‘The Good Wife’ 7x22 Review: El último adiós a Alicia

Por Ángela Perezosa

¡¡AVISO SPOILERS!!

Esta semana nos despedimos por última vez de Alicia, después de siete años en los que nos ha regalado grandes historias. Nos despedimos un poquito tristes, aunque también contentos por no ver el final de una serie destrozada, donde los personajes apenas coinciden con los de su inicio.

Aunque ya llevábamos echando en falta a dos de ellos desde hace unas cuantas temporadas, hemos podido ver en este final la vuelta de uno de ellos, el eterno amor de Alicia, Will Gadner. Sin embargo, no ha habido tanta suerte con la vuelta de Kalinda, cuya actriz parece no querer dejar atrás las rencillas con su excompañera de reparto, Julianne Marguelles.

Ha sido un final poco emotivo, centrado en el terreno de lo legal, a diferencia de los tres últimos capítulos que hemos visto. Sin embargo, si hay una palabra que lo define es ambiguo, pues no queda muy claro el destino final de nuestra protagonista.

¿Culpable o no culpable?

Alicia consigue retomar el acuerdo con el fiscal antes de que el jurado emita su veredicto. Sin embargo, mientras están acordándolo, el jurado quiere hacer una pregunta sobre el asesinato.

Se trata de la llamada de emergencias que realizó la víctima del caso por el que a Peter se le juzga y de un ruido desconocido que se escucha en ella. Lucca le pide ayuda a Jason y este descubre se trata de un tono de llamada, lo que podría indicar que había alguien más en la habitación en el momento del asesinato.

Tanto Jason como Alicia se disponen a hablar con Cary, que era ayudante del fiscal en el momento del asesinato. Es entonces cuando identifican a una chica que se encontraban con la víctima en el momento del asesinato y la llevan al juicio para que declare como testigo.

Sin embargo, el juez no admite seguir con la vía de la investigación del caso en sí, ya que lo considera irrelevante para determinar la presunta corrupción o no de Peter.

A pesar de esto, Cary decide investigar más por su cuenta. Va a ver a Matan y le explica su teoría sobre que las balas aun se encontraban en la sala de pruebas, ya que algún policía las había vuelto a poner allí después de que se declarara nulo el juicio.

Mientras el caso sigue, Peter se marcha a un hotel cerca, ya que Diane cree que es mejor que no esté en la sala porque al juez no le cae bien. La elección de este juez no es aleatoria, ya que es el juez del primer caso del primer capítulo de la serie, donde ya demuestra su animadversión por el marido de Alicia.

En dicho hotel, Peter habla con uno de sus inversores en la campaña y descubre que Eli les ha pedido que inviertan en Alicia cuando se divorcie de Peter y se presente como candidata. Algo, por supuesto, de lo que la principal implicada no tiene ni idea.

Sin embargo cuando Peter habla con Eli, lejos de enfadarse, parece comprenderlo y resignarse a que ha dejado de ser válido para la política, de que su carrera ha terminado.

Mientras, en la sala vivimos un momento buenísimo en el que vemos como Diane intenta darle más tiempo a los que están investigando el caso y para ello hace que un testigo, para el que solo tiene una única pregunta, cuente hasta la historia de su infancia. Y, lo mejor, ha sido el entusiasmo con el que el juez la escucha.

Finalmente, las balas aparecen, pero los análisis demuestran que eran del supuesto asesino y que por tanto, Peter tenía motivos para esconderlas. Por eso, ahora la estrategia de la defensa debe cambiar y desacreditar al experto en balística, en este caso Kurt, el marido de Diane.

Aunque Diane se niega a ello, Alicia y Lucca preparan un contrainterrogatorio en el que se acusa a Kurt de tener un juicio sesgado por su relación amorosa con la experta en balística de la fiscalía. Entonces, en pleno juicio, Diane se marcha de la sala.

