'The Magicians' 1x06 Review: mentiras de vida o muerte

Por Sabrina RodríguezSabrina Rodríguez

Si existe algo peor que ser un perdedor es ser un rajado. Un perdedor por lo menos lo intenta, puede que falle y puede que pierda, pero lo ha probado aunque no lo haya conseguido. Además, la buena noticia, es que uno puede aprender un montón de sus fracasos. Un rajado ni lo intenta. Huye. Y abandonando nunca se consigue nada.

Conozco más rajados que perdedores, más gente que se queja de no ser capaz de hacer cosas, que personas que realmente lo intenten aunque fallen. ¿Vagancia? ¿Miedo al fracaso? ¿Falta de madurez?

Quentin Coldwater, el protagonista de 'The Magicians', refleja todos esos rasgos odiosos de muchos jóvenes actuales. No es todavía un protagonista heroico, está en el camino de aprender y conocerse para dejar el victimismo a un lado y llegar a ser la mejor versión posible de sí mismo. Pero para eso hay que querer y ponerse manos a la obra. Huir no forma parte de esa ecuación.

Ese es el tema del episodio de esta semana: la perseverancia y la dejadez. También la comunicación sincera.

A partir de aquí... ¡SPOILERS!

El miedo a la decepción

El episodio comienza donde lo dejamos la semana pasada. Es posible que Penny haya estado en Fillory pero, si allí está la Bestia, tal vez no es el mundo de magia y fantasía que Quentin recuerda de los libros de su infancia. Esto le perturba porque lleva toda la vida queriendo tener una existencia mágica en un mundo como el que soñó, pero tal vez sus expectativas chocan con la realidad, aunque sea la que anhelaba.

Ten cuidado con lo que deseas porque puede hacerse realidad.

Esto forma parte de crecer. De niño y adolescente te imaginas cómo será tu vida de adulto, y es muy difícil que todas las expectativas se cumplan. No sólo eso, nada es tan fácil como parece y no es lo mismo tener una imagen ideal de algo que vivirlo día a día. Una cosa es la meta y otra el camino. Lo que queremos lleva tiempo y trabajo, incluso la magia, en este caso. Esto decepciona a muchos y se quedan toda la vida en un bucle de abandonos y fracasos.

Poco a poco, nuestro protagonista se irá dando cuenta de que está huyendo de lo que siempre quiso, en lugar de disfrutarlo y ponerse a ello en cuerpo y alma, sin dudas ni excusas infantiles.

Para ello tendrá que pasar por una serie de pruebas que los alumnos de mayor curso le hacen a los novatos. Quentin, Alice, Kady y Penny se someterán a los excéntricos juegos de Eliot y Margo, nuestra pareja ligera (parece que los creadores de la serie no quieren añadir más personajes, no vaya a ser que nos perdamos fuera de los arquetipos ya propuestos).

¿Dónde están los adultos en esta serie? ¿Qué hacen los profesores? ¿Veremos alguna vez una clase entera y así nos haremos una idea de los fundamentos de la magia en la serie y sus reglas?

Volviendo al tema, las pruebas llevarán a nuestros protagonistas a aprender varias cosas. La primera es que un mago puede hacer trampas, que para eso es un mago y hace trucos. Después veremos que la comunicación y el trabajo en equipo es importante para poder alcanzar los objetivos. Por último, la sinceridad te hace libre o... ¡te convierte en un ganso! ¡Literalmente!

Ya veremos hacia dónde nos lleva ese cliffhanger mágico la próxima semana.

Lo importante de esas lecciones, según Eliot, es que aprenderán a pensar como un mago. Hay una diferencia entre hacer magia y ser un mago, o si no que se lo digan a los brujos no aptos según Brakebills. Lo aprendido les servirá para tener herramientas, tanto en equipo como en solitario, para enfrentarse a situaciones futuras. No sólo cuentan tus habilidades, también la forma en que te enfrentas al mundo, y perder el miedo es algo crucial cuando quieres avanzar.

La verdad desnuda

Dicen que la verdad te hará libre, pero enfrentarse a ella puede dar mucho miedo. Cada persona es diferente y teme cosas distintas. Cuando huimos de algo es porque nos aterra y, en muchas ocasiones ese miedo nos hace comportarnos de forma totalmente opuesta a lo que realmente queremos. La tercera prueba pone a nuestros protagonistas frente a frente para desnudarse de cuerpo y alma. Todos la pasarán, librándose de sus ataduras al mostrar quién son realmente.

