Entrevista

Carlos Areces: “Vivimos en un mundo donde la ficción se trata como si fuera la realidad”

La carrera de Carlos Areces aceleró al entrar en la pista del Festival de Venecia hace ahora 11 años. Hasta entonces, se había hecho un rostro familiar para el público gracias a su contribución a La Hora Chanante y Muchachada Nui. Sin embargo, el eco de la Balada triste de trompeta de Alex de la Iglesia, apenas su tercer largometraje y su primer protagonista, le hizo cambiar el ritmo. El éxito en la Biennale, traducido en los dos premios que atesoró el filme, con un extasiado Quentin Tarantino como presidente del jurado, sirvió para iniciar un periodo sin descanso para este madrileño multidisciplinar, reafirmado como una presencia ubicua en el audiovisual español.

Tan ubicua como para duplicarse en las dos comedias creadas por los hermanos Alberto y Laura Caballero: La que se avecina, donde el dúo creativo lo rescató tras una primera intervención en 2017, haciendo de él un inquilino de pleno derecho desde la undécima temporada; y también de El Pueblo, cuya segunda temporada acaba de estrenarse en abierto en Telecinco, un año y medio después de su lanzamiento en streaming, en Amazon Prime Video. “Me apetecía ir entrando en el mainstream, porque yo venía del proyecto de culto, pero esto no venía mal”, bromea Areces en declaraciones a verTele sobre esta feliz circunstancia de formar parte de dos series de éxito con futuro asegurado: la ficción rural acaba de terminar la grabación de su tercera tanda, mientras que la veterana tira cómica tiene pendiente desvelar los intríngulis de su reformulación para la decimotercera temporada.

Hasta que eso ocurra, Areces se asegura estar bien ocupado: si durante el primer estado de alarma derivado de la pandemia del coronavirus se dedicó a contar sus Diarios de la cuarentena en La 1, ahora sigue acumulando títulos, con Sin novedad para HBO Max como siguiente proyecto catódico en cartera. “Lo que hay debajo de mi decisión de trabajar es trabajar en sí mismo”, asevera un artista que procura tener abiertos múltiples frentes.

A falta de que Ojete Calor, el grupo de subnopop que comparte con Aníbal Gómez, se reúna para idear una tercera referencia discográfica, Areces ha aprovechado para coeditar Post Mortem. Collectio Carlos Areces, una obra firmada por Virginia de la Cruz Lichet y surgida de su propio interés como coleccionista por estas estampas realizadas en el momento de la muerte que en su día se utilizaban para perpetuar el recuerdos de los vivos. Como en el recuerdo perviven también sus 10 minutos de charla con Tarantino, “dios en la tierra” para el actor, y su alianza con De la Iglesia, de quien espera una llamada para formar parte de la continuación de 30 monedas.

Te entrevistamos por el estreno de la segunda temporada de 'El Pueblo' en abierto en Telecinco, que se estrenó hace año y medio en Amazon Prime Video, y con la tercera recién rodada. ¿Es complicado aclararse con las tramas y con el espacio-tiempo de la serie?

Ten en cuenta que la segunda temporada la terminé de ver hace tiempo. Para mí está clara la distancia. Pero sí, la tercera temporada la hemos terminado ahora mismo, como quien dice.

Ya un poco más en serio, esta serie es un caso paradigmático: funciona en el streaming y también lo hizo su primera temporada en el abierto, en un momento en que cada vez quedan menos vacas sagradas en la ficción convencional. ¿A qué lo achacarías tú?

Reconozco que no tengo ni idea. Cuando me contaron cómo lo iban a hacer, pensé, 'Madre, mía, qué locura'. ¿Pero cómo va a ver una serie que ya está disponible en otro sitio? Yo con esa mentalidad de vieja de pueblo pensé que no iba a funcionar nada. Pero, desde luego, hay gente que sabe más que yo que sabía que estaba en un error, cosa de la que me congratulo muchísimo. Me sorprende pero es verdad que la primera funcionó muy bien. De hecho, ahí están los datos de las continuas reemisiones de los productos de los hermanos Caballero. La gente se las ve, da igual la cantidad de veces que los emitan. En Factoría de Ficción funcionan pese a que las han emitido no sé cuántas veces ya. Me alegro de que haya gente que se encargue de esto y que sepa más del tema que yo.

