'The Magicians' Reviews 2x11-2x12: El futuro que creamos

'The Magicians' Reviews 2x11-2x12: El futuro que creamos

Por Sabrina Rodríguez

Y aquí estamos ya, ante la inminente season finale. En esta review doble intentaré analizar las claves de lo que ha ocurrido y a qué nos enfrentaremos en el último episodio que queda de esta segunda temporada. Muchas cosas han pasado y he de reconocer que algunas de ellas han sido... ¿anticlimáticas? Pero confío en los creadores de la serie. Una y otra vez nos han demostrado que, detrás de sus decisiones menos populares o más cuestionables, había un plan para desarrollar la trama de una forma menos predecible y más profunda. Esperemos que sea el caso.

De todos modos, teniendo la experiencia de la season finale de la primera temporada y los primeros episodios de esta segunda, parece que no todo se resolverá en este último episodio y que nos dejarán en un cliffhanger... O tal vez no. Una de las cosas que me gusta de este show es que es impredecible, incluso si has leído las novelas en las que se basa.

¿Pasamos a los SPOILERS? Acompáñame a Fillory, por aquí, un poco más abajo.

Caos y traición en palacio

Fen ha desaparecido. Margo sabe dónde está, nosotros sabemos dónde está, pero Eliot no. Y si sus problemas no son suficientes, se desata el caos mágico en Fillory. Humanos que se convierten en ratas, lluvia que cae hacia arriba... Sabremos después que todo es cosa de Ember pero al principio lo que reina es la confusión.

Y entre tanta locura, Eliot decide no fiarse de nadie de los que quedan a dos patas. Suero mágico de la verdad y el dolor de la traición: Margo confiesa su trato con las hadas. La profunda amistad que une a Eliot y Margo se desvanece entre unos rostros llenos de amargura. Eliot ya no puede confiar en ella, por mucho que la quiera, así que la manda a las mazmorras, a la más bonita y agradable de las mazmorras, pero a un encierro igualmente. Margo hizo lo que creyó que era la única solución pero ella fue la que declaró la guerra. Reinar no es fácil y ninguno de los dos estaban preparados.

El caos hará que Eliot sea expulsado de Fillory, sin poder solucionar el sinsentido desde su mundo y sin posibilidad de volver (de momento). Junto con Quentin encontrará a Umber, que no estaba muerto, y resulta ser un dios tan dañino y caprichoso como la Bestia, el villano que ayudó a crear. Pero de eso hablaremos luego. Lo importante aquí es que Eliot se sorprende así mismo queriendo volver a Fillory, aceptándolo como su hogar y tomando la responsabilidad como rey.

Josh puede que haya “inventado” la democracia pero si está todo el día fumado de poco vale. Margo y él acabarán por viajar al reino de las hadas en busca de Fen. Si hemos visto múltiples mundos en esta temporada, parece que veremos uno más en la finale pues todo indica que tendrán que luchar por Fen y el equilibrio en los mundos mágicos.

Sorpresas en el inframundo

Y por fin vemos al dragón, una reina maravillosa y coleccionista que se llevará el botón mágico a cambio de darles paso al inframundo a Quentin y a Julia. Una escena corta pero que ha sido la de mayor presupuesto de la serie y dónde han tenido cuidado de cómo presentar un dragón con un presupuesto ajustado. Y funciona. Entre sombras, mostrando lo justo.

El inframundo traerá muchas sorpresas. En busca de su sombra, Julia se encuentra con sus amigos, muertos a manos de Reynard. Ver de nuevo a Richard, el verdadero Richard, da mucha pena. Habíamos olvidado cómo era porque el dios asesino y violador lleva su cara como disfraz. La expresión de Julia al verle es un poema, pero enseguida sabe cómo tratarle. Porque aunque esta sea la cara que la violó brutalmente, no es la persona que lo hizo. Este contraste también nos hace apreciar el trabajo actoral de Mackenzie Astin encarnando a ambos personajes. Es evidente quién es Richard y quién es Reynard. Vuelvo a decir que una de las razones principales por las que funciona esta serie es por el cast, que consigue hacer creíble hasta la idea más disparatada y fantástica.

¿Más sorpresas? En el inframundo descubrimos que la diosa que visitó a Julia, Nuestra Señora del Inframundo, existe y que, además, forma parte de nuestra tradición mitológica. Ella es Perséfone, hija de Zeus y Deméter, y diosa del inframundo en la mitología griega, que cuando volvía a la Tierra llegaba la primavera, dejando el invierno tras de sí cuando se marchaba de nuevo. Raptada por el dios Hades y obligada a casarse con él, es también la terrible reina de los muertos que ha hecho aparición en obras tan antiguas como la 'Odisea' de Homero. En su mundo están las sombras. No podía ser de otra manera.

La penúltima sorpresa es que junto a la sombra de Julia encuentran la sombra perdida de Alice, que está allí porque Alice-niffin no tiene (ni quiere o necesita) ese tipo de conciencia. De nuevo Quentin ha de pasar por el trago de relacionarse con una versión de la mujer que ama que no es ella en realidad. ¿O sí? Esta es la sombra de su Alice. Habla como ella, se mueve como ella. Tal vez por eso Julia decide lo que decide, la última sorpresa que nos traerá el underworld. Julia deja su sombra atrás para poder traer la de Alice de vuelta al mundo de los vivos.

