'Penny Dreadful' 3x05 Review: el Destino Manifiesto

Por Sabrina RodríguezSabrina Rodríguez

“Este mundo es nuestro infierno” es lo que dice el título del episodio de 'Penny Dreadful' de esta semana; curioso cuando de trasfondo está la idea del Destino Manifiesto. Esta doctrina dice que una nación puede expulsar a otra de un territorio si existen designios divinos para hacerlo. Donde el Nuevo Mundo es prometido por el Cielo, tal vez es un infierno lo que se desata.

Este es el primero de los capítulos que ha dirigido el español Paco Cabezas para esta temporada; una historia centrada en Ethan, donde por fin descubrimos un poco más de la vida del licántropo norteamericano, aunque visitemos de pasada a Hyde y Frankenstein en Londres.

¿Cuál será el destino de Ethan basándonos en su pasado? Si quieres saberlo, adéntrate en los SPOILERS.

Divide y vencerás

Esto ya lo sabíamos al final de la segunda temporada, cuando nuestro protagonistas se separaron. Estando juntos eran más fuertes porque cada uno suplía las debilidades de los demás. En esta tercera entrega parece que todos están dando tumbos buscando su destino, algunos sin rumbo fijo.

Frankenstein está cegado por su obsesión con Lily y procede con sus experimentos, totalmente desconectado de la empatía hacia otros seres humanos. Quiere crear la mujer perfecta que sirva a su felicidad y no le importa nada ni nadie. Ya no tiene compañeros que apelen a su humanidad, a excepción de Jekyll, pero sus advertencias y reproches no parecen hacer efecto en Victor, que sólo desea una esclava complaciente; precisamente todo lo que Lily detesta y a lo que ha declarado la guerra. Se masca la tragedia.

El resto del episodio gira en torno a Ethan. Sir Malcolm y Kaetenay están cada vez más cerca de encontrarle, al igual que las autoridades. El apache comparte con el inglés sus visiones sobre un futuro en el que reinan las criaturas de la noche y Ethan entre ellas, llenando de urgencia su búsqueda para llegar a él antes de que Hécate pueda tentarle con la oscuridad.

En la fría noche del desierto, bruja y hombre lobo se sinceran. Ella le cuenta cómo su madre la ofreció a Lucifer y éste la marcó con sólo cinco años. Él le habla de cómo su padre le alistó y él decidió intentar contentarle. Cuando se dio cuenta de que eso de matar nativos no era ético y le hacía sentir culpable, decidió unirse a ellos y matar a los suyos a las órdenes de Kaetenay. La historia de Ethan es sangrienta y todavía no sabemos ni la mitad, pero sí nos podemos hacer una idea de por qué no siente aprecio por ninguno de sus padres; ni por el biológico, ni por el apache adoptivo.

“Sólo hay una manera de no sentir culpabilidad, abrazar tus pecados”, le dice una Hécate que está cada vez más cerca de convencer a Ethan de abandonar la culpa y el camino de busca de la redención que ha elegido seguir. ¿Es la personalidad de Ethan tan volátil como nos la presentan?

Poco a poco, bruja y licántropo se van acercando. No es algo que nos resultase posible a priori, dado su pasado como adversarios, pero la atracción entre monstruos siempre estuvo allí y, tal como está realizado, con pequeños acercamientos y confesiones, resulta creíble al final. Ethan está cansado de sentir esa responsabilidad, de buscar una salvación que no llega nunca. Ella le ofrece sacarse esa cruz de encima sin juzgarle.

Ethan prestará su sangre para la magia de Hécate y desencadenarán una masacre que envuelve mucho fuego cruzado, confusión y serpientes. Sir Malcolm sobrevive con un Kaetenay con una mordedura envenenada. El inspector Rusk de Scotland Yard también se salvará de nuevo, parece que el destino le tiene preparado llegar hasta el final.

Hécate a lo Lady Macbeth

El desierto árido del salvaje oeste no perdona. Sin agua, con los caballos moribundos y con el frío de la noche, es difícil continuar la marcha. La escena más íntima del episodio ocurre en una cueva, donde pinturas apaches muestran la historia del mundo. Un hombre contra los monstruos de la oscuridad. El peso de la responsabilidad de hacer lo correcto.

Ethan está harto de intentar ser bueno, no puede más. Deja de lado inhibiciones y responsabilidades por la promesa de Hécate de no volver a sentir culpa. Y los imposibles amantes se fusionan en una improbable noche de lujuria que nos creemos y comprendemos, aunque no compartamos éticamente. El lobo de Dios abandona la fe porque su fe no le ha aportado la paz que deseaba. Al igual que Vanessa, se encuentra en una encrucijada, en una crisis de principios, y elije el camino fácil; la amable mano que le ofrece una salida aunque esa salida sea al infierno. Ese entendimiento que sólo los dañados comparten; esa complicidad que puede desatar la locura.