Como comentábamos, acabas de concluir las grabaciones de la tercera temporada, para las que os aisláis de algún modo durante el tiempo de rodaje en Soria. Tras tantos meses de confinamiento, ¿ha venido bien dejar el mundo aparcado durante algunos meses, o daba miedo lo que pudieras encontrar a la vuelta?

Tengo que reconocer que yo he sido muy feliz durante el confinamiento. Para mí fue como si alguien me obligara a tomarme unas vacaciones. Estaba encerrado en mi casa, sabiendo que toda la gente a mi alrededor estaba bien, con la única preocupación de qué libro iba a leer o qué película iba a ver. Me vino estupendamente. Comprendo que otra gente lo ha vivido de otra manera, pero he descubierto que lejos de la gente soy feliz. Con lo cual, el rodaje de El Pueblo no ha sido una excepción: los fines de semana me hacía fuerte allí cuando todo el mundo se iba, y me quedaba atrincherado con una pila de libros, y era feliz, la verdad.

El confinamiento no era la típica situación en que dices, 'Me cojo una semana y no atiendo a nadie'. Aunque no atiendas a nadie, sabes que ahí fuera la gente sigue trabajando, que el mundo sigue. Inevitablemente tienes que estar pendiente de todo lo que ocurre fuera. No es un descanso real. Resulta un poco frívolo decir esto así, porque hay gente que lo ha pasado muy bien. Pero yo te cuento mi experiencia, y esa ha sido que de repente pude parar un poco para poder centrarme en cosas a las que de otra manera no le podía dedicar tiempo. La soledad conmigo la llevé genial. Tengo amigos en pareja que han estado al borde del divorcio, así que me siento afortunado.

Tanto 'Los Simpson' como 'La que se avecina' todavía pueden meterse en determinados jardines y salir sin ser salpicados

También está pendiente de emisión la segunda mitad de la temporada 12 de 'La que se avecina' en Telecinco, haciendo de Agus, y una de las bazas de la segunda temporada de 'El pueblo' es el crossover entre ambas series. ¿Cómo es esto de ser pieza clave del Caballero's Cinematic Universe?

Hombre, “pieza clave” me parece mucho decir, no te voy a engañar. En este mundo nadie es imprescindible, y para mí el mayor ejemplo es que una serie que se llamara Aída siguiera sin el personaje de Aída. Imprescindible o pieza clave en el fondo no somos ninguno, pero que hayan querido contar conmigo para sus dos mayores ficciones, qué felicidad da. Me apetecía ir entrando en el mainstream, porque yo venía del proyecto de culto, pero esto no venía mal.

En cualquier caso, en el crossover entre 'El Pueblo' y 'LQSA', te tocó volver a Soria pero dando vida a Agus. De hecho, hay un guiño a Juanjo, tu personaje de 'El Pueblo', en una de tus escenas. Siendo series hermanas y con rodajes alternos, ¿cuesta separar a ambos personajes, más aún cuando uno estaba en el hábitat del otro?

En realidad es mucho más fácil que cuando tienes que pasar de una película a otra, que también me ha ocurrido tener que hacer dos a la vez. Como estos dos personajes tienen más rodaje, son más fáciles de pillar. Exige un poco más al principio de cada temporada, cuando tienes que recordar el tono, sobre todo en el caso de Agustín, que además tiene diferentes personalidades, lo que exige visionado y repaso. Pero por lo demás, teniendo en cuenta que ya llevo haciendo tres años cada uno de ellos siempre es más fácil volver a personajes más trabajados, que no cuando tienes que hacer uno radicalmente nuevo.

