envergadura del equipo de comunicación que acompaña al exjugador. Su directora Laia Gilibets explica en primera persona cómo es su trabajo y la labor que hacen. De hecho, las cámaras de Amazon Prime Video entran en algunas de las reuniones que organizaron para “gestionar el retiro” de Gasol.

Esto demuestra que realmente han pasado años planeando el futuro de Pau más allá de las canchas. “Era importante poner iniciativas en marcha para cuando ya no estuviera jugando”, expone. De ahí a la gran apuesta por la Gasol Foundation, cuya misión es acabar con la obesidad infantil, su candidatura -y posterior elección- como miembro del COI (Comité Olímpico Internacional) y otros proyectos.

Realmente el único 'pero' del documental no tiene que ver con su propia producción, sino con el que al final terminó siendo el último partido del catalán: la derrota contra Estados Unidos en los cuartos de final de los Juegos, que dejó a la selección fuera del medallero. Un encuentro que supuso un final de ciclo, tanto por el posterior anuncio de la retirada de la selección de Pau y de su hermano Marc, como de otras figuras como Sergio Rodríguez -que ya lo ha comunicado- y otros en duda como Rudy Fernández. Da rabia porque una generación que nos ha hecho disfrutar y soñar tanto, merecía un adiós por todo lo alto y bañado en oro. Tras comprobar en la docuserie lo muchísimo que le costó a Pau, duele aún más. Pero eso sí, quedó demostrado que el deporte es así de caprichoso y que por eso, como el mismo título de la docuserie ha querido remarcar, “lo importante es el viaje”. Y vaya viaje.

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