'La Caza' 1x05/06 Review: Gibson pone a Spector (torpe) contra las cuerdas

Por PorJesús López

¡Cuidado, spoilers!

La recta final de la primera temporada de ‘La Caza’ nos lleva a precipitar los hechos. Aunque el que realmente está en el precipicio de un barranco y sin salida es un Spector que, lejos de saltar a la desesperada, intenta manipular a todo aquel que esté en su entorno para salir airoso de las garras de Stella Gibson, que lo tiene contra las cuerdas.

En los dos últimos episodios emitidos en Paramount Channel, vemos como las investigaciones de la comisaria dan sus frutos. Sabe que el asesino tiende a contactar con las víctimas previamente y por tanto tira de las cámaras de seguridad del parque donde paseó Sarah Kay, una de las víctimas.

Ahí vemos a Spector y a su hija de paseo, imágenes que son proporcionadas a los medios de comunicación para su difusión y que provocan que Sally, la mujer de Paul, le obligue prácticamente a acudir a comisaría para dejar claro que no tiene nada que ver con los terribles crímenes (pobre ilusa).

Lo cierto es que a Spector estos dos últimos capítulos no le han sentado nada bien. Todo pinta negro para él. A las imágenes de seguridad se le ha sumado conocer que una de sus víctimas estaba embarazada. Su foro interno le lleva a enviar a la familia de la joven asesinada una carta de arrepentimiento, que tras ser analizada por la policía se descubren dibujos realizados por su hija sobre el mismo papel.

Todo puede ir a peor

Por si esto fuera poco, su extraña y casi denunciable relación con la canguro quinceañera se vuelve más peligrosa. Ella se muestra casi obsesionada con Paul y él se reprime para que la cosa no vaya a mayores y termine dándole un “masaje” en el cuello de esos que suele dar. Algo que le complicaría mucho más las cosas.

Spector decide acudir finalmente a la policía como le indicó su mujer, donde miente y dice que estuvo con ella, al no tener coartada para la noche del crimen. Sally recibe la llamada de la policía para contrastar los hechos, por lo que se ve obligada a mentir y a pedirle explicaciones a su marido perfecto. Eso obliga a Spector a dar al espectador un cursillo de matrícula de honor de ‘cómo mentir y que no te pillen en el intento’.

Para evitar ser descubierto, confiesa (falsamente) que su trabajo nocturno en el teléfono de la esperanza era una excusa y que la noche del crimen tuvo una aventura con la canguro, con la que nunca llegó a tener nada, aunque no fuera por falta de ganas.

El arte de la manipulación de nuestro asesino en serie no tiene límites y también llega a Katie, la canguro, a la que termina declarando su amor para hacer realidad su coartada. Busca una aliada, pero ¿ella descubrirá su gran secreto?

El doble gran error de Spector

Mientras tanto, el instinto del asesino sigue más despierto que nunca e intenta cometer otro crimen. En este caso Spector resulta muy torpe y deja muchos cabos sueltos. El principal es que muestra su cara a la víctima a la que finalmente da por muerta, cuando sigue con vida y es ingresada inconsciente y grave en el hospital.

Por su parte, la patóloga del caso revela a la comisaria que, en sus años de universidad, una amiga mantuvo una relación con un individuo con el que tuvo relaciones sexuales e intentó una vez asfixiar a modo de fantasía. Unos indicios que podrían coincidir con los de nuestro asesino años atrás.

Además, como era de esperar, la falsa aventura de Paul mina aún más su matrimonio, que recordemos que ya hacía aguas, por lo que mantiene con su mujer una larga conversación (de esas que acaban con sexo) donde ella termina confesándole a él otro gran secreto. Su embarazo.

Acorralado como las ratas, Paul propone a su mujer comenzar una nueva vida en Escocia para arreglar su matrimonio (y ya de paso huir de la comisaria Gibson, que le pisa los talones). El comienzo de una nueva vida nos deja con un regalo, ofreciéndonos la primera conversación de Spector y Gibson, una interacción donde el asesino se presenta y dice adiós a la comisaria, que le hace ver que está más cerca de él de lo que pensaba.

Mientras tanto su última víctima despierta en el hospital. Ahora puede pasar cualquier cosa…

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