Las de la última fila

Sánchez Arévalo salda su “deuda con el universo femenino” en Netflix: “Mi filmografía está plagada de hombres”

Daniel Sánchez Arévalo se sentía en “deuda con el universo femenino”, por lo que en 2020, durante el confinamiento al que nos condujo la pandemia, salió de su zona de confort para escribir la historia de cinco amigas que organizan el viaje más importante de sus vidas cuando a una de ellas le diagnostican un cáncer.

De aquellos meses en los que vivimos encerrados nació Las de la última fila, la primera serie creada por este cineasta madrileño de 52 años al que conocimos por películas como AzulOscuroCasiNegro, Gordos, Primos y La gran familia española.

Con su nueva producción, un drama lleno de comedia, Sánchez Arévalo vuelve a Netflix, la plataforma en la que hace tres años se cubrió de gloria con Diecisiete.

“Mi filmografía está poblada mayoritariamente por hombres”, explica a verTele el director, que se asomó con miedo al reto de escribir sobre estas cinco mujeres a las que interpretan las actrices Itsaso Arana (Reyes de la noche), Mariona Terés (Entrevías), Mónica Miranda (Dos vidas), María Rodríguez (Los herederos de la Tierra) y Godeliv Van den Brandt (Sky Rojo).

Superó el vértigo ayudado por los consejos de su pareja y de una psicóloga que le hizo algunas recomendaciones. “Me generó respeto y miedo, pero el viaje fue mucho más satisfactorio porque me enfrenté a cosas que no me había enfrentado antes”, reconoce.

Ahora la incertidumbre es otra: ¿Gustará la serie? ¿Triunfará? El artista tiene la sensación de que Las de la última fila “no lo va a petar de inicio”, aunque confía en que el “boca a boca haga su trabajo”. En cualquier caso, relativiza el éxito en un entorno tan competitivo como este: “Parece que si no estás en el Top 5 has fracasado. Me niego a creer eso. Si sucede, es maravilloso, la leche, pero, si no es así, confiaré en que la gente la recomiende”. ¿Y después? Cine y más cine, eso es lo que quiere Sánchez Arévalo.

¿Quiénes son las de la última fila?

Son un grupo de amigas íntimas desde el colegio a las que sentaron juntas por su apellido en la última fila. Desde entonces, son íntimas amigas de por vida.

Dice Netflix que la serie nos va a hacer reír, llorar, aprender y crecer. ¿Qué sentimientos has experimentado tú al escribir y dirigir tu primera serie?

Casi todo eso. He llorado escribiéndola, he sufrido mucho, he aprendido muchísimo con esta incursión en el universo femenino, y también me he reído mucho. Está escrita en 2020, mientras estábamos encerrados en casa en plena pandemia, y para mí fue un refugio maravilloso tener una historia que contar y poder aislarme de esa realidad que estábamos viviendo.

Has contado con delicadeza la historia de cinco mujeres. ¿A quiénes has escuchado para evitar cualquier tropiezo?

La primera y fundamental ha sido mi pareja, Sara, que ha sido el motor real para meterme en esta historia. Cuando le conté la idea vi cómo le cambiaba la cara y me dijo: 'Dani, quiero que cuentes esto'. Ha sido un trabajo de muchísimo respeto y atención. He buceado en el universo femenino y, aunque yo haya escrito los guiones, he tenido muchísima ayuda femenina, hasta tal punto que he tenido una psicóloga experta en género que ha mirado cada versión del guion y ha señalando cualquier cosa que pudiera ser delicada, que no encajara o no representara lo que yo quería representar, que es un grupo de mujeres diversas y diferentes entre sí.

Parece que si no estás en el Top-5 has fracasado. Me niego a creerlo

Sueles comentar que para escribir y contar historias te tienen que pasar cosas. ¿Qué es lo que te motivó a grabar 'Las de la última fila'?

Yo sentía que tenía una deuda pendiente con el universo femenino. Mi filmografía está poblada mayoritariamente por hombres y me apetecía salir de mi zona de confort escribiendo la historia de cinco mujeres. Eso me costó porque es difícil y me generó respeto y miedo, pero el viaje fue mucho más satisfactorio porque me enfrenté a cosas que no me había enfrentado antes.

