Entrevista

Alberto Ammann: “Me lo he pasado muy bien haciendo de hombres siniestros, pero ya no quiero más narcos”

Alberto Ammann en 'La noche más larga'

Acaba de caer La noche más larga y, tras ella, aún son cinco proyectos los que tiene pendientes de estreno Alberto Ammann (Córdoba, Argentina, 1978). Entre otros, una nueva ficción televisiva para Netflix, Griselda, junto a una Sofía Vergara que encarna a “La Reina de la Cocaína” colombiana de igual nombre; y Overdose, un polar francés dirigido por Oliviera Marchal (MR 73, Asuntos pendientes) donde el argentino también se infiltra en mundos de criminalidad. “Me lo he pasado muy bien haciendo de hombres siniestros pero ya no quiero más narcos”, dice a verTele el intérprete, que alcanzó la notoriedad internacional gracias a su rol de Pancho Herrera en Narcos, y ahora trata de huir del encasillamiento, o al menos afrontarlo con inteligencia.

A ese efecto, se atrinchera en la prisión diseñada por Víctor Sierra y Xosé Morais para fomentar también el encierro veraniego de la audiencia de Netflix ante la pantalla, cambiando plenamente de registro. Lo hace también, estableciendo nexos con el que fue su escaparate hace ya 13 años, la Celda 211 de Daniel Monzón. “Me hizo ilusión cuando me plantearon la conexión porque me trajo muchos recuerdos de una bellísima época”, reconoce el actor, que ahora se encuentra recogiendo los frutos de un periodo de alta actividad que comenzó durante 2020, y que le ha llevado a encadenar proyectos por todo el mundo.

“Esta profesión es así. Hay periodos de mucho trabajo y muchas ofertas, y otros momentos en que no te llama nadie”, reflexiona el artista, que por de pronto quiere hacer hueco en su apretada agenda a una segunda temporada de este thriller de acción que trata de separar de la realidad. “No es una serie que vaya sobre los problemas mentales de la gente, es un ingrediente más que hay”, expone Ammann, que deja claro: “Para informarse lo mejor son los documentales”.

'La noche más larga' no solo sucede en una cárcel, sino que está poblada por presos con problemas psiquiátricos. ¿Qué le aportaba eso a la historia?

Los problemas psiquiátricos a mí siempre me llaman muchísimo la atención y me generan muchísimo interés descubrir qué es lo que le pasa por la cabeza de la gente. El ingrediente que aporta que sea una prisión neuro-psiquiátrica es que es es algo desconocido para mucha gente. Son personajes muy interesantes y están interpretados por actores de grandísimo nivel. Esto es también un ingrediente muy interesante.

La serie muestra que hay un estigma hacia las personas en esta situación, y eso se traslada a tu personaje, Hugo, a través de su familia. ¿Siguen estando excluidas?

Sí, absolutamente. De hecho, en la familia de Hugo también hay un problema, del que en esta temporada no se habla mucho, pero tiene que ver con un familiar cercano y tiene que ver con problemas psicológicos y sociales que van quedando en su vida. Por supuesto, los pacientes que están dentro de la prisión son personas en su mayoría que han cometido delitos de sangre, y este es otro ingrediente más que abre un poco el universo.

¿Significa eso que hay otra en marcha? ¿Es algo lo que comentas que se tratará?

No, en cuanto al tema del divorcio hay un elemento del que no se habla en esta temporada, pero no sé si se hablará en una siguiente. Es parte del universo que hemos creado. Hay un pequeño indicio que tiene que ver con la relación de Hugo con su exmujer, una llamada cuando va en coche rumbo a la prisión. Es un asunto referente a la pregunta de quién es mejor padre o quién es mejor madre.

La realidad, que es por ejemplo lo que pasa con la atención al suicidio en España, con los problemas mentales y la depresión, la separaría totalmente de una serie como esta, que es un thriller de acción

Alberto Ammann

'La noche más larga' es otro ejemplo de que los problemas de salud mental se van incorporando a la ficción. ¿Piensas que ha cambiado la forma de abordarlo?

Habría que separar ahí La noche más larga, que es una ficción, un thriller de acción, y los elementos de la trama están al servicio del género. No es una serie que vaya sobre los problemas mentales de la gente, es un ingrediente más que hay, no es el asunto.

