‘The Flash’ Review 3x22: El momento de la verdad

‘The Flash’ Review 3x22: El momento de la verdad

Por Alberto Rodríguez

A 24 horas del momento señalado para la hipotética muerte de Iris, el equipo Flash estaba de los nervios. A medio camino entre seguir luchando y hacerse a la idea de la terrible realidad que podría cumplirse, lo único que podían hacer era mantenerse unidos en este duro trance a la espera de un milagro. Y dicho milagro llegó en forma de hallazgo a través del satélite utilizado por Laboratorios S.T.A.R. Al parecer, en A.R.G.U.S. tenían la fuente de energía necesaria para poner en marcha el Bazooka de la Fuerza Veloz inventado por Tracy, capaz de encerrar a Savitar en la trampa de la Fuerza Veloz. Pero había un problema: Lyla no estaba por la labor de entregar el arma a Barry. Después de los daños colaterales de Flashpoint, incluida su hija Sarah reconvertida en su hijo John, la responsable de A.R.G.U.S. invitó a Flash a encontrar otro modo de salvar a Iris. Aunque parecía que había un cierto deje de invitación a saltarse las normas y conseguir el arma por sus propios medios. Intencionado o no, Barry decidió tomárselo como un sí. Incluso ya había pensado en el perfecto socio para asaltar aquella fortaleza blindada y conseguir la tecnología de la Dominator.

(Venimos a por spoilers y no nos iremos sin ellos)

Un viajero de entre los muertos

Aprovechando su habilidad para viajar entre épocas, Barry marchó al pasado en busca del compañero que mejor podría ayudarle en su empresa: Leonard Snart. En la Siberia de 1892 lo encontró junto a la Waverider, haciendo su labor como ‘Legend’. Precisamente tuvo que viajar al pasado porque en la actualidad el pobre Snart está muerto. Falleció de servicio. Esta trágica pérdida se debe a que Wentworth Miller, el actor que encarna al personaje, se encuentra al frente de la nueva temporada de ‘Prison Break’. Cosas del Hollywood chico.

La cuestión es que Snart aceptó de buen grado sólo con tal de ver al incorruptible Flash romper las reglas y colarse como un vulgar ladrón en las instalaciones del Estado. Eso sí, la misión estuvo plagada de contratiempos: en primer lugar, una clave verbal imprevista dio al traste con el magnífico disfraz de Lyla y Barry tuvo que noquear a los vigías de la entrada. Luego, en el interior de la celda, no contaron con la presencia de King Shark, el custodio de la tecnología que perseguían. Resulta paradójico que fuera el propio Snart el que disuadiera a Barry de matar a este tiburón de sangre parcialmente caliente y convencerle para dormirlo por medio de bajar la temperatura de la celda. Pero una vez más, algo salió mal. La puerta se cerró ante sus narices nada más extraer el tubo con la fuente de energía del huevo extraterrestre. Snart estaba atrapado y con su compañero de celda despertando. ¿Qué podía hacer Barry?

Pues comportarse como un héroe. ¿Qué otra cosa si no? A pesar de las ansias de salir corriendo con el artefacto de allí, a pesar de arriesgar su libertad y la vida de Iris, no podía abandonar a Snart. Bendito Cisco, que desde el otro lado del teléfono consiguió desbloquear el algoritmo que bloqueaba la puerta. Aunque tarde. Con tanto contratiempo Lyla los pilló con las manos en la masa. Pero parece que al presenciar la actitud valiente de Barry con su compañero se le ablandó el corazón y finalmente le entregó la fuente alegando que no podría dormir sabiendo que eso suponía la salvación de Iris.

Hasta aquí llegó la aventura de Flash y Capitán Frío. Una amistad poco convencional pero que funcionaba. Tal vez por el hecho de que Barry veía la bondad de Snart y éste la maldad de Barry, como apuntillaba el propio Snart. Ese ‘cuídate’ lanzado por Barry al despedirse sonó más que simbólico sabiendo el destino que conocería más adelante el pobre Snart. Pero estas cosas pasan cuando te dedicas al noble oficio de superhéroe. O al no menos al noble oficio de actor.

Un tropezón en el último paso

Parecía que todo estaba perfectamente controlado. Iris, Joe y Wally habían viajado a Tierra 2 a espaldas de Barry para esconderse de Savitar, con quien éste compartía recuerdos. El doctor Wells de Tierra 2 había sido perfectamente informado de los detalles y estaba preparado para la acción en caso de que las cosas se desmadraran. Aparentemente reinaba una calma que incluso permitió a Iris y a Joe hablar de confesiones de juventud y compartir un momento de sosiego con cosas banales. Pero pronto llegaría la tormenta de la mano de un descuido fatal.

