'Jane The Virgin' 2x20 Review: lobos con piel de cordero

Por Betty M. Martínez Betty M. Martínez

Ya se va notando que nos acercamos a la season finale de esta segunda temporada. Los nuevos personajes que han ido llegando en los últimos capítulos empiezan a provocar que los acontecimientos se precipiten y que la incertidumbre se vaya apoderando de los espectadores. Y este episodio ha sido el mejor ejemplo. El que iba a ser un Día de la Madre basado en pijamas, helado y telenovelas, como marca la tradición Villanueva, se convirtió en un ir y venir de imprevistos.

¡¡CUIDADO SPOILERS!!

Hacer todo lo que es necesario

Comencemos, como siempre, por nuestra protagonista. Aunque solo faltan 17 días para su boda con Michael (gracias por el dato, señor narrador, usted siempre tan pendiente de nosotros), los preparativos han quedado en un segundo, tercer o quincuagésimo lugar. ¿Ya se ha comprado el vestido de novia o piensa utilizar el que tenía para su anterior amago de boda? ¿Y las invitaciones? ¿Irá Rafael? ¿Quiénes serán los padrinos? Faltan dos semanas y no sabemos absolutamente nada.

En fin, esta semana se lo perdonamos porque ha estado muy ocupada intentando salvar su empleo. Recordáis la jugarreta que le hizo Anezka, ¿no? Enviar un anuncio al periódico universitario a nombre de Jane diciendo que cobraba por hacer trabajos académicos. Pues bien, la profesora Donaldson (la asesora de la novela de Jane) y el profesor Blake (su jefe) lo han visto y, obviamente, la moralidad y profesionalidad de Jane han quedado a la altura del betún.

Pero, sorprendentemente, Jane ha encontrado en la profesora Donaldson una aliada. Tal vez no sean las mejores amigas (ni nunca lo serán) pero la asesora reconoce que Jane es inteligente y no cometería la estupidez de firmar el anuncio con su nombre real a sabiendas de que es causa de despido. Sin embargo, a pesar ese buen argumento de defensa, hacen falta pruebas y Jane se pone a buscarlas.

No sé si es mérito exclusivo de Jane o su relación con Michael ha sido su escuela, pero lo cierto es que nuestra protagonista resolvió el misterio con relativa facilidad. Y todo gracias a una frase. “Todo lo que es necesario”.

Jane es mi amiga

Pero averiguar que Anezka era la culpable de la trampa, lejos de solucionar el problema, generó nuevos conflictos. Jane se lo contó a Petra, que recriminó su acción a Anezka. Pero esto no es lo sorprendente. Lo que me dejó completamente boquiabierta fue lo que dijo Petra: “Jane es mi amiga”. Voy a volver a escribirlo por si alguien no lo ha leído bien. “Jane es mi amiga”. Si no lo oigo, no lo creo. ¿Qué le han hecho a Petra? ¿Quién es esta mujer que habla, viste y calza como ella, pero que no es ella? No puede ser ella. Petra y Jane ¿amigas? Bueno, vale, llevábamos unas semanas en las que su relación era bastante cordial, pero que Petra diga “Jane es mi amiga” es para incluir esa escena en la lista de momentos inolvidables de ‘Jane The Virgin’.

Pero en esta serie tienen la costumbre de darnos una de cal y otra de arena, así que después de tenernos unos segundos elucubrando sobre cómo sería ahora la relación entre las madres de los hijos de Rafael, llega el jarrón de agua fría. ¿Y quién lo vierte? Anezka. Si Petra tiene un don para caer de pie ante cualquier problema, Anezka es el mejor imán para cualquier problema.

Resulta que Anezka se comportó como una correveidile y le contó a su hermana que Jane decía que Petra no era una buena madre. La frase estaba fuera de contexto, pero a Petra se le olvidó automáticamente su amistad con Jane. Y yo me pregunto. Si la propia Petra ha dicho por activa y por pasiva que no se siente buena madre, ¿de qué se extraña? Aunque Jane pensara eso (que lo piensa, pero no lo dice porque es políticamente correcta), ¿por qué se indigna tanto ante la constatación de una realidad? O es que eso de “Jane es mi amiga” era solo de dientes para afuera.

En fin, que lo que parecía ser el inicio de una bonita amistad, se ha quedado en el regreso al punto de partida. Espero que Rafael sea buen mediador porque va a tener que llenarse de paciencia para lidiar con las madres de sus hijos. Y Petra, un consejo, ten cuidado con tu hermana. Entiendo que quieras protegerla. Entiendo que quieras hacer todo lo posible porque esté bien. Entiendo que te emocione su brindis. Entiendo que agradezcas que haya reconocido tus méritos después del ensalzador vídeo sobre Jane (reconozcámoslo, ha sido un poco excesivo tanto halago). Entiendo que todavía estás aprendiendo lo que significa tener una familia. Pero, Petra, has demostrado que eres muy inteligente y astuta, no te dejes engañar por la hipersensibilidad de tu hermana. A veces, los lobos se disfrazan de corderos.

