'Jane The Virgin' 2x13 Review: Ciudadanos de segunda

PorBetty M. MartínezBetty M. Martínez

De los nervios. Así estaba yo cuando terminé de ver el capítulo de ‘Jane de Virgin’ de esta semana. ¿Y aún tengo que esperar siete días para saber qué pasa? Señores guionistas, lo suyo roza la tortura. Pero no me voy a adelantar. El final ha sido de infarto, pero el resto del episodio no se ha quedado atrás. ¿Lo vemos?

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Rafael, el galán con mal perder

La semana pasada nos pusieron muy fácil intuir qué iba a pasar con Jane y Michael. Aquel cruce de miradas y aquel “sí” de Jane solo podían significar un regreso al punto de partida de la serie. Aún se quieren y quieren estar juntos. Era algo que se veía venir y nos alegra por ellos. Sobre todo por Michael, porque, al margen del Team al que apoye cada uno, el inspector Cordero ha luchado por tierra, mar y aire por Jane.

Claro, la burbuja de Jane y Michael es ideal, pero todo salta por los aires cuando hay que buscarle acomodo a Rafael. Sí, sigue ahí. Vale que Jane no quiera saber nada de él como novio, pero siempre será el padre de Mateo, así que su opinión debe ser tenida en cuenta.

Y ¿cómo se toma nuestro galán descafeinado la noticia de la reconciliación entre la madre de su hijo y su peor enemigo? ¿Mal? No ¿Fatal? Sí. ¿Ha sido impresión mía o se ha tomado en este capítulo toda la cafeína que había en el hotel Marbella?

A ver, Rafael (impresionante el trabajo de Justin Baldoni en este capítulo), me caes bien, te esfuerzas, lo intentas, quieres lo mejor para Mateo. Todo eso lo sabemos, pero siento decirte que en esta ocasión has sacado los pies del tiesto. Sé un hombre y reconoce lo que te pasa. No te opones a la relación de Jane con Michael porque el trabajo del policía ponga en peligro a Mateo. No sigues cabreado por el puñetazo porque hasta a nosotros se nos había olvidado el incidente. Lo que te pasa es que estás celoso porque Jane lo ha elegido a él y no a ti. Has perdido y no estás acostumbrado a ser ciudadano de segunda.

Menos mal que al final lo reconociste y la verdad es que me diste un poco de pena cuando confesaste que temías ser sustituido en la vida de Mateo. Ese miedo sí lo entiendo, pero también estoy convencida de que Jane nunca permitiría que pasara algo así. Ella misma te lo dijo. Créela. E intenta de verdad asumir su relación con Michael.

Petra recupera su dignidad

Lo que habría que decirle también a Rafael es que regule su consumo de cafeína. Tiene que encontrar la dosis adecuada porque esta semana se le ha ido la mano. Rafael, entiendo que quieras olvidar a Jane, pero ir corriendo a los brazos de Petra no es la solución. Si quieres regresar con tu ex mujer y futura madre de tus hijas, perfecto, pero que sea por amor, no por despecho. Y tu acercamiento exprés de esta semana olía demasiado a “estoy despechado porque Jane no me quiere, así que me voy con Petra, que siempre está ahí”.

Y en este punto hay que darle un aplauso a Petra porque de verdad que ha conseguido sorprenderme. Lleva ya no sé cuántos capítulos intentando recuperar a Rafael y ahora cuando lo tiene al alcance de la mano (literalmente) le dice que mejor no. Bien, Petra. En una secuencia has recuperado gran parte de la dignidad que perdiste en muchas otras ocasiones. Tal vez seas la tercera en discordia de esta extraña historia, pero no eres ni ciudadana de segunda ni plato de segunda mesa.

Por cierto, señores guionistas, por favor, que Petra dé a luz de una vez porque, si no, va a volver loco a Rafael y a nosotros. O eso o que acabe ya esa lista de cosas urgentes para hacer antes del parto.

La recaída de Luisa

Esta semana toca hablar de Luisa, ese personaje clave para que exista ‘Jane The Virgin’, pero que va y viene sin previo aviso. La semana pasada fue muy complicada para ella: descubrió que su madre había muerto hace años y casi fue testigo presencial de la muerte de Rose, que, por mucho que fuera la asesina de su padre, también era su gran amor. Después de todo esto, era previsible que hubiera consecuencias.