En Laboratorios S.T.A.R. irrumpió Barry preguntado por el paradero de Iris. El júbilo de todos por haber conseguido la fuente que activaría el Bazooka de la Fuerza Veloz hizo que H.R. bajara la guardia y le dijera de sopetón que se encontraba en Tierra 2. Fue como un acto reflejo. Una respuesta entregada por inercia a alguien conocido. Pero el rostro que se giró instantes después pertenecía más bien a un desconocido. El Barry distópico, con su cara quemada, les devolvió una sonrisa maliciosa antes de poner pies en polvorosa a Tierra 2.

Allí, se quitó la máscara de Savitar ante el estupor de Joe e Iris, quienes confirmaron lo que les había contado Barry. Savitar era una versión remanente de sí mismo.

De nada valieron los ruegos o las imploraciones. El villano se llevó a la chica con la firme promesa de no matarlos a ninguno ya que debían ser testigos de la muerte de Iris, la cual, parecía haber aceptado finalmente su destino.

Este error imperdonable dejó destrozado a H.R. Una vez más el responsable de meter la pata había sido él. Y además el daño era para ellos, sus amigos de Laboratorios S.T.A.R., junto a los cuales había encontrado un nuevo hogar en el que sentirse integrado. Cisco se habría quedado a consolarlo pero debía acompañar a Barry a la batalla final en calidad de Vibe. Así que H.R. se despidió de él de manera enigmática y se retiró a cavilar en sus tribulaciones.

La calle Infantino

Lamentablemente para H.R. tampoco Tracy pudo quedarse a acompañarlo en estas horas bajas. Ella se encontraba en una furgoneta estacionada en la calle Infantino. La localización donde tendría lugar el trillado flasforward que ha tenido atormentado a Barry durante toda la temporada. El espacio donde vería morir a su prometida si no ponía remedio.

Además por su visión sabía que le tocaría vivir ese momento solo. Cisco le abandonó antes de partir para acudir a otra cita más interesante: la lucha cuerpo a cuerpo contra Killer Frost. Otra predicción recurrente que le enfrentaba a su amiga Caitlin y que había llegado el momento de zanjar de una vez para siempre.

Tampoco se encontraba presente Kid Flash, ya que cursó baja al intentar evitar que Savitar se llevara a su hermana. El resto se encontraban en las azoteas de los edificios aledaños, cubriendo a Barry. Y por fin, puntual al encuentro, apareció Savitar con una aterrorizada Iris en brazos.

A pesar de ver su rostro desfigurado por la tensión, Barry no se desinfló. Hizo lo que había ido a hacer. Sacó el bazooka y encañonó a Savitar. Parecía funcionar. Pero pronto la ilusión se apagó junto al bazooka. Su antagonista, sabedor una vez más de sus movimientos, utilizó la Piedra Filosofal –hecha de Fuerza Veloz Sólida– para contrarrestar los efectos del arma. Horror. Y entonces, la pesadilla innombrable de Barry se materializó ante sus ojos: Iris fue atravesada por la cuchilla de Savitar. Superpuesto a esta secuencia, asistimos a un vídeo que ésta le dejó en el móvil sin que él se diera cuenta donde hacía los votos y aceptaba ser su esposa. Pero en ese instante no había espacio para otra cosa que llorar y asimilar el espanto que estaban viviendo Barry, con su prometida muerta en los brazos, y Joe, viendo desde la azotea como la luz se apagaba dentro de su pequeña.

Y las cosas tampoco pintaban bien para Cisco, cuyo combate con Killer Frost estaba resultando bastante accidentado. Justo antes de pasar al encuentro final entre Barry y Savitar, Cisco estaba en el suelo, mientras su helada amiga se acercaba peligrosamente a él. Y me temo que habrá que esperar hasta el próximo episodio, el último, para saber cómo termina esta pelea y de qué forma se puede continuar y superar esta tanda de horrores. No sólo se trata de la desgracia en sí misma, sino de lo psicológicamente devastador y extenuante que es dejarte la vida en impedir algo y ver impotente cómo se cumple. El cierre de temporada promete ser un gran final. Todavía no está todo hecho ni dicho.

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