Entrevista

Valeria Vegas: “En los últimos cinco años hemos empezado a entender que los referentes no tienen por qué ser perfectos”

Valeria Vegas

Laura García Higueras

Veneno no solamente arrojó luz sobre la vida de Cristina Ortiz más allá de los focos, el Parque del Oeste y los platós. También sobre Valeria Vegas, la joven valenciana, estudiante de Comunicación Audiovisual, que conoció a la vedette y se lanzó a escribir su biografía ¡Digo! Ni punta ni santa. Las memorias de La Veneno. El mismo libro que sirvió de caldo de cultivo para que 'Los Javis' crearan la ficción cuyo éxito, un año después de su estreno, es indiscutible. Más allá del aplauso recibido en nuestro país, ha logrado traspasar fronteras, siendo Latinoamérica su último destino.

La serie contó con la propia Valeria como uno de sus personajes, encarnada por Lola Rodríguez. Pero, antes de que la producción de Atresmedia funcionara como lanzadera para la propia escritora, ella ya contaba con una amplia trayectoria a sus espaldas. Además de la autoeditada publicación sobre La Veneno, ha publicado otros tres libros. También había trabajado en programas como El legado de... en Canal Sur, Un año de tu vida y La noche de Rafa Cremades.

La serie le ha confirmado como referente, y desde entonces la hemos visto en formatos Hormigas blancas, la docuserie Ellas, Rocío, contar la verdad para seguir viva y La hora de La 1. Precisamente en su trayecto del espacio matutino de la cadena pública a una sesión de fotos tiene lugar esta entrevista. Vegas responde sin temor a “meterse en jardines” y opina sobre la presencia de las personas trans en la televisión, recorre su propia trayectoria y se toma con “responsabilidad” saber que sus respuestas cuentan con un altavoz privilegiado.

Ya tenías una trayectoria antes de que se estrenara 'Veneno' pero, si tuvieras que destacar algo en lo que haya cambiado tu vida, ¿qué sería?

Soy más visible. Me gusta que me digas esto porque para la gente parece que he nacido ahora y yo digo, ¡qué gusto nacer con 35 años! Recuerdo que fui becaria en una productora que trabajaba para Canal Sur, antes de que se estrenara la serie estaba trabajando en el programa de Toñi Moreno, El año de tu vida en Canal Sur, y los domingos en Cadena Ser.

Ahora tengo un público más joven que antes. El año pasado colaboré en Hormigas blancas los domingos y la audiencia a la que llegábamos era de 35/40 para arriba. Hoy me encuentro con gente de 17 años que no ve La hora de La 1 y llegan por Veneno.

Ahora que ha pasado tiempo suficiente para hacer balance de la grandísima acogida a 'Veneno', ¿cómo lo valoras? ¿Te imaginaste en algún momento que la serie fuera a ser tan seguida y aplaudida?

Sabía que iba a estar muy bien hecha. Tenía la certeza porque es algo que sabes. Cuando te sientas por primera vez, ves el cariño con el que van a abordar el tema, la sensibilidad, no me cabía ninguna duda. Lo que no tenía tan claro es si eso iba a funcionar, porque vengo de sentirme un poco una marciana en este mundo de decir “me encanta la Veneno” y pensar ¿a quién más le va a gustar? O, ¿a quién le puede interesar ver más allá del personaje, rascar y buscar segundas lecturas?

Me sorprendió que pudiera ocurrir. Me ha alucinado. Ahora se está estrenando en Latinoamérica, viene de ser un éxito en Estados Unidos. No me lo podía imaginar si partimos de la base, además, de que aquel libro era una autoedición. Lo saqué adelante por puro empeño.

Puede ser muestra también del avance social, cómo ha cambiado la forma de valorarla entonces a cómo se la ve ahora.

También. Los grandes avances sociales han ocurrido en el último lustro, no ha sido hasta los últimos cinco años cuando poco a poco hemos empezado a entender que los referentes no tienen por qué ser perfectos, que hay muchos tipos de discursos, que hay muchos tipos de personas para dar según qué tipo de discurso. Hemos pasado de invalidar a Cristina a darle credibilidad.

También el éxito de Veneno, visto desde fuera, porque el americano que está viendo la serie lo hace con unos ojos distintos a los nuestros, que tenemos al personaje como muy asentado, preconcebido. Tenemos un juicio hecho, cosa que quien lo ve desde fuera, le parece todo ficción. No saben quién es ella y lo reciben mucho más inocentemente.