Y las hubo. Luisa buscó refugio en quien ella cree que es su mejor amigo: el alcohol. Después de casi un año sobria, Luisa no pudo más y saqueó el bar del hotel. La verdad es que fue triste verla recaer y, sobre todo, darse cuenta de lo sola que está. Fue Jane quien le tendió la mano porque Luisa no quiere defraudar una vez más a Rafael.

Es curioso, creo que es la primera vez que veo a Jane y Luisa conversar tranquilamente como si fueran de la familia (de hecho, lo son). Es más, me cuesta recordar alguna escena en la que estén juntos Mateo y su tía. En fin, ojalá que Luisa se recupere y seguro que lo consigue ahora que tiene un aliciente muy interesante.

Y a todo esto, una pequeña duda, ¿por qué ha vuelto Jane a trabajar al Marbella? ¿No era profesora ahora? Lo confieso. Me he perdido.

La distancia entre Rogelio y Xiomara

En el capítulo anterior nos llevamos, otra vez, un disgusto con la relación de Xiomara y Rogelio. Volvieron a romper, otra vez, por la negativa de ella a tener más hijos. Yo me imaginaba a Xiomara bastante entera, aunque afectada, y a Rogelio echo un mar de lágrimas, así que imaginaréis mi sorpresa al verlos comportarse como si nada hubiera pasado.

Cuando dijeron que iban a ir juntos al estreno de “Tiago” casi me levanto a lavarme las orejas. ¿En serio? ¿De verdad son capaces de mantener una relación tan sumamente civilizada tras su ruptura? Sorprendente.

Bueno, no, había truco. Rogelio aún tiene esperanza. Aún cree que Xiomara va a cambiar de opinión y que todo volverá a la normalidad. Rogelio, sabes que no escondo mi condición de Rogelifan, pero, a veces, me dan ganas casi de abofetearte. ¿Por qué tiene que cambiar ella de opinión y no lo puedes hacer tú?

En fin, que todo era demasiado normal como para ser normal y los hechos me dieron la razón. Algo tan inocente como el ensayo de una escena de “Tiago” hizo que todo saltara por los aires. Bueno, lo primero que saltó por los aires fue el guion que estaban ensayando. Lo segundo, la ropa de Rogelio y Xiomara. Lo tercero no llegó a producirse, pero en algún momento llegué a imaginarme a Rogelio saltando por la ventana para evitar que Jane lo encontrase en la cama con Xiomara (por favor, ni que fueran dos adolescentes).

Lo cuarto que saltó por los aires fue esa relación amistosa entre ex. Xiomara descubrió que Rogelio aún confía en reconducir la situación y sabe que con su actitud no ha hecho más que darle esperanzas. Falsas esperanzas. Así que Xiomara, demostrando, una vez más, una madurez a años luz de la que tenía al principio de la serie, corta de raíz esa extraña relación. No han sido muchas las veces que Xiomara ha llorado en esta serie, pero cuando lo hace, Andrea Navedo convence.

Paola, la nueva ayudante de Rogelio

En medio de toda esta vorágine de acontecimientos, ha aparecido un nuevo personaje. Se llama Paola y es la nueva asistente de Rogelio. Su presentación, la mejor, viene de trabajar con Jennifer López. Para los espectadores también tiene un currículum a destacar. La interpreta Ana de la Reguera (‘Capadocia’, ‘Narcos’). Y una aclaración. En algunos medios se ha dicho que sustituye a Kate del Castillo después de toda la polémica con el caso del Chapo Guzmán. No es verdad. Son dos papeles distintos.

Pues eso, que Paola llega para organizar la agenda de Rogelio. Y también un poco su vida. No me han gustado nada esos comentarios malmetiendo en la relación de Rogelio con Jane. Verás, Paola, Rogelio no es ciudadano de segunda para Jane. Simplemente en ese momento Xiomara la necesitaba más. El problema es que el mensaje ha calado en Rogelio y ha tenido una escena bastante desagradable con Jane. Se hace raro ver a un personaje siempre tan divertido como Rogelio en una situación tan sumamente dramática, pero Jaime Camil lo borda.

En fin, que a nosotros Paola nunca nos terminó de gustar y cuánta razón teníamos. Señores guionistas, más les vale que a Rogelio de la Vega nadie le toque ni un pelo porque, de lo contrario, vamos a tener un disgusto. Avisados quedan.

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