'The Good Wife' 6x19 Review: esto cada vez es más 'House of Cards'

Por Javier RoizJavier Roiz

Esta temporada de ‘The Good Wife’ está siendo muy peculiar. Peculiar porque parece que el ambiente judicial ha tomado carácter secundario y la luz de los focos se lo lleva esta vez el lado político que siempre ha acompañado a las tramas de ‘The Good Wife’.

(A continuación con spoilers)

Una carrera política abocada al fracaso

Aunque siempre hemos seguido muy de cerca el comportamiento político de los personajes que protagonizan ‘The Good WIfe’, sobre todo desde la llegada de Eli Gold (seguramente uno de los mejores personajes de la serie), en esta temporada, en la que hemos seguido al detalle toda la campaña política de Alicia Florrick para convertirse en la nueva Fiscal del Estado de Illinois, las luces y, sobre todo, las sombras del juego político americano son las protagonistas casi absolutas de prácticamente todos los conflictos que articulan la temporada.

En este capítulo, la bomba que reventó en el capítulo anterior ha terminado de destruir la poca entereza que le quedaba a Alicia para defenderse en el nido de víboras en el que acaba de aterrizar. Desde que decidiera darle el “sí, quiero” a Eli Gold y abandonar su casi recién inaugurado bufete, en medio de una crisis personal tras la muerte de Will Gardner, para comenzar una durísima campaña política llena de escollos que en principio parecían fáciles de esquivar, todos sabíamos que aunque acabara bien, el resultado no iba a ser positivo.

¿Es ‘The Good Wife’ o ‘House of Cards’?

Como si se tratara de la trama de una temporada intermedia de ‘House of Cards’, Alicia es forzada por su partido a retirarse de su recién estrenado cargo como Fiscal del Estado debido a que las sospechas sobre el fraude electoral en su victoria podrían salpicar la carrera de un senador, cargo, obviamente, mucho más importante que el suyo. Así, Alicia se ve atrapada en una espiral de mentiras y juego sucio del que es complicado ver una salida. Al menos no una que no implique acabar herida. Nosotros tenemos mucha fe en ella y en todo el equipo que la rodea, pero también somos expertos en la serie y sabemos que aunque Alicia encuentre la solución al conflicto laboral que se le presenta (es decir, aunque consiga mantener su puesto como Fiscal del Estado con honradez y plantando cara a los oscuros tejemanejes de su partido), su vida personal va a sufrir algún revés en compensación.

No sé si esto será el cisma irreparable en su relación con Peter (de momento parece que tiene su apoyo) o lo que le llevará a distanciarse con dureza de su hija Grace (en este capítulo ya ha habido un sentido reproche por las mentiras piadosas sobre Will), pero sabemos que en ‘The Good Wife’ todo siempre es agridulce. Y, de momento, el futuro se presenta más agrio que dulce. Ojalá me equivoque.

Kalinda cada vez más vulnerable

Por otro lado, la soga se va cercando sobre el cuello de Kalinda en el otro gran conflicto que se avecina en esta recta final de temporada. Tras haber admitido que Diane presentó pruebas falsificadas por Kalinda para sacar a Cary de prisión, nuestra investigadora favorita (por cierto, ¿dónde está Robyn?) parece que va a dar un paso al frente para defender a Diane y aportará pruebas en contra de Lemond Bishop lo que, seguramente, será su sentencia de muerte. Quizá pueda salvarle su estrecha relación con el hijo de este, pero de momento no auguramos nada bueno para ella.

En definitiva, el futuro de ‘The Good Wife’ es bastante negro. No el de la serie en sí, que como siempre sigue en la cresta de la ola ofreciendo guiones magistrales y personajes tan bien trabajados que sabes lo que están pensando sin que abran su boca, sino el futuro de todos estos personajes, a la deriva en un campo de minas. Aún nos quedan unos cuantos capítulos para ir despejando la niebla, pero me da pánico asomarme al monstruo que irremediablemente se esconde en este final de temporada.

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