Alice tiene aptitudes increíbles, no es una novedad. Tampoco creo que haya pillado a nadie por sorpresa que su verdad es que no las aprovecha porque no quiere destacar. No sabe lo que es capaz de hacer porque no quiere descubrirlo. Es una rajada también, pero de otro tipo, de los que tienen miedo al éxito y no al fracaso. Sí, esa gente existe.

Fracasar es poco a agradable, pero triunfar quiere decir que has de ser responsable de lo que haces con ese éxito, con todo lo que ello conlleva, bueno y malo. Quentin es el tipo de rajado convencional, que en cuanto se quite las tonterías de la cabeza y se ponga de verdad a lo que tanto ansía, podrá descubrir e incluso sorprenderse con su verdadero potencial. Ambos tendrán que superar sus miedos para crecer.

Penny es rudo con todo el mundo, no conocemos su historia pero podemos hacernos una idea, por su comportamiento, de que tiene problemas para relacionarse. Penny teme amar y abrirse a los demás. Con Kady hace una excepción porque se está enamorando de ella. Lo reconoce y se lleva una gran decepción. Kady lo ha estado utilizando todo este tiempo porque piensa que puede serle útil. Tiene sus motivos para ser una mentirosa, pero él no lo sabe, y las dos verdades chocarán tal vez acentuando los miedos de ambos.

Mentiras de vida o muerte

Ahora sabemos que Kady es una mentirosa, una ladrona y ha estado manipulando a Penny. Eso ya lo intuíamos en mayor o menor medida, pero había algo que no cuadraba. A pesar de ser un personaje que no tiene demasiado peso en la historia, siempre está ahí en el momento más indicado para decir lo más sensato y maduro, como una voz de la razón que ayuda a hacer siempre lo correcto.

¿Cómo es posible que alguien que se supone que está del bando de los malos sea quien tenga una mayor ética? ¿Cuál es el misterio de estas dos caras?

Por fin conocemos más de la historia de Kady y algunas respuestas a nuestras preguntas, haciendo que el personaje gane un montón y dejando de ser meramente un misterio sospechoso. Y es que la chica del sarcasmo a modo de escudo, prefiere decirle a Penny que su madre está muerta en lugar de reconocer la verdad; que su madre es una adicta a la magia y que la fastidió tanto a las órdenes de Marina, que ésta la expulsó y, además, se cobró el favor de que su hija trabajase para ella. Kady ha de robar para Marina en Brakebills para que Hannah, su madre, no se enfrente a consecuencias mayores.

Hannah es poco más que un plot device que aparece para explicar el comportamiento de Kady y alertar a Julia sobre los peligros de la adicción. Julia ve en Hannah el futuro que le espera y en lo que podría llegar a convertirse si no se controla: alguien que sigue obsesionada con ello, sea como sea, incluso “vendiendo” a su propia hija y haciéndola responsable de su seguridad, cuando es Hannah quien debería ser el adulto encargado de protegerla.

Aún así Julia intenta hacer un hechizo con Hannah, para robarle a Marina sus archivos, que termina realmente mal. Marina se las sabe todas y Hannah acaba muriendo de una forma espantosa ante una impotente Julia que ahora sabe hasta que punto puede llegar el camino de la adicción.

La magia es una droga. Engánchate.”

Esa es la frase promocional de la serie y en ningún momento han escondido que la obsesión por la magia de Julia es una adicción. No es la primera vez que vemos algo similar en otras series fantásticas para jóvenes, sólo hay que recordar a Willow en 'Buffy, cazavampiros'. El problema que veo en 'The Magicians' es que no sabemos lo que es la magia aquí, ni sus bases, ni sus reglas. ¿Por qué sólo te vuelves como un yonqui si no estás en Brakebills? ¿Es que las drogas de Brakebills son legales y entonces no pasa nada?

Sería más convincente si nos mostrasen las diferentes caras de la moneda de las drogas y la medicación. Algunos las usan en dosis controladas para bien, otros se enganchan y se obsesionan hasta destruir su vida, otros las usan de forma recreativa, a otros ni les interesan. ¿Hasta dónde quieren llevar el símil? ¿Es sólo una excusa para justificar que a la pobre Julia todo le salga mal?

Enganchados, deseamos la siguiente dosis: el próximo episodio.

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