Recientemente te hemos visto en Rocío, contar la verdad para seguir viva y La hora de La 1, ¿está el colectivo LGTBI está lo suficientemente representado en platós de televisión como voces opinadoras?

En mi caso, le estoy muy agradecida al medio televisivo. He pasado por distintas cadenas, ahora mismo en La hora de La 1 y puntualmente en Rocío, contar la verdad para seguir viva u Hormigas Blancas, y he ido por lo que tenía que aportar analítica o periodísticamente a un tema. Es muy positivo y dice muchísimo de cómo hemos evolucionado.

A lo mejor hace tres o cuatro años habría sido “esta es una persona trans y no puede hablar de nada más que de transexualidad”. Y no, puedo hablar de más cosas. Siempre pienso que el 70% de mi trabajo no gira en torno a una temática LGTB, yo luego yo decido dedicar un 30% de mi tiempo y mi trabajo a hablar de eso porque siento una responsabilidad de lanzar ese mensaje. Sí creo que el que los programas hayan hecho una apuesta por mi es bastante progresista.

El otro día se me acercó un chico en una firma de Libros y me dijo que buscándome en internet su abuela le dijo que me había visto el año pasado en Hormigas Blancas. La señora no sabía que era trans, porque ese dato no se daba. Carlota Corredera no dice “tenemos aquí a mi izquierda a Lidia Lozano y a la derecha a una chica trans”. Eso es un paso gigante de la televisión. No es mérito mío únicamente, yo me limito a asistir y aportar. Es señal de que la productora de turno apueste por naturalizar esos temas. Ahí llega el futuro y nos hacen falta más personas, que esto pueda ir aumentando conforme vayan llegando más profesionales del medio y que puedan ser personas LGTB.

"Que en la televisión no se me presente como "una chica trans" es un paso gigante"

¿Qué echas en falta? Has comentado alguna vez que no había contenido puramente LGTBI en abierto, como sí en pago como ahora Drag Race España, ¿por qué crees que sucede y puede ser el siguiente paso a dar?

Lo ideal sería que ocurriese, porque el problema es que hemos pasado de muy poco a meternos en las plataformas, en vez de visibilizar desde los canales en abierto. Sí hace falta, no solo la visibilidad de que el invitado de turno sea gay o lesbiana; se necesita que programas como Drag Race España puedan emitirse en abierto. También entiendo que al meterlo en una plataforma le están dando un valor porque consideran que es un programa nuevo por el que apostar.

La parte positiva, el vaso medio lleno es ver que por lo menos se está haciendo. Lo contrario sería decir: no vamos a apostar por esto ni vamos a invertir. Vamos por buen camino. Veamos si en dos años o tres eso se duplica o triplica.

Hemos analizado la presencia del colectivo en realities, incidiendo en los que incorporan citas y basados en relaciones como La isla de las tentaciones, ¿sería positivo que se incluyeran perfiles diversos para que el tipo de idilios que se pudieran no fueran solo heteronormativos?

Si hacemos un poco de análisis televisivo, lleva ocurriendo desde siempre. Desde aquellos programas de los 90 que eran de citas, como Vivan los novios. Este tipo de formato de parejas que buscaban su media naranja y era todo heteronormativo. En aquel momento era impensable que se pudiera hacer ese formato con otro tipo de parejas.

Pero es verdad que es un terreno que faltaría por conquistar, porque el resto de realities, ya sean de costura, de cocina, etc. está mucho más integrado. La excepción, afortunadamente, sería First Dates, que las pocas veces que lo veo, sí apuestan por dar visibilidad. Lo que pasa es que es visibilidad, pero también creo que lo hacen un poco por epatar. Y no creo que eso sea del todo bueno. Bueno, no me quiero meter en un jardín… pero me meto. Nunca sé si la intención nace realmente de una manera positiva o con una intención de querer escandalizar al espectador y seguir mostrándonos como si fuéramos un poco freaks, a veces. Pero bueno, al final visibiliza.

Javier Ambrossi reivindicaba hace unos días el Orgullo como “la fiesta de los que no éramos invitados”, ¿tú también lo sientes así?

Totalmente. Es que tú rascas y el 80% de las personas que acuden a esas celebraciones y a esa manifestación, hemos pasado por los mismos lugares, de sufrimientos, dudas, inseguridades. Es real. Es la fiesta de a los que no nos invitaban a la fiesta, de las personas a las que les han arrebatado unas etapas de su vida y no han podido vivirlas plenamente como los demás.

