'The Magicians' 2x05 Review: Problemas adultos

'The Magicians' 2x05 Review : Problemas adultos

Por Sabrina Rodríguez

El quinto episodio de la segunda temporada de 'The Magicians' es el comienzo de algo nuevo. Si en mi anterior review me preguntaba “¿y ahora, qué?” es porque definitivamente nuestros chicos han pasado a otro nivel tras terminar “con el monstruo de la última pantalla”. Lo ocurrido hasta ahora parece una preparación donde los niños podían jugar a ser adultos y tomar decisiones arriesgadas. Ahora estamos ante las consecuencias de esas decisiones y tomar responsabilidad. Pero esta vez los magos tienen experiencia y quieren enfrentarse a los problemas pensando en lo que están haciendo y el efecto que tendrán sus acciones en el futuro (propio y de los que vendrán después).

El capítulo toca temas muy serios de una forma más directa de lo habitual, no tirando tanto de la metáfora. Intrigas políticas, el cuerpo de la mujer y sus decisiones frente al patriarcado, la culpa y el no querer superar las cosas... 'The Magicians' refleja realidades actuales a través de la ficción y se mete en temas controvertidos hilando muy fino. Por supuesto no falta el humor con lógica sinsentido, que para eso estamos en un mundo de fantasía.

Por todo eso y más, este episodio es mi favorito de la temporada hasta ahora. Os cuento por qué a continuación pero ojo con los SPOILERS.

Camaradería femenina

“Vivimos en una sociedad que enfrenta a las mujeres entre sí”, dice Lena Dunham, creadora de la serie 'Girls'. Y es cierto. No sólo eso, en la mayoría de las ficciones vemos a las mujeres competir entre sí por causas bastante superficiales, cuando no es por la atención de un hombre. Como cualquier tipo de representación, acaba afectando a los comportamientos, especialmente de las mujeres más jóvenes. La banalización o incluso la prohibición de las reuniones entre mujeres, es algo que ha ocurrido a lo largo de la historia (y aún sigue ocurriendo en varios lugares del mundo). No vaya a ser que hablemos entre nosotras de algo que no sea ropa y maquillaje y se nos ocurran ideas propias.

Una de las cosas más tóxicas en este aspecto, a mi parecer, es cuando esto provoca que no hablemos entre nosotras de según qué temas porque socialmente no están bien vistos y, por lo tanto, deberíamos sentir vergüenza por no ser “prácticamente perfectas en todo”. No se habla de abusos, no se habla de sentimientos de culpa, no se habla de aquel chico que se quitó el condón cuando no te diste cuenta, ni del que te drogó la bebida, ni del que tiene una venérea y la va repartiendo por ahí como caramelos. Por supuesto, tampoco se habla del aborto.

Ese silencio provoca que no prevengas a otras mujeres sobre abusos por miedo a que se te culpe y también que los que cometen esos abusos queden libres de cualquier responsabilidad. Estos son sentimientos más que lógicos en una sociedad que culpa a las víctimas. El no apoyar ni mostrar la camaradería femenina ayuda a que esa situación se mantenga. A veces sólo se necesita una amiga, una confidente, que pueda aconsejarte, decirte que no estás sola y que no es culpa tuya. Julia y Kady son “best bitches”, ¿recuerdas?

Julia está embarazada. ¡Claro que sí! ¿Cómo no iba a estarlo? Su apellido podría ser Murphy porque si algo malo le puede pasar, le pasará. Lo sabemos después de que (otra vez) nos repitan en el previo la violación que sufrió por parte de Reynard. Pero luego los creadores dan un vuelco y nos muestran cómo se puede llevar esta situación, especialmente siendo una serie de televisión en la era Trump. Julia está destrozada, avergonzada, duda si es hijo del dios o de Richard, pero eso no importa ahora. El bebé ahora mismo no es más que un montón de células producto de una violación.

Kady, para tranquilizarla, le explica de una forma muy sincera que ella abortó hace unos años y que se sintió sola pero que es un procedimiento muy mundano del que no hay que tener miedo. Julia no está sola y la camaradería le ha proporcionado la red donde poder saltar en un momento muy delicado. Juntas van a una clínica para abortar y la doctora es amable, la escucha y es paciente. No la juzga ni la alecciona. Pero a la mañana siguiente, cuando van a realizar la intervención, las cosas se ponen feas.

No sabemos si tenemos un caso tipo 'La semilla del diablo' entre manos o es Reynard el causante, pero lo que sigue a continuación, a pesar de estar mostrado a través de la metáfora, es terrible y difícil de ver por las similitudes con la realidad de Estados Unidos, en el que hoy en día algunos extremistas cristianos quien prohibir el aborto, diciendo que es un asesinato, incluso en caso de violación, pero luego no se cortan a la hora de amenazar de muerte (o incluso matar) a los médicos que realizan dichas intervenciones. Reynard es la encarnación de la misoginia más pura y de las cosas más horribles y crueles que un hombre podría hacerle a una mujer. Y tiene el poder. Es un dios.

Julia ha estado luchando contra el sistema y el patriarcado desde el minuto cero, intentando jugar a un juego donde parece no tener ninguna oportunidad de ganar. Pero ahora no está sola. Reynard ha eliminado a muchísimas mujeres que no tuvieron tiempo para hablar entre ellas y avisarse de que un dios mentiroso y sangriento iba a por ellas. 'The Magicians' apoya así la camaradería femenina como la única forma para poder luchar contra la injusticia estructural.

