Entrevista

Pablo Díaz ('Pasapalabra'): “Me encanta que la gente joven comulgue con lo que me gusta, que es la pasión por aprender”

Pablo Díaz, en el programa especial sobre su paso por 'Pasapalabra'

Pedro Zárate

Han pasado apenas unas horas desde que 4.3 millones de personas vieran a Pablo Díaz, un violinista tinerfeño de 24 años, completar el rosco de Pasapalabra tras 259 intentos infructuosos. El joven se muestra cansado, pero no por tanto Rosco y tanto concepto aprendido durante su larga andadura en el concurso de Antena 3, sino por las escasas tres horas que ha dormido antes de hablar virtualmente con verTele y otros medios. “Ayer no se me ocurrió otra cosa que hacer stream hasta las cuatro de la mañana”, nos cuenta sentado, con una camiseta de Toad, el famoso personaje en forma de seta del Super Mario, uno de sus videojuegos favoritos.

Un dibujo que se presenta como una metáfora de lo que ha sido la vida de Pablo en este último año, donde se ha enfrentado a un Rosco tras otro sin terminar de completarlo. A veces se lo impedía una palabra, a veces dos, pero al final siempre terminaba el día volviendo a la pantalla de inicio, como esas videoconsolas antiguas en las que no podías guardar la partida y tenías que pasarte el juego del tirón.

Exactamente lo que Pablo hizo el jueves, cuando cogió carrerilla y respondió de una tacada las doce últimas preguntas del Rosco. Doce preguntas que, unidas a las trece que ya había acertado, le valieron un bote de 1.828.000 euros, pero también una sensación única de liberación y triunfo. Al fin y al cabo, llevaba casi 6 años preparándose para este momento.

Viendo el Rosco de la victoria, una de las cosas que llama la atención es que empiezas a ponerte especialmente nervioso cuando te faltan tres preguntas para completar. Imagino que fue ahí cuando te diste cuenta de que lo tenías en la mano.

Creí que tenía opciones de completar todo el Rosco en cuanto oí la 'V' en la primera vuelta. Por una razón: en el Rosco casi siempre hay una máxima de que hay cuatro preguntas difíciles. Incluso si tuviera más o menos preguntas difíciles, que puede pasar, yo ya había escuchado el Rosco de Javier y los Roscos siempre son equitativos. Siempre tienen exactamente el mismo nivel de dificultad.

Como ya había escuchado la dificultad del Rosco de Javier, por comparación sabía que en el mío la última difícil tenía que estar en la 'V'. Y fue así aunque, bueno, hay quien pueda considerar que 'Dux' es un poco difícil, pero con un poco de cultura general se puede sacar. Entonces fue ahí cuando dije “dios mío, puedo tener todas”, pero solo cuando escuché la 'R' y dije “vale, he acertado tres de las cuatro difíciles. Si 'Vilano' es, creo que es bote”. Y así fue, aunque dudaba entre 'Vilano' y 'Verolís', que es la flor de la caña de azúcar y 'Vilano' es la flor del cardo. Son dudas que te surgen, pero sí, fue en ese momento cuando dije “bueno, pues ya está”.

Roberto Leal contó que aprovechabas incluso los descansos de las grabaciones para ponerte a estudiar. ¿En qué otros sitios te has puesto a estudiar aprovechando un ratito que tuvieras?

En todos los que se pueda imaginar [ríe]. Yo he estudiado caminando por la calle, que es lo que más he hecho; he estudiado en los descansos de Pasapalabra; en casa de mi mejor amigo mientras él hacía otras cosas de la carrera; también he estudiado en clase mientras hacía la carrera, que no lo debería decir pero evidentemente también lo he hecho. He estudiado en todos los momentos posibles.

¿Sabes qué es lo bueno? Que yo estudio en el móvil con una aplicación que es muy sencilla. Yo miro ANKI, que es la aplicación que uso para estudiar Pasapalabra. Como quien mira Twitter. Si tienes que coger el tren y faltan tres minutos para que llegue, pues te estudias unas 20 palabrillas.

He intentado aprovechar al máximo esos momentos muertos, porque yo siempre he pensado que hay que dedicarle tiempo a esa gente que quieres, estar con los amigos y con la familia. Por eso, todos esos tiempos muertos que podía rascar, yo los rascaba. Y rascando rascando a lo mejor coges unas cuantas horas al día. Por ejemplo, durante la carrera tardaba media hora en llegar en transporte público. Media hora de ida y media hora de vuelta es una hora que estudias en comparación a no hacer nada.

¿Cuánto tiempo estuviste preparándote antes de presentarte al primer casting?