Un último detalle sobre Petra y Anezka. Impresionante el trabajo que está realizando Yael Grobglas al interpretar estos dos personajes. Son dos papeles absolutamente opuestos en su tono, su lenguaje, su expresión corporal, sus gestos y hace creíbles los dos con una aparente y sorprendente facilidad. Felicidades.

El precio del silencio

Tal vez si Rafael hubiera conseguido ver más allá de esa necesidad suya de tener una familia normal, habría evitado el problemón en el que está metido. Anezka todavía aparenta ser cordero, pero Derek ya ha enseñado las fauces del lobo que es. Rafael, odio decirte esto. Sabes que, a pesar de todo, me caes bien, pero allá va: te lo dije. Y ahora va la peor frase, pero también tienes que leerla: Michael tenía razón.

Sí, como todos intuíamos, menos Rafael, Derek no es el hijo pródigo que venía buscando a un hermano mayor. No era Rafael el que estaba engatusando a Derek para sacarle información sobre Mutter (lo siento, me niego a referirme a esa criminal como la madre de Rafael y, por consiguiente, abuela de Mateo). ¡¡Era justo todo lo contrario!! Derek preparó todo lo de la información privilegiada para provocar el inmenso error de Rafael. Era una vil trampa para poder chantajearlo después.

Pobre Rafael. La verdad es que su situación es muy complicada y no sé cómo va a poder salir del lío en el que se ha metido. Menos mal que cuenta con la ayuda de Petra (miedo me da el plan que se le pueda ocurrir) y de Michael, que, por mucho que lo hayan despedido, lleva la placa policial grabada a fuego en la piel y no va a permitir que Mutter se salga con la suya.

Por cierto, mi escena favorita de este capítulo la protagonizan Michael y Rafael. Señores guionistas, el Día de la Madre ha sido muy interesante, pero, por favor, queremos un episodio sobre el Día del Padre.

Rogelio y Xiomara, cada uno por su camino

Y vayamos con Rogelio de la Vega, que sigue demostrando que su capacidad de cambio y evolución es infinita. Resulta que esta semana su ¿novia? ¿ligue? ¿amiga especial?, en fin, Dina celebra su cumpleaños, pero él no estaba invitado. Eso le sienta mal a cualquiera. El Rogelio de antes hubiera montado una escena. Bien se hubiera encerrado en casa para que nadie viera esa humillación, bien se hubiera sobreexpuesto a los medios para que todos vieran que no le afectaba. Sin embargo, el nuevo Rogelio, enfrentó la situación e hizo la gran pregunta. ¿Por qué no me invitas? Acompañada de una mirada de cordero degollado que enternece a cualquiera (genial, como siempre, Jaime Camil) Y Dina, que empieza a caernos un poquito mejor, le dio la respuesta. Sus amigos son gente corriente y Rogelio no encaja en ese ambiente.

El anterior Rogelio hubiera hecho un comentario ingenioso-ofensivo al respecto, pero el nuevo Rogelio asumió el reto de caerles bien a los amigos intelectuales de su ¿…? De Dina. Eso sí, las viejas mañas tardan en olvidarse así que Rogelio hizo un poquito de trampas. Se llevó a Jane con él a la cena a modo de apuntadora. Mi reconocimiento a padre e hija por su habilidad para escribir en el móvil a la velocidad de la luz. Lástima que no tuvieran en cuenta los gazapos propios de todo corrector alfabético. Si alguien quiere abrir una gazapopedia a cuenta de las erratas provocadas por los correctores de los teléfonos móviles, que me avise, que tengo una buena lista.

En fin, que todo iba bien hasta que fue mal, pero lo mejor de todo es que Dina ha reconocido el esfuerzo de Rogelio por integrarse en el grupo de sus amigos. Sí, he escrito Rogelio y esfuerzo en la misma frase y no tiene nada que ver con su faceta profesional. A Rogelio le importa Dina y se lo ha demostrado de la mejor forma posible: con hechos. Ahora solo hay que esperar para ver cómo evoluciona esta relación. Dina, solo te digo una cosa, no te atrevas a hacerle daño a Rogelio porque las Rogelifans nunca te lo perdonaríamos.

Y mientras esto sucede, ¿qué pasa con Xiomara? Pues, aunque diga lo contrario, el romance entre Rogelio y Dina le hace un poquito de daño. Bueno eso pensaba yo, pero ya tengo mis dudas. Y mis dudas tienen nombre de hombre.

El gran rival de Rogelio. El hombre con el que lo engañó Luciana. El actor que le arrebató el premio Paloma. El único galán capaz de robarle audiencia. Esteban. Ha vuelto. El plan era hacer un crossover entre “Tiago” y “Fernando e Isabel”, pero Esteban ha hecho otros planes. Y no voy a decir más, pero, sí, lo que estáis pensando es lo que está pasando.

Ahora solo toca esperar para saber si solo ha venido de visita o tiene intención de quedarse más tiempo. Si ha sido algo esporádico, aquí dejamos el tema porque un error lo comete cualquiera. Si se convierte en algo duradero, ya sé cuál va a ser uno de los apartados más destacados de mi próxima review. Se admiten apuestas. Yo ya he hecho la mía.

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