Crítica

'Si lo hubiera sabido', una propuesta matrimonial inconsistente que hace difícil casarse con Netflix

Megan Montaner en 'Si lo hubiera sabido'

Javier Atienza

Tras ser cancelada en Turquía por tener personajes gays, Netflix ha hecho posible que la serie Si lo hubiera sabido vea la luz como una producción española que ha contado con el trabajo de la guionista original, Ece Yörenç. Estrenada este viernes 28 de octubre, este relato con un punto de partida fantástico cuenta con Megan Montaner y Miquel Fernández como principales protagonistas de la historia.

Esta nos presenta a Emma a través de una escena inicial donde percibimos el cansancio de la rutina del matrimonio. Harta de la cotidianeidad, Emma piensa que ha malgastado su vida junto a Nando, por lo que una noche de luna de sangre decide pedir un deseo, volver al día en el que este le pidió matrimonio para poder rechazarlo. Lejos de todas las expectativas, este se cumple, y Emma vuelve diez años atrás en el tiempo, pero muy a su pesar, ha dejado lo más importante para ella en el camino: sus hijos.

Las bases del relato

La serie se compone de 8 episodios que sorprenden con una duración de apenas media hora en su mayoría. La ficción se asienta en el género fantástico para ofrecer a los espectadores una historia cómica donde el drama del conflicto acaba subyaciendo. Sin embargo, a pesar de la fantasía del relato, ciertos aspectos de la serie no terminan por casar con el pacto audiovisual que esta ofrece. Y este es uno de los principales errores de la ficción, ya que el gran objetivo de Emma es volver a 'conquistar' a Nando para poder recuperar sus hijos tras negarle la propuesta de matrimonio en su segunda oportunidad.

Desde el punto de vista más racional, esto se percibe como algo realmente complicado en el ámbito biológico y estadístico, por lo que si como espectador eres incapaz de dejarlo pasar, la serie va a ir arrastrando el problema durante toda la temporada. Asimismo, el error evoluciona y va a peor cuando Emma piensa que puede recuperar a sus hijos aunque Nando acabe con otra persona.

Estas son algunas de las licencias que se toma la serie, y que por muy fantástica que esta sea, la racionalidad acaba imponiéndose, lo que acaba afectando a la veracidad del producto. A lo que se le suma un personaje protagonista que tarda demasiado en aceptar las nuevas reglas de su situación, dando lugar a innumerables absurdas situaciones que llegan a ser difícilmente digeribles para el espectador. No obstante, a favor del relato, esos actos tienen consecuencias racionales, por lo que acaba otorgando algo de orden a esta alocada aventura.

Una gran variedad de temas, pero con escaso estudio

Si lo hubiera sabido trata de poner sobre la mesa numerosos temas, como la importancia de la realización personal, el matrimonio como una atadura, la idea del fracaso, la maternidad o la dificultad de decir 'ya no te quiero'. Sin embargo, la ficción actúa como una peonza giratoria fuera de control, tratando de tocar todos los palos posibles a ver si hay suerte y suena la flauta, dando lugar a su principal problema: el escaso estudio de sus personajes y tramas.

Muchos de los personajes se encuentran encarcelados en sus propias acciones, sintiéndose como meros títeres de una función que en ningún momento se ha tomado con seriedad sus planteamientos y que acaba sintiéndose desbordada, lo que la dirige a un desenlace poco cuidado y catastrófico para todo su conjunto. De la serie solo se puede esperar un entretenimiento básico y ligero, y solo si como espectador eres capaz de aceptar las muchas licencias que se toma la historia para construir sus bases.

Al menos, en el aspecto interpretativo, Megan Montaner y Miquel Fernández se complementan a la perfección. Sobre todo, destaca Montaner al ofrecer una interpretación fresca, simpática y de lo más carismática a la hora de dar sentido a algunas irregularidades que le vienen dadas a su personaje por el guion de base. En el resto del reparto se perciben numerosas buenas intenciones, y para nada un mal trabajo, pero no terminan de cuajar ni de ofrecer algo de valor al relato, en parte por los clichés en los que desembocan.

Con relación a los aspectos más técnicos, la dirección apenas destaca, ya que ofrece un ejercicio que se percibe inerte a la hora de intentar plasmar cierta visión propia al relato. A ello se le suma un montaje que en ocasiones es torpe, y el esquema narrativo con tantos flashbacks a veces se siente innecesario, dejando ver la incapacidad del relato para narrar y sugerir. Un recurso que acaba siendo demasiado recurrente y, a veces, poco complementario.

A modo de conclusión, Si lo hubiera sabido, a pesar de su pizca de originalidad, acaba siendo un producto poco eficaz a la hora de lograr sus objetivos, aunque seguro que algún espectador es capaz de entretenerse si decide aceptar sus errores. Sin embargo, no se debería esperar algo muy trascendental, innovador dentro del género, o memorable. Más bien una historia con la que reírse y desesperarse a partes iguales.

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