Empecé a estudiar en noviembre-diciembre de 2015 y el primer casting fue en junio de 2016 en la FNAC de Callao. Fue un casting abierto al que fui tras saltarme un ensayo de orquesta. Ahora que han pasado tantos años y he ganado el bote creo que lo puedo decir [ríe]. Y no concursé hasta 2017. Lo digo para aquellos que hacen el casting y piensan que no les van a llamar. Hay veces que te llaman medio año después, como fue mi caso.

¿Cuál es la lista de palabras más raras que te has aprendido en todos estos años para el programa?

Me he hecho listas de todo. Evidentemente, las dos listas que se aprende todo el mundo son las de palabras repetidas que no te has sabido en Roscos anteriores y el diccionario, tal cual. Pero listas que no sean de diccionario me he apuntado de todo. De hecho, tengo dos listas que me han dado el bote.

Por un lado, la de las divisiones administrativas de todos los países del mundo y sus capitales, lo que significa tener apuntados todos los estados de todos los países. Y me salió un estado de Colombia que lo sabía por eso. Y luego tengo la lista con todos los presidentes de todos los países del mundo de toda la historia. Afortunadamente me salió un país relativamente nuevo como es Estonia, porque se independizó de la URSS en 1991 y creo que ha tenido 4-5 presidentes, así que me lo sabía por eso. Son dos listas a las que tengo especial cariño ahora, claro [ríe].

Además, también me he apuntado todos los municipios de España, todos los ganadores de oro de todos los deportes de los Juegos Olímpicos, miles y miles de escritores, cineastas y músicos, todos los discos que aparecen en el Hot 100 de Billboard... Tengo listas para aburrir. La mayoría no han servido para ganar el bote, pero se quedan para el conocimiento del Trivial, por ejemplo.

Tú, que eres una persona joven, ¿cómo ves tu propio triunfo en un momento en el que la juventud está entredicho por actitudes como las que se están viviendo en Mallorca? ¿Lo ves como un ejemplo de que la juventud no tiene por qué ser solo sinónimo de irresponsabilidad, sino que puede conseguir grandes cosas como la que tú has conseguido en 'Pasapalabra'?

A mí me encanta cuando la gente en general, pero especialmente la gente joven, comulga con lo que a mí me gusta, que es la pasión por aprender, el estudio y la curiosidad por el mundo y por todo. Pero yo no quiero creerme el ejemplo de nada. Yo hago lo que me gusta, y si la gente comulga estoy encantadísimo, pero yo no quiero dar lecciones. Trato de vivirlo con humildad.

¿Cómo ha sido tu relación con el equipo? ¿Detrás de las cámaras habéis acabado por convertiros en amigos?

Yo me llevo amigos del programa, incluido el propio Roberto Leal, que es una persona maravillosa y un profesional increíble que me ha hecho sentir muy cómodo. También he hecho amigos entre mis rivales, que en realidad son compañeros de equipo. Sin desmerecer a nadie, por supuesto, pero Nacho, Luis, Marta y Javier han hecho un papel especialmente brillante. Seguimos hablando y tenemos una relación muy bonita que me alegra que haya fructificado en el programa.

Y, por supuesto, el equipo técnico y todas las personas que están involucradas en Pasapalabra, porque el concurso no podría estar ahí si no está Príncipe detrás de las cámaras, Adri en sonido, Sole en limpieza o las azafatas, el equipo de guion y producción. Todo el equipo hace que el programa salga adelante. Los concursantes y Roberto solo somos una parte de ello, pero hay todo un engranaje que hace que si no hay alguien sea muy difícil que el programa salga adelante.

Hay personas que han terminado cogiéndote manía por tu larga permanencia en 'Pasapalabra'. ¿Cómo les explicarías que todo lo que hayas podido hacer ha sido fruto de una pasión y de un deseo por superarte a ti mismo?

Es difícil llevarte la impresión de una persona simplemente viéndola en un contexto muy determinado y en muy poquito tiempo. Al fin y al cabo, en El Rosco estás muy centrado y puedes tener una actitud que no tendrías en la barra de un bar o charlando de un tema. Pero creo que es importante entender, especialmente en redes, que los haters son muy residuales. El 98% es gente normal, luego hay un 1% que te idolatra hasta las trancas y que no puede vivir sin ti y otro 1% que te odia a muerte y no te puede ni ver.

El problema es que ese 1% hace mucho ruido en redes sociales. Como eso da mucho morbo y los clickbaits hacen que suba artificialmente como la espuma, parece que este tipo de actitudes son las que más se dan en redes sociales, pero es mentira. Son residuales, pero se inflan muchísimo y hay que tenerlo en cuenta. Yo creo que la mayoría de redes son sanas y la toxicidad que se ve está potenciada por el clickbait y los algoritmos más que por que todo el mundo sea así.

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