'Masters of Sex' 3x05 Review: la curvatura del amor

Por Juan Carlos López SáezJuan Carlos López Sáez

Aunque Showtime, canal que emite 'Masters of Sex' en EEUU, ha confirmado que renueva la serie por una cuarta temporada, los ratings de audiencia no hacen más que bajar, salvándose únicamente sumando la audiencia de las repeticiones. Y hace unas semanas habría compartido la indiferencia de esos espectadores que han huido, pero tras el último episodio, me alegro de haber aguantado el temporal porque ha sido un capitulazo.

El inicio de temporada fue decepcionante y confuso, pero estos dos últimos capítulos han retomado la temática sexual y los casos que deben resolver Will y Virginia, además de recuperar a los que podrían ser los protagonistas de la serie, Margaret y Barton, ambos premiados por sus papeles, y que ofrecen momentos memorables.

Con tanto cambio, queda claro que la serie esta viviendo un renacer en lo que a calidad se refiere, y que de seguir por este camino, podría volver a resaltar como en su primer año.

(Cuidado SPOILERS)

Amor al primer tono

Tengo devoción por Allison Janney, una actriz que lo clava tanto en comedia como en drama, sino basta ver cualquier episodio de 'Mom' para verlo. Suyo es el episodio, y la historia más interesante de la temporada. Margaret se pasó 30 años de su vida en una relación que resultó ser una mentira por la homosexualidad de Barton, su marido.

Tras la ruptura, y el distanciamiento con su hija por no ser capaz de delatar a Barton, no cesa en la búsqueda de afecto y placer. Tanto es así que acepta compartir su pareja, quien además no la complace al sufrir eyaculación precoz, con una joven instalada en su casa, algo que la tiene constantemente incomodada.

Will y Virginia les aconsejan que sea élla la que lleve las riendas del coito, poniéndose élla encima y él sin moverse. Margaret avisa de que no ve normal ser élla la que tenga que tener el control del momento, y menos de que su pareja Graham vaya a poder resistir sin ni tan siquiera poder moverse.

La propuesta tiene éxito y Margaret disfruta por fin del sexo con el ansiado orgasmo que logra alcanzar. Pero fuera de la habitación la situación es muy diferente. La idea de compartir un hombre con otra mujer, que para colmo es mucho más joven nunca le ha hecho gracia, y al ver que Graham no cederá a su favor, decide abandonarlo.

Barton, que se entera del trío al visitarla, la consuela al reencontrarse en la consulta, elogiando el gran cambio que se ha producido en élla, debido a que la anterior Margaret no habría tenido valor de abandonar a un hombre por miedo al rechazo y a las apariencias. Viendo ambos el rumbo que han llevado sus vidas tras la separación, Barton se arma de valor y llama a su hija, a la que cuenta toda la verdad para que pueda perdonar a su madre.

Los visitantes

Cuando por fin Will y Virginia tiene una noche para acostarse juntos, los padres de élla aparecen junto a Tessa en una visita sorpresa. Tessa prepara la sorpresa para sorprender a su madre con Will en la cama, pero no consigue que el doctor sea sorprendido, a pesar de que se encuentre escondido en el baño. Memorable el momento de Will en el baño leyendo las instrucciones de un tampón.

Como el plan resulta fallido, Tessa coloca una pajarita que Will se dejó en la colada con la intención de que su abuela la descubra y pille a su hija. Este plan si funciona.

Venganzas

Mientras Will, que es ajeno a los planes de Tessa, y al descubrimiento de la madre de Virginia, tiene sus propios frentes con los que lidiar.

El primero es la petición del director de la universidad en la que comenzó el estudio, y de la que lo echaron de malas formas por tacharlo de obsceno. El director pide ayuda para que su hijo menos pueda dejar embarazada a su esposa, ya que cree que no volverá de la guerra.

Will sigue con rencor al recordar como le echaron y como acabaron con su estudio, termina cediendo y volviendo a dar una charla en la universidad vio nacer su estudio con un emblemático discurso donde describe el sexo como “la curvatura del amor”, comparando el amor con la gravedad, imposibles de ver ni de mesurar.

Mientras trata con su antiguo jefe, su hijo aparece lesionado por una pelea en el colegio que dice haber comenzado él buscando sorprender a su padre. Will se enorgullece al comprobar que su hijo no pasará lo mismo que él a su edad, pero Libby descubre que sucede lo contrario, un compañero esta molestando y pegando al pequeño.

Will, decidido a defender a su hijo, sorprende al niño en mitad de la calle y lo asusta comparándolo con su padre, y amenazándolo con lo que puede llegar a hacerle al ser doctor. El niño se termina meando del susto, y Will lo deja ir, viendo que esta pagando con él sus frustraciones en lugar de ayudar a su hijo.

Como es lógico, Libby se enfada y su hijo, avergonzado, no quiere hablar con su padre.

La amante

Tras el memorable discurso de Will, la madre de Virginia anima a su hija a que espere a que éste deje a Libby, que sea paciente porque esta orgullosa de la elección de su hija. Pero Virginia se termina sintiendo mal por la idea de ser la culpable de la futura ruptura, y pide a Dan, que ha comenzado los estudios en la clínica para seleccionar perfumes, una cita,

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