The Americans 3x02 Review: 'La desertora que vino del frío'

PorIsrael Vicente López

Una semana más las desventuras de los Jennings nos acercan a la Guerra Fría, a los “añorados” años 80. En el capítulo de esta semana, “Baggage”, veremos como la trama sigue arrastrando los sucesos con los que finalizó la anterior temporada, y lo acaecido con Yousaf Rana y Annelise en el pasado episodio. También veremos la vuelta de uno de los personajes cruciales de la serie, y por fin le ponemos nombre a la desertora del Instituto USA-Canadá. El título del episodioestá bastante bien traído debido a algunas referencias al equipaje que nos encontraremos a lo largo del metraje.

¡A partir de aquí, SPOILERS!

Nina, la presa de la fría Moscú

El capítulo comienza recuperando a Nina Krilova (Annet Mahendru), que está encerrada en una celda en la prisión moscovita de Lefortovo. Cumple condena por haber sido acusada de traición y espionaje, y su reloj hace tic-tac. Al principio nos muestran su soledad en prisión, pero cuando entra una nueva compañera de celda, Nina evita el contacto con ella, y se auto aísla. Su nueva roommate se llama Evie, una chica belga que dice ser inocente, algo a lo que Nina fríamente, por algo es rusa, le responde “esta cárcel no es para gente inocente”. ¿Será la versión rusa de Guantánamo? Katja Herbers, holandesa, es la actriz que interpreta a Evi. Tal vez os suene de otra serie de 2014, “Manhattan”, muy recomendable.

La trama de Nina finaliza con la visita de Igor Pavlovich, Ministro de Ferrocarriles, al que Oleg, preocupado por ella, envía para que influya sobre su liberación. Nina se deja querer y le pide a Igor que le traslade un mensaje a Oleg, “con él nunca fingía”. O está enamorada, o está jugando, muy bien, sus cartas.

El beneficio de la duda

Por otra parte, en casa de los Jennings comienza a cocerse algo. Existe cierto run run con Paige que acabará con descubrirle la verdad de quiénes son sus padres. Por lo pronto han salvado la bola. Paige le hace saber a Elisabeth su opinión respecto a su padre, cree que tanta salida nocturna pueda deberse a que tiene una amante. Algo que no es del todo incierto, pues cada vez que va a ver a Martha hay jarana. Elisabeth sale en su defensa y le hace ver a su hija que eso no es así y que ellos están muy unidos.

Toda esta anterior situación se debe a una llamada de Philip. Hay que limpiar y resolver la cagada de Yousaf con Annelise, y éste solicita la ayuda de Elisabeth. Qué gran momentazo cuando ambos espías comienzan a desarticular el inerte cuerpo de Annelise, con esos ruidos de huesos rotos. Ante la dificultad, Yousaf echa una mano y Elisabeth le hace una foto de recuerdo, son espías pero no tontos, es mejor extorsionar que matar. El cuerpo de Annelise acaba en el fondo de una maleta, referencia al título, como si de un contorsionista se tratase.

Al día siguiente Philip y Yousaf se reúnen y acuerdan cooperar. La intención de Philip es que Yousaf se reúna con los agentes de la CIA y ellos puedan fotografiarlos. La misión se lleva a cabo en un hotel mientras los dos espías rusos el seguimiento. Un imprevisto surge, Yousaf se va en coche con el primer tipo que aparece, vuelven las persecuciones en coche tan características de la serie. Tras dar con su localización, Elisabeth y Philip fotografían las matrículas de los coches. Dentro de unbar Coopers, con camareras pechugonas donde las haya y combate de Muhammad Ali de fondo,Yousaf está reunido con los agentes hablándoles de Afganistán. Philip y Elisabeth los fotografían a todos discretamente.

Sin el apartado familiar y dramático The Americans no sería lo mismo. Elisabeth revive un flashback de su infancia en Rusia. Vemos como su madre le arenga a que se olvide de su padre, a quien fusilaron por traidor. Parece que la figura autoritaria y fuerte de su madre, que se está muriendo en la madre patria, está creando en Elisabeth un dilema interno en el trato con su hija Paige. No está actuando como una madre rusa debería. Cuando su madre se enteró, por la propia Elisabeth, de que iban a reclutarla con 16 años en el KGB, casi la obligó a ir. Toda esta lucha interna provoca una nueva visita a Gabriel, en la que Elisabeth se sincera con éste contándole sus problemas con Philip y la inclusión de Paige en la verdad de la familia.

Por otra parte Elisabeth sigue aquejada de la mandíbula tras su encontronazo con el agente Gaad. Pese a que Philip le dice que debería mirárselo, ella no quiere ir al dentista porque seguro que es lo que espera el FBI que haga. Tal vez aquí haya miga para los siguientes episodios.

Una vez más, los Jennings vuelven a tener sus más y su menos con el tema Paige. Pese a que Philip parece ceder por momentos, no quiere para Paige la vida que ellos tienen, sobre todo después de jugar al quebrantahuesos con Annelise. Aunque bien es cierto que el sentimiento de Elisabeth por su moribunda madre y las circunstancias le ablandan un poco al final.

Un susto te despierta de vez en cuando

El agente Beeman sigue estando agilipollado. Su cabeza no está a lo que debería de estar, y eso corre en favor de los rusos. Mientras anda por un callejón oscuro tiene un encuentro con Oleg, dispuesto a matarle por dejar a Nina a su suerte. La tensión del momento es palpable en la cara de Stan quien le dice, muy vacilón, a Oleg “si quieres matarme tendrás que dispararme por la espalda”, se gira y se marcha. Beeman sale de la situación con muchos huevos, sí, pero los lleva de corbata. Este susto hace que a Stan le dé la bajona, llame a su familia y se presente ante Sandra para contarle lo sucedido. Con ella es con la única que quiere abrirse, lloran, se comprenden, pero no va a haber más. Stan parece haber perdido definitivamente a su exmujer Sandra.

Previamente habíamos visto a varios agentes del FBI, entre ellos Stan Beeman, recibiendo un cargo en el Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles. Esta gran caja (también referencia al título) contiene a la desertora rusa Zinaida Preobrazhenskaya. Su función era la de informar a los líderes soviéticos de todos los movimientos geopolíticos sucedidos en EEUU y Canadá. Y ahora su función será la de difundir que el politburó está tras la guerra en Afganistán. Por ello concede una rueda de prensa, y hará un par de entrevistas, una para “Newsweek” y otra para “Meet the Press”. A la ingenua de Zinaida le encantan las chocolatinas y se siente tan aliviada de estar en suelo americano que incluso quiere visitar la ciudad. Menos mal que le han colocado al agente Beeman como su niñero para recordarle que aunque esté en Washington no deja de estar en peligro.

Risas y miradas en La Central

Lo único y poco que vemos de la Central está relacionado con la visita de Ronald Reagan, por primera vez, a la embajada rusa en Washington. Este histórico momento entre Reagan y el embajador ruso Dobrynin lo vemos a través de una noticia televisiva del momento. Igualmente lo ven en la Central Oleg y Tatyana quienes bromean con los diálogos entre ambos mandatarios. El detalle está en el acercamiento de posturas y miradas entre Oleg y Tatyana. Ella le pide información sobre los movimientos de la desertora, Zinaida, y le recuerda que les puede hacer mucho daño hablando de Afganistán. Oleg no comprende por qué le encargan estar al tanto de Zinaida siendo parte de la sección de ciencia y tecnología, a lo que Tatyana le responde con lo que parece ser una amenaza, “la propaganda es más importante que nada, y quiero que empieces a entenderlo”. Habemus otro gallo de corral.

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