Hécate no manipula; no me lo parece. Sí, dice lo que Ethan quiere escuchar, le incita con promesas de un futuro mejor, menos solitario, menos triste. Dejar de lado la redención imposible para tomar la vida aceptando su lado oscuro. Sí, ella le incita, pero la decisión final la toma él. La dinámica que tienen en esos momentos cruciales me recuerda a la de Macbeth y Lady Macbeth, cuando ella le dice que haga lo que tiene que hacer para conseguir sus objetivos. Es una relación de igual a igual, donde ambos se están necesitando y a la vez son peligrosos el uno para el otro. Esperemos que esto no termine como la obra escocesa de Shakespeare.

Destino Manifiesto

Sir Malcolm y Kaetenay encuentran a Ethan y Hécate en el desierto, muertos de sed y al borde de sucumbir. Malcolm intentará matar a la bruja pero será detenido por un Ethan que ya se ha posicionado, incluso en contra de sus amigos. Los hombres de su padre harán aparición para llevarlos finalmente ante su presencia, no sin antes dejar al moribundo Kaetenay a su suerte para morir en el desierto. Decisión de Ethan. Sir Malcolm no puede estar más confuso.

Y por fin llega el momento, por fin vemos al padre de Ethan. Cuando se habla tanto de un personaje y cobra una importancia tan grande, pero nunca lo vemos, siempre ha de ser un actorazo el que al final lo encarne porque las expectativas son muy altas. Brian Cox hace un trabajo impecable como Jared Talbot, llenando con su presencia el peso de un personaje que llevamos queriendo ver desde hace tres temporadas.

La escena entre Brian Cox y Timothy Dalton es exquisita, definiendo perfectamente a ambos personajes. “Es como mirarse a un espejo”, dice el padre de Ethan a Sir Malcolm, y así sería hace un tiempo, pero el inglés ha cambiado drásticamente tras todo lo ocurrido. El hombre blanco, en su afán de aventura y exploración en África, esclavizó a personas inocentes. Malcolm es culpable de eso y mucho más. Talbot ha masacrado nativos, ha conquistado terreno, hay montañas con su nombre. Malcolm ya no se siente orgulloso de tales hazañas, sabe que el precio a pagar son vidas humanas, no sólo las de su familia, pero las de otras personas que pesan en su conciencia. Jared Talbot siente satisfacción, incluso habiendo perdido a los suyos en el proceso.

Si en anteriores reviews hablaba sobre el Imperio Británico, sus conquistas y todo lo que ello implicaba; no puedo hablar de la actitud del padre de Ethan sin hablar del concepto del Destino Manifiesto. Los primeros colonos que llegaron al norte de Estados Unidos eran, en su mayoría, granjeros ingleses y escoceses de creencia protestante. Ellos creían que los Estados Unidos de América era una nación entregada a ellos por Dios y que era su destino expandirse desde la costa este a la oeste. Bajo esa doctrina se hicieron las mayores barbaridades a los nativos americanos, que no eran vistos como seres humanos a ojos de unos hombres que se pensaban respaldados por la Divina Providencia. Era su destino, su derecho divino.

En esa guerra por la tierra del Nuevo Mundo, los nativos se defendieron como pudieron, como bien explica Kaetenay a Sir Malcolm. Las atrocidades que cometieron los indios fueron consecuencia de la invasión. La escala de violencia fue exponencial. ¿Quienes son los malos en las películas de indios y vaqueros? Si nunca te lo has preguntado, tal vez deberías empezar a cuestionártelo ahora. Sir Malcolm al fin ve desde fuera el hombre que era y no le gusta el reflejo.

Por fin tenemos muchísima información sobre Ethan, sólo nos falta saber cómo se convirtió en hombre lobo. Su padre le explica lo que los nativos hicieron a su familia como represalia a la muerte de los suyos. Las guerras, las conquistas sangrientas, están llenas de episodios como este. Jared le culpa, espera que su hijo reaccione al relato de la muerte de su familia, que se arrepienta, que acepte esa culpabilidad, que se arrodille ante Dios para salvar su alma o él mismo le mandará al infierno. Pero para entonces Ethan ya no está por la labor. Desecha la redención para abrazar la oscuridad que siempre ha conocido y que ya forma parte de él. Su padre le apunta, amartilla el arma y... cliffhanger.

¿Será el destino de Ethan morir a manos de su padre? ¿Hécate hará algo al respecto? ¿Desencadenarán el infierno en la tierra juntos, o ya lo están viviendo? ¿Qué pensará Sir Malcolm de todo lo que ha ocurrido? ¿Volveremos a ver a Kaetenay o ese ha sido su horrible final? ¿Llegará un punto en que esta historia coral vuelva a juntarse cual cauces de un río en el mar? Si es así, veremos cómo lleva Vanessa el cambio de rumbo de Ethan. ¿Podrá soportarlo?

Todos vivimos crisis de fe y, en ocasiones, tomamos decisiones cuestionables. Por mucho que 'Penny Dreadful' sea una fantasía de terror llevada al extremo, podemos empatizar con los sentimientos de los personajes y de dónde vienen sus emociones. De ahí nuestra implicación como espectadores, de ahí nuestras ganas de más. Esperar con ansias el siguiente episodio es nuestro destino.

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