Tampoco todos los personajes que interpretas tienen una marcadísima personalidad que tienes que mantener, pero sí que recuerdo algunos que exigían un poco más de construcción, como el que hice en La higuera de los bastardos, o en Negociador de Borja Cobeaga, que se alejaban más de otros roles que me suelen adjudicar. Currar esos personajes es mucho más complicado porque suelen ser rodajes muy cortos y pasar de uno a otro es más complicado. Pero con Juanjo, por desgracia, he descubierto que tengo más cosas con él de las que me gustaría.

En la tercera temporada, por cierto, a Juanjo le surge una hermana. ¿Afectará al carácter del personaje?

Como la personalidad de Juanjo va sobre sacar el máximo provecho de las personas alrededor, su hermana no va a ser una excepción [risas]. Sí te puedo decir, a título personal, que si ya había sido muy feliz trabajando principalmente con María Hervás, que ha sido pareja de Juanjo, descubrir a Laura [Gómez LaCueva], a la que conocía de la última película de Fesser, donde está soberbia, haciendo de mi hermana ha sido otro regalazo en la tercera temporada. Ha hecho un personaje divertidísimo y teniendo en cuenta que es familia de Juanjo, hay algo en los genes que perdura.

Pasando ahora de lleno a 'La que se avecina', lo único que se sabe a ciencia cierta es la nueva ubicación a la que iba la comunidad. Telecinco ha estado hablando de “última temporada” durante la promoción, aunque Alberto Caballero nos recalcó este verano que tienen desarrollada la continuación en la decimotercera. ¿Cómo crees tú que debería ser el futuro para una serie como esta, tan longeva y reconocible?

Creo que ya es público y notorio que habrá nueva temporada. Si Telecinco hablaba de última temporada, se refería a tal y como se conoce. No sé qué cambios habrá ni qué diferencias habrá en la nueva etapa. Sí que me parece que le venía bien un cambio de decorados. En una serie tan rápida e ingeniosa, con personajes que han calado tan bien, los decorados se iban quedando atrás. Este lavado de cara le va a venir muy bien.

No sé qué cambios habrá. ¿Los que yo propongo? Que la nueva sea un spin-off de Agustín. Y que todos los personajes aparezcan menos que Agustín, que sea el protagonista absoluto. Este es mi deseo. Lo que hagan los productores y directores... Ellos sabrán. No sé qué visión comercial tienen, pero si no tiran por aquí...

La supervivencia de una serie como 'La que se avecina', tras catorce años de emisión en abierto, hace de ella una rara avis dentro del panorama. Más aún tratándose de una comedia, y de una con un humor particularmente corrosivo y procaz. ¿Te sorprende que esa perdurabilidad?

Me alegra muchísimo y me hace concebir un poco de esperanza. Últimamente vivimos en un mundo donde la ficción se está tratando como si fuera realidad y sobre todo se está perdiendo la ironía, la creación de personajes porque ya no se pueden crear personajes negativos. Todos tienen que tener un pensamiento políticamente correcto y eso va en contra de la ficción, del conflicto y de cualquier cosa que despierte interés. Creo que les pasa como a Los Simpson, que tienen una solera detrás que les permite tocar temas desde un punto de vista de humor negro que en una ficción que empezara ahora mismo de cero sería impensable. Cualquier cosa que empezara de cero sería escrutinada al milímetro, además con el deseo ferviente de encontrar cosas políticamente incorrectas que lanzar a Twitter para crear un efecto llamada y de ahí sacar noticias.

Afortunadamente, como ya se han convertido en paisaje, en algo tan intrínsecamente nuestro, tanto Los Simpson como La que se avecina, todavía pueden meterse en determinados jardines y salir sin ser salpicados por otras personas. Sobre todo porque también hay un mercado para gente que demandamos humor negro. No por hacer determinados chistes dejamos de tener una sensibilidad social. Simplemente, los mecanismos del humor son muy variados: uno es la sorpresa, otro es saber que alguien se está pasando tres pueblos. Y eso no significa que tú te identifiques con los personajes negativos, pero te puede despertar comicidad.

