'The Magicians' 1x08 Review: se confirman algunas sospechas

Por Sabrina RodríguezSabrina Rodríguez

El octavo capítulo de 'The Magicians' está lleno de descubrimientos. Las cortinas que separan realidades y ficciones se van deshilando y nuestros protagonistas se enfrentan a verdades y nuevos retos. No todo es lo que parece y algunas sospechas se confirman, a la vez que se plantean nuevos caminos que antes no nos habíamos imaginado. Estamos ante un buen episodio, sólido. La serie va tomando ritmo.

Por fin vemos clases de magia y al fin se profundiza un poco en personajes como Eliot, que hasta ahora sólo había sido la nota cómica de la serie. ¡Ya era hora!

Si tú quieres profundizar también en lo que ha pasado en este capítulo, ojo que vienen SPOILERS.

Fillory no es un cuento de niños

La semana pasada nos habíamos quedado con la duda de si Quentin y Alice eran felices con lo que había pasado entre ellos o si había sido todo una manipulación de su profesor. Alice contesta a nuestras preguntas de una forma madura (no creo que sea cobarde en este caso) pidiéndole a Quentin espacio para aclararse y saber si lo que sienten es real o es producto de sus instintos animales. Cuando pregunta a Quentin si la quiere no es porque necesite que su respuesta sea afirmativa (aunque desee que así sea); lo que necesita es saber si él sabe lo que siente. La diferencia puede ser sutil pero es significativa.

Claro que Quentin, siendo cómo es, no lo sabe ni respeta los deseos de Alice de estar separados por un tiempo. Quentin, Alice y Penny terminarán juntos haciendo deberes de clase, algo que llevábamos tiempo queriendo ver. Por supuesto, toda actividad escolar se termina abruptamente cuando Mike, el nuevo novio de Eliot, intenta matar a Quentin con una daga que consiguió descuartizando a un conejo. Por si a alguien no le había quedado claro que Mike tiene poco que ver con ser un ex-estudiante de Brakebills y mucho con la Bestia.

Penny es el que termina recibiendo la herida de la daga mágica y ahí la cosa se complica. Las heridas que Penny muestra son mágicas y mortales, y exactamente iguales que las que sufrió el personaje de Jane en los libros de Fillory. Ahí comienza el descubrimiento de más y más secretos que ya esperábamos: Mike está poseído por la Bestia y Fillory existe. ¿Alguien dudaba de ambas cosas?

Lo que era sospechoso pero no nos quedaba tan claro es que el personaje de Eliza es la Jane de los libros. La Bestia se las arreglará para poder matarla y dejarnos caer que tiene un plan maestro del que aún no sabemos nada. Unos minutos intensos en los que en cuestión de nada mueren dos personajes; Eliza a manos de Mike poseído por la Bestia y Mike a manos de un descorazonado Eliot, que decide matar a su amante por el bien mayor.

¿Cualquiera puede morir?

Llegados a este punto, me gustaría destacar un par de cosas. Lo primero es cómo ha cambiado el formato televisivo. Hace unos años, secretos así no se desvelarían de un episodio para otro ni se matarían personajes de forma tan abrupta. Habríamos estado sospechando de Mike durante media temporada y lo ocurrido aquí sería una season finale. Lo interesante de esto es que no sabes lo que puedes esperar de cada capítulo, pero se corre el peligro de perder coherencia o un desarrollo de personajes fluido, cuando todo son puntos de giro e intentar sorprender al espectador.

La segunda cosa a comentar es algo que ocurre constantemente en la ficción mainstream, y es que ya se ha convertido en tropo que la mayoría de las relaciones homosexuales estén condenadas desde el principio. Ante la nueva regla de la televisión que dice que cualquiera puede morir, muchísimas veces el personaje que muere es gay o transexual; en una lista en la que también se encuentran personajes de color o mujeres consideradas no complacientes. Un ejemplo de libro es el final de la segunda temporada de 'Penny Dreadful', y eso que el creador de la serie es gay y no creo que haya sido su intención cumplir a rajatabla el cliché de quién ha de morir.

Con eso no quiero decir tampoco que los creadores de 'The Magicians' hayan decidido hacer esto con premeditación y alevosía, pero sí que muchas veces no somos conscientes de que con nuestras decisiones artísticas podemos seguir perpetuando estereotipos que acaban calando en la vida real del espectador por el tema de la representación en medios y todo lo que ello implica.

