'Modern Family' 7x14 Review: unos jóvenes cada vez más insufribles

Por Cristina CompanyCristina Company

El nuevo episodio de la séptima temporada de ‘Modern Family’ ha girado en torno a un fenómeno atmosférico: la lluvia.

(¡Cuidado SPOILERS!)

Un payaso aterrador

Y no, no hablamos de Fitzbo… Phil ha decidido sustituir a Cam en una fiesta del vecindario. A Phil le aterrorizan los payasos y creía que si él era el payaso lo superaría. Sin embargo, la angustia que le producía verse en la caja de los espejos le ha producido un desmayo que ha causado la risa de todos sus familiares.

En un día lluvioso como el que tenían en Los Ángeles, Phil decide enmendar sus errores y recompensar su fallo. Su familia, como bien sabe, quieren evitarlo dado que su torpeza acaba ganando la batalla. Y como no, ha acabado rompiendo, e incendiando los portátiles de Alex y su amiga Maisie.

Tras este incidente e irse la luz, deciden ir a casa de Jay. Al igual que Mitch, Cam y todo un ejército de niñitas invitadas al cumpleaños de Lily. Menos mal que Jay es previsor y ha comprado un generador de luz para conectar lo imprescindible.

La generación de jóvenes cada vez más insufrible

Los más pequeños de la familia cada vez son más pesados. Empezamos con un Luke muy ‘chulito’ haciéndose selfies de una forma cautivadora mientras se mete con su hermana que, junto con su amiga, se pasa el capítulo obsesionada con cosas de la universidad. Al final, Luke, gracias a sus fotos consigue ver la solución al problema planteado y se las da de listo.

Seguimos con una Haley que parece que tenga trece años: obsesionada porque su novio no le hace caso. Andy le explica que quiere algo más romántico y al final todo, bajo la lluvia, se soluciona. No es una trama muy relevante en el capítulo pese a que ha sido una trama con mucha importancia durante la temporada pasada.

Manny, por su parte, no sorprende que esté insufrible, sino que lo raro es cuando no lo está. Está vez, avergonzado por su cuerpo, no quería hacer una excursión con sus compañeros por si se bañaban desnudos. Sin embargo, y tras un accidente nudista, Claire consigue convencer a Manny de que no tiene que avergonzarse de nada. Así que un problema menos.

Y ahora vamos con Lily. Resulta que la más pequeña (sin contar a Joe) es la que más demuestra que tiene dos dedos de frente. Al principio, Lily (y sus padres) está preocupada por la opinión de Ashley dado que es la más popular de la clase y todas la siguen. Pese a que Mitch y Cam lo intentan, su fiesta acaba siendo un fracaso, Mitch intenta negociar con la niña pero no lo consigue. Al final, Lily se revela y todas las niñas la siguen sin importarle Ashley.

La quedada de la marina

Pese a las inclemencias del tiempo, Jay se pasa todo el capítulo intentando ir a un bar irlandés para reunirse con sus viejos amigos. Gloria no entiende el por qué, con la cantidad de desastres que tienen en casa y con lo peligroso que es salir fuera está obsesionado.

Por otro lado, su yerno, tras muchos intentos de arreglar su desastre, ve (gracias a Gloria) que lo que tiene que hacer es lo que mejor se le da. En este caso, no es limpiar un canalón, ni abrir un bote de pepinillos, sino escuchar, comprender y animar.

Tras veinte minutos en los que Jay se vuelve tedioso con lo de la quedada, al final del capítulo descubrimos el por qué. Resulta que uno de sus compañeros ha fallecido y, como tradición, se reúnen en el bar para brindar por él y beberse una copa en honor de los que ya no están. Mientras lo cuenta, Phil le prepara una copa entre tréboles verdes para que cumpla con la tradición a distancia. Jay, como en el fondo quiere a Phil, lo invita a beber con él.

Este capítulo ha seguido una estructura distinta a la que estamos acostumbrados a ver en la serie. Con Phil como continuidad, las tramas van hilándose en un único escenario en el que conviven todos los personajes y todas sus historias.

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