Un bebé bienvenido en palacio

La relación entre Eliot y Fen sigue siendo extraña, pero... sigue siendo. Y en paralelo con el deseo de aborto de Julia tenemos un bebé que, en principio, es bienvenido por sus padres. Tal vez no esperado, desde luego no planeado, pero bienvenido sin embargo. Las circunstancias no son las mismas y es que cada caso, cada embarazo, es diferente y así se debería tratar.

Por supuesto, la noticia la da un conejo que habla y sabe cuando la mujer del rey está preñada, lo cual tiene su lógica. Y es que con eso nos recuerdan que no estamos en el mundano Brooklyn, si no en Fillory. Eliot lo flipa, reconoce que su padre no ha sido el mejor de los ejemplos pero brinda por ello. Es totalmente normal esa cantidad de sentimientos encontrados ante una nueva responsabilidad que hará que tenga que seguir madurando a marchas forzadas.

Pero los futuros padres no tendrán mucho tiempo de hablar al respecto porque toda una intriga política se desata en palacio, con intento de magnicidio incluido. Los FU fighters (que no Foo Fighters, no me seas Margo) están hartos de que los niños de la Tierra lleguen y se hagan con el trono de su hogar sin más. Eliot no podría estar más de acuerdo pero, sin embargo, es el rey y de él depende qué hacer con el terrorista. Lo que ocurre a continuación es muy interesante, sobretodo por el ambiente político en Estados Unidos, vuelvo a repetir.

El sistema político de Fillory no es un cuento de hadas; es súper clasista, es feudal. Por supuesto, la élite está a favor de la ejecución, pero Eliot no está seguro de querer ser ese tipo de rey. La naturaleza pragmática de Margo y el amor que siente por Eliot hace que también quiera la muerte del que ha intentado asesinarle, pero aprenderá que Fillory es patriarcal y que, aunque la reina pueda expresar su opinión, es la del rey la que manda al final. “¿Es así cómo huele el patriarcado? No es lo más fresco”, protesta. La última palabra la tendrá Eliot y todo el mundo espera algo muy concreto de él porque así es cómo se han hecho siempre las cosas.

Pero sabemos que nuestro rey es de todo menos convencional y lo que hace subvierte cualquier precedente. No solo decide preguntar a Bayler, el que intentó asesinarle, qué es lo que harían los FU fighters para mejorar el reino sino que, para el asombro de la corte, dice que le gustaría criar a su hijo (ojo a la cara de Margo) en un mundo que no elimina sus problemas sin más, matándolos, sino que se los escucha y los intenta solucionar. Un aplauso, por favor. El que no quería reinar parece que le está pillando el gusto y podría llegar a cambiar las cosas. Eliot ahora persigue un ideal. Veremos si podrá alcanzarlo.

Y... ¡Fen es una espía de la resistencia! No creo que haya sorprendido mucho a nadie la idea, pero hace que el personaje sea cada vez más interesante. Tanto el estar embarazada como el comportamiento de Eliot hace que las prioridades de la mujer del rey cambien. Estoy deseando ver cómo se desarrolla esta intriga política.

Superar las consecuencias

Si las dos historias anteriores son espejos invertidos en cuanto a embarazos deseados y no deseados, las otras dos historias del episodio van en paralelo. Penny es enviado a visitar de nuevo al profesor Mayakovsky de Brakebills Sur como última opción para hacer que funcionen sus manos y poder hacer hechizos. Quentin, habiendo dejado la magia de lado, es enviado a una empresa donde trabajan ex-magos y allí se encuentra a Emily Greenstreet.

¿De qué nos suena Emily? Apareció brevemente en la anterior temporada. Ella es la chica que se desfiguró la cara al intentar hacer un hechizo que enamorase a un profesor con el que estaba liada. Charlie, el hermano de Alice, intentó ayudarla y terminaría siendo un niffin. Sí, esa Emily.

Mayakovsky intenta, a su manera, ayudar a Penny... o eso dice. En realidad está haciendo una especie de batería para guardar la magia que se está muriendo. Ojo al artefacto, que seguro que tendrá que ver con la trama en un futuro.

No hay nada como encontrarte con un alma más patética y triste que tú para ponerte en perspectiva y hacerte espabilar. Eso le ocurre a Quentin con Emily. Incapaz de pasar página hace conjuros, aunque se supone que ya no quiere saber nada de la magia, para poder tener la ilusión de conservar lo que ha perdido. ¿Y qué ha perdido? En una borrachera, un apenado Mayakovsky le confiesa a Penny que está exiliado por acostarse con alumnas. Sabemos ya quién fue la última y lo que ocurrió.

Muy tóxico todo. Muy difícil de ver por vergüenza, propia o ajena. ¿Cuántas veces nos hemos quedado atascados por decisión propia? ¿Cuántas veces hemos deseado volver a tener algo que ya pasó y que ni siquiera era tan maravilloso como recordábamos? ¿Cuántas veces hemos querido seguir reviviendo la memoria idílica en lugar de continuar adelante? Quentin pasa unos momentos con su recuerdo de Alice pero eso le hace sentir peor. Es lógico porque no se puede superar nada de esa manera. Revolcarse en el barro no es la mejor manera de limpiarse. Emily vive el papel victimista que hasta ahora había estado adoptando Quentin. Cuando se mira en ese espejo no le gusta lo que ve.

Y justo cuando decide superar las cosas y tirar para adelante, cuando envía un e-mail a los padres de Alice y reconoce sus sentimientos de culpabilidad, aparece ella al otro lado de la calle tal y como estaba en el momento de su muerte. “Ayúdame”, le dice. ¿Es Alice de verdad? ¿Que casi atropellen a Quentin es casual? Podría ser cualquier cosa.

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