La manera de abordarlo en ficción sigue siendo más o menos similar. Ahora hay más conocimiento, desde los guionistas, que al final son los que escriben, y desde los productores. Eso es porque hay más audiovisual para ver y porque es un tema que por fin se empieza a tratar. Pero la realidad, que es por ejemplo lo que pasa con la atención al suicidio en España, con los problemas mentales y la depresión, la separaría totalmente de una serie como esta, que es un thriller de acción. Es importante hacer esto. Para informarse lo mejor son los documentales.

Otro componente importante es la ubicación en Nochebuena. ¿Qué aportaba las fechas navideñas a una ficción así? ¿Y cómo ves que se estrene, con todo, en verano?

Bueno, Netflix está en 192 países, y aquí no, pero del otro lado están en invierno. Hay todo un hemisferio donde están en otra estación. Creo que Netflix decide estrenar su contenido con mucha más información de la que podemos tener tú y yo [risas].

El hecho de que sea en Nochebuena justamente habla de eso. Ahí hay un ingrediente que tiene que ver con este día en el que la gente espera lo mejor, plantea sus deseos y esperanzas, y surge un hecho dramático bastante grande.

Además, en este caso, todos los personajes se enfrentan en una situación límite. ¿Se puede estar preparado para algo así?

Creo que no [risas] Yo haría lo que pudiera, posiblemente mucho de lo haría sería basado en las películas y juegos que he hecho, hablando de trabajo, que siempre tiene ese ingrediente de volver a jugar. Ya no como cuando uno era niño, sí con ese espíritu pero con mucha más profesionalidad y técnica. La interpretación tiene mucho que ver de volver a jugar y crear universos que no existen, o imaginar condiciones características que en realidad no existen. Tratas de crear esta ilusión para que el espectador pueda hacer este viaje. No hay más que eso.

Por ejemplo, con respecto a los pacientes, estos están en un día de festejo, decorando el espacio y poniendo las guirnaldas, en la misma tónica que está todo el mundo en cuanto a proyectar deseos. La que cae ahí es un contraste brutal que rompe todo eso.

En la serie el asalto se orquesta por parte de un grupo de empresarios con mucho poder más allá del propio universo de la cárcel. ¿Hay con ello parte de crítica social dentro de la serie?

No creo que haya una intención de crítica social. El espectador puede atar los cabos que quiera y llegar a su conclusión. Pero hay un asunto que tiene que ver con el poder claramente. En este tono casi de tragedia griega hay un personaje que tiene que afrontar su destino, y en general todos tienen un sino, porque es una serie muy coral. Es una serie donde el peso está muy repartido entre todos los actores y actrices, para contar también las historias de todos los pacientes. Me parece a nivel dramático súper interesante porque abre el abanico y permite al espectador tener muchas visiones y dar un contexto más claro sobre quién es cada uno.

En cuanto a la crítica, está en la manera de guiarse de cada espectador. Yo siempre hago mi propia crítica a partir de lo que veo. Hay muchos elementos que son día de hoy. El poder, la conexión con el crimen... Hay asuntos que son oscuros pero que pueden hacer referencia con ellos a la vida y el mundo que nos toca vivir. No es una prisión de extraterrestres.

De hecho, 'La noche más larga' permite volverte a ver en un sitio reconocible, porque fue en una cárcel, la de 'Celda 211', donde te diste a conocer para el gran público. ¿Has establecido alguna conexión entre ambos proyectos, o es un tipo de género este que te guste especialmente?

Fíjate, no hice la conexión hasta que alguien, cuando me ofreció el proyecto, me lo dijo. Hay mucha diferencia entre ambas, sí hay algunos puntos en común entre los personajes, pero he intentado llevar la interpretación a otro tipo de carácter y de energía. Es otro personaje... Además de que han pasado ya varios años, y ya me costó bastante más dormirme por el suelo [risas]. Eso también ha marcado una diferencia interna grande, pero sí me hizo ilusión cuando me plantearon la conexión porque me trajo muchos recuerdos de una bellísima época. Fui a hacer una prueba con Luis Tosar y yo no me lo creía. Estar luego con él y desarrollar una amistad que sigue hasta el día de hoy me alegra la vida y el corazón, igual que con Carlos Bardem, con Luis Zahera o Marta Etura. Grandes amigos.