Tras esto, el fiscal le ofrece un año de libertad condicional a cambio de declararse culpable. Peter acepta el trato y le pide a Alicia que esté a su lado en el momento en el que haga público su decisión.

El futuro de Alicia en el aire

Por supuesto, en el capítulo también se ha desarrollado la vida amorosa de Alicia, y de una forma muy especial ya que en su cabeza hemos tenido de vuelta a Will Gadner, el gran amor que tuvo en temporadas pasadas y que fue asesinado en los juzgados.

En más de una ocasión durante el capítulo, imagina su vida con Peter, con Jason y con el fallecido Will, al que al final del capítulo le confiesa (imaginariamente claro) su amor eterno. Pero en la realidad, le pide a Jason que la espere, aunque no sabemos si lo hizo o no porque nunca más llegamos a saber de él.

Prácticamente al final, Alicia acude con Peter a la rueda de prensa para anunciar su renuncia, pero en cuanto termina (sin darle la mano al susodicho) se marcha corriendo a buscar a Jason, al que le parece ver detrás del telón. Sin embargo, no se lo encuentra a él sino a Diane, que le pega un bofetón por haberla humillado en el juzgado. Aún así, Alicia mantiene la compostura y sigue adelante.

Y así concluye la serie, sin pena ni gloria, sin saber con quién se queda Alicia, cuáles son sus planes, qué hará en un futuro y prácticamente igual que hace unos cuantos capítulos.

Un final decepcionante

La verdad que los fans de la serie esperábamos mucho más en el final de esta gran serie, un final cerrado, con respuestas, y no una cosa ambigua sin terminar. Y eso que el capítulo empezaba bien, porque el formato de analogía con el episodio piloto hubiera podido quedar genial para ver esa evolución de Alicia, que no ha quedado tan evidente como debería.

Estoy de acuerdo en que quizás no se debería haber quedado con ningún hombre, pero es que lo que han hecho ha sido mucho peor. Primero, porque sigue dando la cara por su marido en las ruedas de prensa, después de todo el historial que este tiene.

Desde luego, que no le coja la mano al final no es suficiente para mostrar que ya no está con él como antes. ¿Por qué tiene que asistir con él si ya no se va a dedicar a la política y no tienen que aparentar nada?

En segundo lugar, no se queda con Jason, pero es que tampoco queda claro que se vaya a divorciar de Peter. En realidad, no queda claro ningún plan de futuro para Alicia, pues hasta su futuro laboral peligra tras la humillación que le ha hecho pasar a Diane en los juzgados.

Por último, tampoco estoy de acuerdo con los guionistas, que han emitido una carta explicando el final. Sinceramente, no me parece un final coherente donde se quiere mostrar cómo es Alicia ahora, porque la sensación que se da de ella es la de una mujer corriendo entre dos hombres, y no el de una mujer fuerte e independiente.

Creo que simplemente si Jason se hubiera ido y Alicia se hubiera resignado a ello, divorciándose igualmente de Peter, el final hubiera sido mucho más coherente y cerrado. Y eso que aún así se nos hubieran quedado un montón de preguntas como ¿se presentará Alicia en algún momento como candidata?¿volverá a trabajar con Diane?

Dicho esto, también tengo que decir que la parte del juicio sí que me ha gustado, aunque a lo largo de todas estas temporadas hemos visto otros que le daban mil vueltas. Y, por supuesto, me quedo con los personajes y el trabajo de sus actores, que han estado espectaculares.

Esto es lo que más voy a echar de menos en la serie sin dudarlo, la personalidad y el carácter de todos ellos. Los clásicos Alicia, Diane, Cary o Eli, los nuevos como Jason y Lucca, los más recurrentes como Howrard, Jackie o David Lee e incluso los episódicos, ¡porque menuda cartera de actores invitados que ha tenido la serie!

Con ellos me quedo y con ellos me despido de esta maravillosa serie que, aunque no ha tenido el final que muchos deseábamos, nos ha regalado momentos geniales estos últimos siete años. ¡Adiós Alicia!

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