Una pareja homosexual, si se sigue con este tropo, casi nunca va a tener un final feliz en televisión. Con la muerte de su pareja, normalmente uno se queda solo en su angustia; cosa que se acentúa en este episodio al no estar Margo para apoyarle. También ocurre que, una vez pasada la escena de muerte y dolor, nunca más sale Eliot en todo el capítulo. Nos centramos en un beso final entre Quentin y Alice, bastante menos interesante que desarrollar el trastorno emocional de un personaje que acaba de matar a su amante. ¿Nos lo mostrarán en el siguiente episodio o lo obviarán para complacer a la audiencia conservadora?

Si durante siete episodios has mostrado a un personaje como alguien banal y en el momento que le das profundidad conviertes una idea tan interesante como la de crearte a ti mismo en algo superficial, es difícil que el público empatice. La profundidad que has creado en el personaje es relativa: lo suficiente para hacer creer a la audiencia que Eliot le importa, pero demasiado poco para que realmente lo haga. Así es fácil matar a su amante y seguir adelante sin mayor trauma. Puedes matar a todos los amantes de Eliot que quieras sin que cree poso en el espectador.

Lo ocurrido sirve a la historia y está muy bien que así sea, pero convendría analizar esa perpetuación del estereotipo ya sólo con el fin de que nos sorprenda de verdad. Si todo el mundo puede morir, TODO el mundo puede morir. Para mí es aburrido el saber que morirá el gay, la lesbiana, el trans, el negro o la mujer fuera de las reglas establecidas.

Por ejemplo, 'Juego de Tronos', gracias al saber hacer de George R.R. Martin, entiende esto hasta el punto de que realmente cualquiera puede morir. Incluso el que pensamos que es el protagonista. Convendría que, en general, todos los creadores tomasen nota y nos sorprendiesen de verdad.

'Sense8', por otro lado, es un ejemplo de serie en la que la representación está muy cuidada y podría ser un ejemplo a seguir por otras producciones. Esta serie demuestra que es posible crear personajes muy variados y tratarlos con total dignidad, incluso dentro de un entorno fantástico. Identidad, sexualidad, genero, clase social, diferencias culturales, religión, pobreza; un gran abanico de realidades son representadas de una manera nueva y progresista. Sí puede hacerse.

No se trata de criticar por criticar, al contrario, si pedimos un poco más a las series que amamos, eso hará que acaben siendo aún mejores. 'The Magicians' es una serie estupenda con un gran potencial y que trata temas muy interesantes a través de la metáfora. Sus personajes son geniales y me encantaría que todos fuesen tratados como se merecen, reflejando una realidad rica, variada e inclusiva para todos.

Otra vía para Julia

La vida en la magia ha sido tan dura para Julia que ha pensado en tirar la toalla. La visita de Marina no ayuda. Se ha enfrentado a su adicción yendo a rehabilitación, pero encuentra el mismo problema que muchos le encontramos al invento. No dudo del éxito del programa de los 12 pasos, creo que es necesario y a quien le funcione le hará un gran favor. El problema, que Julia expone en la serie, es la voluntad y la responsabilidad. Una adicción te quita la voluntad, pero entregarla a algo externo, ya sea Dios o lo que sea, hace que sigas sin hacerte responsable de las elecciones tóxicas que estás tomando. Es por eso que para personas como Julia este tipo de rehabilitación no funcionaría.

De todos modos, ese debate es una excusa para introducir un nuevo concepto en la serie, una nueva forma de vivir la magia. Hasta ahora Julia ha visto la magia como una droga porque las personas que le han estado enseñando le daban lecciones en dosis, teniendo que ir desesperada a por más. Como ya he dicho en reviews anteriores, no se nos dice de dónde viene la magia, qué es o sus fundamentos. Vemos como se usa para bien o para mal, cómo se enseña en una universidad o cómo se trafica con ella, pero no lo que es. ¿Es una fuerza de la naturaleza? ¿Es algo místico?

Este capítulo introduce la magia como religión, como algo que forma parte de la naturaleza y que existen dioses, algo más grande que nosotros. Es interesante porque eso está basado en algo real y no fantástico. Existen multitud de religiones paganas con esa base en su credo y que hacen uso de la magia y el ritual. Un ejemplo real, y tal vez el más conocido, es la Wicca. ¿Irán por ese camino? ¿Qué aportará a la serie la idea de la magia como religión? ¿Tendrá Julia más suerte entre dioses paganos?

Estamos todos deseando saber las respuestas a esas preguntas mientras esperamos que Margo vuelva para consolar a Eliot y Kady reaparezca. No se pueden quedar las cosas así. Rezaremos para que llegue pronto la semana que viene y ver el próximo episodio. Mientras tanto, que la diosa os acompañe.

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