¿Cómo es la representación de la paternidad a través de tu personaje? Sobre todo por la actitud heroica queriendo salvar a sus hijos. ¿Cómo has trabajado esta parte del personaje y qué te interesaba de ella?

Todo el personaje está construido a partir de lo que está guion. No cuestioné muchas cosas. Lo que me parecía interesante es que el carácter ya escrito está bastante claro en cuanto a la toma de decisiones que hace, cómo dice las cosas... Hay algo que sabía, al respecto de por dónde construir el carácter. Luego los matices y la forma se la di yo, pero los procesos internos en la toma de decisiones en una situación tan extrema se resuelven por tener un carácter completamente intuitivo y que lucha por su supervivencia. Si fuera otro personaje podría ponerse a llorar en una esquina, o pegarse un tiro. Pero esto estaba en el guion, está escrito este tipo que toma ese tipo de decisiones y a mí me parecía interesante ese perfil psicológico: cómo piensa, cómo toma decisiones y desde dónde las tomas... Y ese es el trabajo que a mí me gusta hacer.

Volviendo al pasado, este personaje de Hugo contrasta con el de Pancho Herrera en 'Narcos'. A la hora de decidir qué personajes encarnar, ¿tienes predilección por un perfil más negativo, por los malos, o por los buenos más puros?

Me han ofrecido malos a partir de ver Narcos, que abre con Pancho Herrera un abanico de personajes que yo no había hecho en mi vida. Eso salió bien y me trajo más ofertas de trabajo pero todas en la misma línea: productos en los que todos son narcos... Te empiezan a ofrecer siempre lo mismo. También hay que saber elegir y considerar siempre las posibilidades es sumamente importante. Yo he trabajado con Olivier Marchal, un gran director francés que además fue policía hace muchos años y que filmes policiales, muy buenos y muy duros, y eso tiene que ver con que conoce el universo, con haber sido policía. Y ahí hice un narco mexicano con acento mexicano. Me gustó mucho trabajar con él y conocer sus películas muy oscuras.

En la medida de lo posible, y toco madera, que pueda tener trabajo para elegir, me iré moviendo en base a lo que pueda, pero por ejemplo me encantaría hacer comedias. Hay muchas cosas que me gustaría hacer siempre y cuando me sienta capaz y suponga un reto más. Me lo he pasado muy bien haciendo estos hombres siniestros, porque he hecho ya unos cuantos, pero ya está, no quiero más narcos [risas]. Ahora quiero explorar otros caracteres y otros personajes.

Contando 'La noche más larga' tengo seis proyectos por estrenar. Es algo que no me había pasado nunca. Voy a aparecer por todos lados, espero que el trabajo esté en condiciones para que la gente no me odie

Alberto Ammann

Hablabas antes de una segunda temporada de 'La noche más larga'. ¿Está sobre la mesa?

La segunda temporada de La noche más larga está sobre la mesa. Tenemos que ver cómo la acepta el público. No tengo mucha idea, hablo desde la ignorancia, pero como espectador sí me gustaría. Me encanta, es una gran serie y a mí que me gusta el género, me gustaría una segunda temporada. Pero, por cómo veo el mundo de hoy, dependerá de cómo la reciba el público.

Aparte de eso, ¿cómo se te plantea el futuro?

Tengo dos proyectos para el año que viene, que están en marcha, cerrando la producción, y el espacio abierto para la segunda temporada de La noche más larga, que espero que la podamos rodar, y que le den luz verde en cuanto se pueda (risas).

Aunque ahora mismo necesito descansar, necesito vacaciones. Desde que volvimos a trabajar en medio de la pandemia, cuando estaba un poco más calmada la cosa, no he parado afortunadamente. He tenido el privilegio de tener varias ofertas de trabajo en México y Argentina, de hacer La noche más larga, y he aprovechado. Esta profesión es así. Hay periodos de mucho trabajo y muchas ofertas, y otros momentos en que no te llama nadie, o no te ofrecen nada o no te ofrecen algo que te entusiasme y prefieres decir que no... Esto es como una ola, de golpe estás remando para buscar otra. Pero necesito descansar porque contando con La noche más larga tengo seis proyectos por estrenar. Es algo que no me había pasado nunca. Voy a aparecer por todos lados, espero que el trabajo esté en condiciones para que la gente no me odie [risas].

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