Crítica
'Somewhere boy', una serie exquisita tan breve como intensa para renacer con Danny

Danny (interpretado por el actor Lewis Gribben) en una escena de 'Somewhere boy'

Gabriel Arias Romero

Imagina haber pasado toda tu vida encerrado en una casa en mitad del monte porque tu padre, la única persona con la que vives, dice protegerte de los monstruos que existen en el mundo exterior. Imagina que acabas de cumplir la mayoría de edad y él muere. E imagina que caes en brazos de tu tía, abandonas el campo y poco a poco vas descubriendo que nada es como te lo habían contado. Si eres capaz de asumir esta gran mentira te harás una idea de cómo se siente el protagonista de Somewhere boy cuando sale de aquel refugio que era en realidad una cárcel.

Esto que has leído no es un spoiler como la copa de un pino; es el punto de partida de la brillante serie que acaba de llegar a Filmin procedente del Reino Unido, donde se estrenó en 2022 bajo el paraguas de Channel 4.

Somewhere boy es un exquisito regalo que te hará reír y llorar con la sorprendente historia de Danny, ese chaval que con 18 años recién cumplidos se enfrenta al mundo por primera vez. La serie escrita y creada por Pete Jackson nos permite acompañarle en un viaje lleno de estímulos que nos hace replantearnos los hechos más cotidianos de nuestro día a día.

Como si hubiera pasado toda su corta vida en otra galaxia, Danny se incorpora a la sociedad con la pureza del recién nacido y un batiburrillo de sentimientos difíciles de encajar. Por un lado, el vacío existencial que le provoca la muerte de su padre; por otro, la desconcertante sensación de haber sido engañado por quien decía protegerle. Y muchas dudas vitales que se van resolviendo con las duras bofetadas del extraño ecosistema que hasta entonces no existía para él.

El habilidoso guion de Pete Jackson y la magnífica actuación del protagonista de la serie, el joven actor escocés Lewis Gribben, nos hacen partícipes del oscuro drama que vive Danny. Es difícil no empatizar con el chaval, sufrir con él cuando se aferra traumatizado al pasado, y disfrutar de los sorprendentes descubrimientos a los que asiste sin pestañear.

La puesta en escena minimalista de Somewhere boy recuerda a otras series del catálogo de Filmin que abordan temas difíciles desde la sencillez, como Upright, In my skin y Back to life, todas ellas trazadas con la misma delicadeza y bajo la máxima de que la historia siempre está por encima del formato.

Un formato que, en el caso que nos concierne, se ha trabajado meticulosamente para no desviar el foco ni adulterar el resultado con melodramas innecesarios.

La serie se compone de una sola temporada (no consta que haya planes de continuar la historia) con ocho capítulos de 20 minutos de duración. A priori es tiempo insuficiente para tratar un guion con tantas aristas, pero el elaborado planteamiento de Somewhere boy no sólo nos permite indagar en la vida de Danny tanto como sea necesario, sino que también podemos acercarnos con precisión a su familia, interpretada magistralmente por Samuel Bottomley (su primo), Lisa McGrillis (su tía) y Rory Keenan (su padre).

Son muchas historias las que confluyen aquí, pero este drama británico tan tierno como oscuro las ha sabido combinar para regalarnos una estupenda aventura llena de momentos fascinantes. Es posible que después de haber visto el primer capítulo quieras acabarla de una tacada, pero no deberías hacerlo. Somewhere boy se deja disfrutar, pero tiene mucho sobre lo que reflexionar y dejará huella en ti poco a poco.

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