Hablabas antes de la necesidad de parar que te permitió el confinamiento. Dentro de la temporalidad inherente al oficio de actor, tu ritmo de trabajo es muy intenso. Por hablar solo de lo televisivo, además de 'El pueblo' y 'La que se avecina' se añade otra serie, 'Sin novedad' para HBO, en el futuro cercano. Incluso durante el confinamiento te dejaste ver en 'Diarios de la cuarentena'. ¿Hasta qué punto este destajismo es una decisión consciente?

Es perfectamente consciente. Continuamente lo que pienso es 'Guarda para cuando no haya'. Es la decisión consciente que se oculta debajo de todo. Hay otro efecto colateral beneficioso, y es que ahora por primera vez en mi vida me puedo permitir elegir un poquito. Pero hasta ahora cuando hacía a un actor responsable de su carrera, yo me remitía a Fernando Fernán Gómez, cuando su agente le decía: 'Te ofrecen esta película pero creo que no conviene hacerla'. Fernán Gómez respondía: 'De acuerdo, pues vamos a hacer la otra', y el agente le decía, 'No, es que no hay otra'. Pues entonces, vamos a hacer la única que hay. Ahora me puedo permitir elegir un poquito más que antes, cosa que agradezco. También es verdad que con unos proyectos que te llegan coinciden más que otros. Pero sobre todo lo que hay debajo de mi decisión de trabajar es trabajar en sí mismo.

Esta época precisamente tuvo su pistoletazo de salida con Alex de la Iglesia, cuando hiciste 'Balada triste de trompeta'. Hace escasos días se cumplían 11 años de aquel estreno en Venecia, y de los premios que otorgó el jurado de Tarantino al filme. ¿Cómo recuerdas ahora esos momentos?

¡Qué felicidad! Lo de Venecia fue... Ten en cuenta que para mí Tarantino es dios en la tierra. Imagínate lo que es para mí llegar allí a un festival y verle pasear como cuando estás en tu barrio y ves al pescadero. De repente, estás en el hotel más de puta madre de todo Venecia rodeado de estrellones, Tarantino es el presidente del jurado que tiene que ver tu película y te lo encuentras en recepción o tomando una copa en el bar...

Nosotros con Balada habíamos tenido una proyección en la Academia de Cine en Madrid que había sentido un poquito fría, y dos días más tarde en Venecia tuvimos esa presentación de película con la que sueñan todos los actores en algún momento. Estuvimos 10 minutos recibiendo aplausos, y la persona que estaba aplaudiendo más enfervorecidamente, la primera que se levantó y se giró a nosotros, ¡fue Tarantino! Ese momento de tener a Tarantino aplaudiéndote, por muchos años que pasen, va a ser difícil de superar. Y luego nos dieron dos premios, a mejor guion y dirección, y pude coincidir con él. Antes no me había acercado a él porque se considera de mal gusto que las personas que participan con películas a concurso tengan contacto con el jurado, nos avisaron de que era un poco “paleto”, así que yo permanecía en la distancia, pero era muy difícil porque estaban allí todos... Y ya cuando nos entregaron los premios, en el cóctel posterior fui feliz. Pude hablar con Tarantino y esos 10 minutos no me los quita nadie.

Hay otros directores que son buenísimos, hay muchos directores vivos que me interesan y que sigo, pero que me transmita el amor por el cine, las ganas de disfrutar y el respeto de más de un siglo de tradición fílmica, como Tarantino no lo ha hecho nadie. Nadie me ha divertido tanto y de una manera tan inteligente y gozosa como Tarantino en el cine.

Alex anunció hace poco que tenía escrita la segunda temporada de '30 monedas'. ¿Te ha llamado ya para darte algún papel?

No, él no. ¡La llamada se la he tenido que hacer yo! [risas] Lo que no sé es qué resultados dará, pero por lo menos lo he intentado.

Dejamos constancia aquí del interés, que no se diga.

Déjalo así reflejado, sí.