Ese momento de Javier Ambrossi va a ser ya Historia de España. Cuando TVE cree su archivo para hacer ese trabajo maravilloso que hace de hemeroteca, como en Cachitos de Hierro y cromo, van a tirar de eso seguro. En dos décadas vamos a seguir viéndolas. Porque se explica muy bien, tan sencillamente, que todo el mundo lo entiende. Es sublime.

Has lanzado un podcast llamado Orgullo en Spotify, donde abordas todas las letras que conforman el colectivo LGTBIQ, ¿existe todavía falta de información sobre el colectivo y espacios en los que esté contada?

Ha venido mucha gente de la tele, Sandra Barneda, Bob Pop, los Javis, Elsa Ruiz. Lo importante del podcast es la generosidad que han tenido al compartir sus vivencias, sus reflexiones. La gente dice 'esto que cuenta Javi Calvo me ha pasado lo mismo', 'esto que cuenta Carla Antonelli'. Es muy importante tener esos espejos porque te hace sentir menos rara.

Da la sensación de que existe una falta de relato de de dónde venimos.

Sí. Ha faltado información durante mucho tiempo. Porque nadie la pedía, nadie la exigía, no se veía normal que se pudiese dar esa información. Y llega un momento en el que ya no somos una minoría. Somos una mayoría si contamos además con nuestros aliados, que son nuestras familias, amigos, el círculo va creciendo y esa información es cada vez más necesaria.

La importancia de tener referentes es algo que se puso muy en evidencia con 'Veneno', el admirar a personas entendiendo que no son perfectas, rompiendo cánones. ¿Es esto algo que te preocupe respecto a ti misma? ¿Sentir una responsabilidad mayor por el hecho de ser una mujer trans y lo que se pueda/deba esperar de tu figura?

Lo veo como una responsabilidad. Yo no quiero ser perfecta, quiero seguir siendo la misma y tengo muy asumido que no le puedes caer bien a todo el mundo. Cuanto te dedicas a los medios y das una opinión, genera referencias. Yo soy quien soy gracias a mis referentes. He bebido un poquito de Alaska, de Rosy de Palma, de Bibiana Fernández. En mi adolescencia bebía de estos personajes con tanta personalidad.

Tampoco me quiero quejar, no es “jo, qué disgusto, no quiero ser un referente” [bromea], me encanta cuando una persona de 14 o 45 te dice “ay, qué bien lo que dice”. Se agradece un montón porque también podrían no decirlo. Podría ir a hacer una colaboración, callarme y no mojarme en ciertos temas.

Coincidiendo con la semana del Orgullo, el gobierno acaba de aprobar la Ley trans, ¿qué opinas al respecto?

La ha aprobado de manera parcial, no completamente. Ya es un paso. Es muy importante porque por lo que se está luchando es porque unas personas sean felices. Y que unas personas sean felices al resto no nos quita nada. Me sigue sorprendiendo que sigamos debatiendo y cuestionando los derechos de los demás. Vamos a preocuparnos un poquito más por otras normas y otras leyes que giren en torno a las pensiones, muchas cosas que la gente ni se entera, pero en seguida tienes que que opinar de la vida de el de al lado.

Creo que dentro de diez años no va a ser tan cuestionable ni tan polémico, porque ocurrió lo mismo en 2005 con la Ley del Matrimonio Igualitario. Se cuestionaba, y hoy en día, por fin, nos hemos dado cuenta de que el mundo no ha cambiado, el sol vuelve a salir al día siguiente y lo que hacemos es rodearnos de personas más felices. Punto.

A nivel personal, ¿qué esperas de tu carrera? ¿Te vas participando en otro tipo de programas? ¿Quizás presentando, escribiendo otra serie?

El tema serie me apetece mucho y tengo la vista puesta en la creación. Sacar adelante contenidos. A ver si dentro de poco puede ser posible. Le estoy poniendo ganas e intención.

En cuanto a programas, la televisión es un medio que me encanta siempre que pueda opinar libremente lo que quiero, que la verdad hasta ahora no he tenido ningún problema. Sobre todo en formatos que giren en torno a analizar, a descontextualizar, épocas, momentos o incluso situaciones actuales. Todo lo que sean estas mesas, coloquios, me lo paso estupendamente y me parece que muchas veces son muy útiles para que la persona desde su casa pueda coger esa idea y diga “mira, esto es lo que quería decir y no sabía como expresarlo”. Seguiría eternamente. De lo que no me vería capaz es de meterme en un reality que requiriese sudor y lágrimas. 

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