De esa inmersión total, ¿qué fue lo más complicado?

Supongo que perder el miedo. Por hacer un símil tenístico, es como cuando tienes el brazo agarrotado y estás tenso y tienes inseguridad. Empecé a escribir así, pero hubo un momento en el que di un salto y empecé a confiar en lo que quería contar sin pensar en si lo que estaba haciendo podía molestar o encajar bien.

Son muy diferentes las mujeres que protagonizan la serie, ¿por qué se llevan tan bien?

Porque estás condenado a entenderte. Cuando tienes un amigo íntimo desde la infancia, a los treinta y pico años es familia tuya. Ya es esa familia que no eliges, se convierte en parte de tu vida te guste o no. Es lo que te ha tocado vivir.

Las protagonistas de la serie han vivido los mejores días de su vida después de conocer una noticia trágica. Se han obligado a disfrutar y a disfrutarse. Dedicamos muy poco tiempo a lo importante, ¿verdad?

Sí, de eso va la serie. En la vida que nos ha tocado vivir no pensamos las cosas y avanzamos con la orejeras puestas. Pero, a veces, la vida te da un bofetón y te obliga a frenar. En mis ficciones, me gusta obligar a los personajes a mirarse a sí mismos para que decidan sin están donde quieran estar y con quien quieren estar. Una enfermedad como esta les obliga a todas a hacer este viaje catártico, que es un viaje hacia el interior de uno mismo, donde hay muchas cosas que no están resueltas y que deberían resolverse.

Netflix ha incluido la serie en las categorías “excéntrica”, “sentimental” e “íntima”. ¿Estás de acuerdo?

Sí. Sentimental e íntima, desde luego que sí. Y también es un poco excéntrica.

La serie no lo va a 'petar' de inicio pero espero que el boca a boca haga su trabajo

'Las de la última fila' se va a estrenar junto a tropecientas series más en Netflix y otras plataformas. Para ser tu debut, se plantea arriesgado. ¿Te da vértigo o incluso miedo lanzarte a este océano de la ficción?

Uno no elige la fecha de estreno. Yo confío en Netflix, pero estoy abrumado porque es septiembre, final del verano y llegan todas las series gordas en tromba. Entiendo que la serie 'no lo va a petar' de inicio porque es muy difícil, pero espero que guste y el boca a boca haga su trabajo. Yo me resisto cada vez más a que, desde el estreno, se ocupe un puesto de honor en el Top 10. Parece que si no estás en el Top 5 has fracasado. Me niego a creer eso. Si sucede, es maravilloso, la leche, pero, si no es así, confiaré en que la gente la recomiende y la comparta.

¿Por qué crees que no va a 'petarlo' así de entrada?

No lo sé, es una sensación. No me parece que sea la típica serie que vaya a entrar [en el Top 10] porque tenga actores muy famosos o una trama que sea muy llamativa. Creo que es una serie de largo recorrido. Además, no sé la promoción que le van a hacer, pero creo que las ficciones se tienen que defender por sí mismas para encontrar su hueco.

¿Qué te gustaría hacer en adelante dentro del mundo de las series?

Tengo claro que ahora me gustaría volver al cine. La serie ha sido un viaje increíble, maravilloso, pero muy exigente porque he sido el único guionista y director. Son procesos largos y en los que la responsabilidad se va acumulando, así que me apetece hacer algo más recogido. Además, me considero cineasta, el cine es mi medio natural, y tenemos que librar una batalla por recuperar a la gente para las salas de cine. Es una batalla que tenemos que librar todos y quiero ser parte de eso. He hecho dos proyectos con Netflix pero sigo defendiendo que el cine, en el cine.

¿Qué reto escribirías tú en uno de esos papelitos de la caja de las sorpresas?

El reto que mejor me vendría es el de 'decir la verdad'. Vivimos en un mundo poblado por las mentiras. Desde micromentiras, hasta cosas mucho más profundas y enquistadas que no te atreves a verbalizar. Ese es el reto que más me costaría y mejor me vendría.