Crítica
'The flight attendant' hace volar a Kaley Cuoco en su temporada 2, que sigue un rumbo incomprensible

Kaley Cuoco en la temporada 2 de 'The flight Attendant'

Lucía Ortega

Hay veces, cada vez de forma más frecuente, en las que una serie se desvía tanto de su argumento principal según va teniendo más temporadas que acaba convirtiéndose en un sinsentido. Y pese a perder el hilo argumental inicial, continúan sacando entregas en las que quedan lejanas aquellas historias que interesaron a los espectadores en su debut.

A este fenómeno podrían apuntarse series como You, Élite, Por trece razones, The Walking Dead o Prison Break, las cuales se desviaron tanto de su idea inaugural que cada una de las temporadas que las forman podrían casi funcionar como una ficción independiente. Y en el caso de The flight attendant, si no entra en esta lista, al menos se encuentra en ese límite, con la diferencia de que no es precisamente peor la línea que sigue su segunda temporada, sino que roza lo incomprensible.

HBO Max ha estrenado este viernes 22 de abril la segunda temporada de la ficción, que nos vuelve a encontrar con Cassie, el personaje encarnado por Kaley Cuoco. Esta vez, se ha alejado de los conflictos que la perseguían en la primera entrega, y parece que se ha convertido en una persona responsable que ha dejado el alcohol y que controla su vida. Sin embargo, el trabajar en sus ratos libres como una agente de la CIA vuelve a poner su vida patas arriba, o esa es la excusa que presenta la protagonista.

La serie comienza con la misión internacional de la asistente de vuelo, quien viaja al extranjero en una de sus misiones y acaba presenciando un asesinato y unas situaciones demenciales que la vuelven a hacer partícipe de un homicidio dentro de una red criminal. Y aunque esto podría captar la esencia de la serie que conocimos en la primera temporada, este argumento se entremezcla tanto con otros que pierde la relevancia.

Así lo ha podido comprobar verTele, que ha tenido acceso a seis capítulos de los ocho que forman esta segunda temporada. Aunque tampoco el argumento fue precisamente el punto fuerte de su entrega debut, en este caso lleva ese concepto de deshilachamiento a su límite. Y aún así, la serie es puro entretenimiento, y hay veces que no se necesita nada más.

Se mantienen los puntos fuertes

Ese recorrido de un lado a otro del planeta, esos recursos visuales tan bien manejados, y esa música que ha conseguido crear una identidad en la ficción de HBO Max continúan siendo pilares indestructibles en la producción. Al igual que ese doble universo personal de la protagonista, que personifica con su propia imagen cada una de sus caras.

La estética de la aerolínea se suma como un plus a una serie con un constante cambio de escenario de ensueño. En este caso, el espectador ve en todo su esplendor el frío país de Islandia, que contrasta a la perfección con Los Ángeles.

Y sobre todos estos aspectos positivos destaca la brillante actuación de Kaley Cuoco. Si ya la primera temporada demostró que la carrera de la actriz iba a ser prometedora tras su larga participación en The big bang theory, lo cierto es que en esta segunda entrega mejora aún más su actuación.

Los papeles de comedia y de drama que intercala en su personaje le permiten lucirse en cada uno de estos registros, al igual que sus múltiples 'yos' en su subconsciente. Pero sobre todo, ese empeño por intentar tomar buenas decisiones y encontrar una identidad propia ponen la guinda final al trabajo de 10 de la actriz.

La cuerda floja del argumento

Aunque la actriz es probablemente una de las razones por ver la segunda parte de esta dinámica serie, The Flight Attendant flojea en su argumento. Si el crimen que la inculpaba era curioso en la primera entrega, otro caso “similar” en la segunda queda deslucido por el resto de historias paralelas.

Aunque comparte con su predecesora ese inicio, el propio elenco y la evolución de la azafata, lo demás responde a una mezcla torpe entre Mom y Killing Eve: de la sitcom saca la visibilidad del alcoholismo y el humor, pese a los infortunios que se viven al querer mantener la sobriedad. A la ficción de Sandra Oh y Jodie Comer se asimila por todo ese tema de espías y viajes. Y en cuanto a lo de torpe, porque volar entre esos dos conceptos no le permite aterrizar en ninguno.

Y es que las subtramas van por su cuenta. El elenco femenino cobra fuerza, tanta que tienen sus propios desarrollos personales y argumentales, lo que provoca confusión respecto a la historia principal. Está muy bien potenciar esos personajes, pero siempre y cuando estén relacionados directamente con la trama más importante. Y en este caso, la introspección se va por las nubes, y no precisamente en un vuelo de la serie.

La temporada 2 de 'The flight Attendant' responde a una mezcla torpe entre 'Mom' y 'Killing eve'

¿Es verdaderamente un thriller?

The flight Attendant presenta una historia de un asesinato sin conocer al responsable, y aunque tradicionalmente esto se cataloga de thriller, lo cierto es que en la ficción de HBO Max predominan tanto la comedia y lo absurdo que esta etiqueta no la representa. Además, sin entrar en spoilers, hay también escenas tan dramáticas que trasladan a otra serie. Un batiburrillo que deja más en evidencia que son varias series en una.

Como explicábamos, la segunda temporada de la serie de Cuoco solo se justifica desde el mero entretenimiento. Por supuesto, no es necesariamente algo negativo. De hecho series como esta, de ritmo dinámico y de giros que rozan lo incomprensible, son necesarias para apaciguar de vez en cuando la intensidad de otras producciones.

Además, el divertimiento no cae en la banalización de los temas. Por ejemplo, se trata a la perfección el proceso de una persona que sufre alcoholismo, desarrollando la frustración porque hacer lo correcto no acaba dando sus frutos, la decisión de redimirse y las consecuencias de equivocarse.

Sin embargo, la ficción podría haber acabado perfectamente con su primera entrega, la cual estaba basada en la novela de Chris Bohjalian. Además, el reclamo de Sharon Stone para esta temporada se queda corto en los primeros seis capítulos. Habrá que esperar para ver si se aprovecha más.

Todo lo que ocurre en esta tanda de capítulos es pura invención respecto a la historia en la que se basa, y la creatividad no siempre es la mejor solución. La continuación de The flight Attendant es resultado de esa fiebre por alargar un formato que no fue mal, incidiendo en que este caso estaba pensada para quedarse en miniserie. Padece ese síntoma tan expandido provocado por priorizar los beneficios económicos al resultado creativo.

Eso sí, funciona como escenario para que Kaley Cuoco se luzca. Así que, si esta nueva temporada le sirve para embarcarse en otros proyectos, quedan más que justificados los viajes sin terminar o aquellos con un rumbo desconocido dentro del mundo de Cassie.

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