Crítica
'This England', la ficción que no supera a la realidad con el excéntrico Boris Johnson y su gestión de la pandemia

Kenneth Branagh interpreta a Boris Johnson en 'This England'

Gabriel Arias Romero

Revivir los peores momentos de la pandemia de coronavirus no es fácil. Sabemos que no es ficción lo que nos cuentan las series y películas que ya han recreado aquellos meses de angustia e incertidumbre en los que el mundo entero se detuvo para gestionar la mayor crisis sanitaria de nuestra época. Muchas personas aún no habrán superado el trauma de lo que se vivió entonces: si es tu caso, no conviene que veas This England.

Esta serie británica coescrita y dirigida por Michael Winterbottom llega a Movistar Plus+ este 31 de octubre, poco tiempo después de estrenarse en Reino Unido a través de Sky, la plataforma que ha querido contar cómo se vivió en el Gobierno de Boris Johnson la primera ola de la pandemia.

En seis capítulos de 50 minutos en los que Kenneth Branagh encarna al primer ministro, This England establece un relato cronológico de lo que ocurrió en los primeros meses de 2020, para lo que adopta un tono documental con el que gana dramatismo y credibilidad. Da igual que sepamos cómo acaba la historia; la secuencia creada por Winterbottom es agónica, es una cuenta atrás que nos coloca de nuevo al borde del precipicio.

El cineasta británico, experimentado en el arte documental –suyo es La doctrina del shock–, muestra en toda su crudeza la tragedia que se vivió en residencias y hospitales. El drama está presente de principio a fin, por lo que se hace necesario advertir que This England es una serie muy dura, quizá inapropiada para quienes estén cuidando su salud mental.

Decir que resulta excesivamente dramática es una falta de respeto porque sabemos que así ocurrieron las cosas. De hecho, el dolor nos ayuda a mantener el espíritu crítico, a cuestionar la gestión del Gobierno británico, encabezado por un primer ministro al que se representa aquí como él mismo quiso mostrarse ante la opinión pública.

La interpretación de Kenneth Branagh como principal reclamo

La actuación de Branagh es brillante. Ha logrado su objetivo de parecerse a Boris Johnson por dentro y por fuera, aunque las prótesis faciales juegan en su contra, son excesivas y rompen la magia de una caracterización casi perfecta.

Pero sí, el conocidísimo actor de Irlanda del Norte ha sabido copiar la voz del premier, sus gestos, su torpeza dialéctica y sus llamativos andares. Lo ha hecho sin caer en lo grotesco, fijándose en el comportamiento excéntrico de un político que impulsó el Brexit tanto como pudo. Es tan fina la representación del excesivo Johnson, que la pregunta parece inevitable: ¿cómo pudo semejante personaje convertirse en el hombre más poderoso del Reino Unido?

This England evita hacer sangre. Aunque el Gobierno británico reaccionó tarde y mal cuando otros países ya advertían de la gravedad de la situación, la serie no emite sentencia alguna sobre la gestión política de Johnson, que transmite la impresión de ser un imprudente bienintencionado.

En su gabinete había personajes con peores ideas, asesores de la escuela de Maquiavelo que influyeron más de lo debido en las decisiones del primer ministro. La serie, mientras disecciona la ineficiente gestión de Downing Street, muestra las imágenes del drama que se vivió en los centros hospitalarios, y quizá sea esta la mejor manera de juzgar sin tomar partido. Al fin y al cabo, así fue como ocurrieron las cosas.

El thriller político pasa a un segundo plano

Por otra parte, resulta llamativo que el director no haya querido hace más hincapié en los escándalos de la política británica. Se queda coja la serie al no incluir las fiestas privadas en las que participaron los miembros del Gobierno, entre ellos el propio Johnson, mientras el resto del país estaba confinado y vivía con estrictas medidas de seguridad que no se respetaron en esas celebraciones secretas que acabaron en las portadas de todos los periódicos.

El relato habría ganado ritmo y acción con esos polémicos episodios, en cambio, se ha preferido acotar la historia a los primeros meses de pandemia con un tono más aséptico y una visión documental que huyen del puro sensacionalismo con el que está aderezada la política inglesa.

Winterbottotom ya tenía la serie terminada cuando estalló el Party Gate. Podía haber hecho algunas modificaciones para mencionar este asunto decisivo, sin embargo, prefirió no hacerlo. Acorralado por su vergonzante comportamiento durante la pandemia y la crisis económica fruto del Brexit y la guerra de Ucrania, Boris Johnson dimitió el pasado mes de julio al quedarse sin apoyos dentro del partido conservador.

Tampoco se muestra en This England la vertiginosa caída del primer ministro, así que los mejores momentos del thriller político que se vivió en el número 10 de Downing Street tendrán que ser representados –si alguien se lo propone– en alguna otra producción. Hay material de sobra.

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