Sera Gamble (creadora de la serie) y Stella Maeve (la actriz que interpreta a Julia) han comentado al respecto que esta es una decisión que Julia toma en conjunto con su sombra. No lo vemos en pantalla pero está implícito. “No hay manera de arreglarme. No sé si podré encontrar la felicidad. No sé si eso es posible, incluso si tengo mi sombra. Soy una causa perdida que quiere hacer el bien y dar la felicidad a los demás,” dijo Stella sobre Julia. No sé si estoy muy de acuerdo con todo eso de la causa perdida y el sacrificio de esta manera, aunque no quiero llegar a conclusiones precipitadas, especialmente cuando Julia podrá recuperar su sombra al final. Pero no adelantemos acontecimientos.

Alice renacida

Quentin y Julia, con la ayuda de Mayakovsky y sus baterías de magia (¿recuerdas que ya dijimos que seguro que las volveríamos a ver pronto?), traen a Alice de vuelta a la vida terrenal al fusionar al niffin con su sombra, pero la nueva Alice, la Alice renacida, no es lo que Quentin esperaba que fuera. Ha hecho lo que creía que era correcto, ha intentado salvarla pero, una vez más: ¿pidió Alice-niffin ser salvada?

Olivia Taylor Dudley describe a la Alice renacida como una versión animalística, alguien que no está contento siendo humano y que lo único que busca es volver a ser un niffin porque para ella era maravilloso. “Creo que ni siquiera quería ser humana cuando lo era”, confesó sobre su personaje. “Ella había alcanzado una conexión total con el universo, más allá de lo físico, lo moral, lo emocional. Cada día era para ella una alegre exploración de la totalidad del universo. Ahora es como un ángel que ha caído del cielo”, dijo John McNamara, creador de la serie, sobre la actitud de la Alice renacida.

Y es que Quentin fue egoísta, como él mismo reconoce, al traerla de vuelta a la vida, por mucho que pensase que era lo correcto. ¿Cómo desarrollarán esto? Porque en mi opinión lo que Quentin ha hecho es no ser capaz de dejar ir a una ex-novia, no dejarla volar sola y hacer su voluntad, no dejar que sea libre. Y por mucho que pueda parecer que era algo a solucionar para los estándares humanos, Alice-niffin ya no era humana ni tenía por qué regirse por las mismas normas.

Lo subversivo de las villanas, o los personajes femeninos de moralidad cuestionable, es que no se contentan con el statu quo. Ver el cambio de Alice, en todas las versiones de lo que pudo ser y es, era muy interesante, especialmente viniendo de un personaje correcto, bonachón y aparentemente débil. El domarla, el convertirla de nuevo en lo que se supone que ha de ser, no es algo que me emocione demasiado. Ya veremos qué pasa.

Una habitación que envenena

Una vez más la serie nos da un personaje muy interesante y lo mata en un episodio. Como ya pasaría con la chica a la que Richard y Julia le practicaron la eutanasia en la primera temporada, Silvia aparece de la nada, es sabia y dice las cosas como son, ayuda a un personaje principal y luego elije morir. Vamos, un plot device que ayuda a que la acción vaya hacia delante de una forma rápida en un momento determinado. Se lo perdono porque cita a la gran Sarah Connor en 'Terminator 2' y eso siempre es bienvenido. “No fate but what we make” (no hay destino sino lo que nosotros hacemos).

También nos dejó una frase memorable y un montón de información que seguro que es importante para un futuro. La frase: “Sé que es difícil para los hombres imaginar que las mujeres tienen sus propias razones para hacer las cosas”. La información: Todos los libros de la gente que está viva terminan con veinte páginas en blanco. Los bibliotecarios lo saben, pero no saben qué lo ha causado.

Penny llegará a la habitación del veneno gracias a ella y saldrá con vida gracias a ella. Claro que la habitación del veneno envenena literalmente y seguro que Penny tendrá que enfrentarse a las consecuencias de haber pasado por allí. Sea como fuere, consigue darle el libro a Kady. Ahora ella ya sabe cómo matar a un dios.

Dioses muy humanos

En la tradición judeocristiana del 'Nuevo Testamento', Dios es piadoso, es perfecto, es bondad. No era así en el panteón griego. Por aquel entonces los dioses eran muy humanos en cuanto a sus caprichos, líos amorosos, guerras y rencores. Una versión exagerada de la humanidad con un poder extraordinario, que reflejaba y ampliaba nuestras mayores virtudes y defectos, para hacernos reflexionar sobre nosotros mismos a través de la metáfora. El guionista de cómics Grant Morrison diría en su libro 'Supergods. Héroes, mitos e historias del cómic' que “vivimos en las historias que nos contamos”.

Los superhéroes y los personajes de la ficción fantástica viven esas historias extra-cotidianas que antes eran religión pero que ahora nos siguen fascinando aunque sepamos que son ficción. Otro gran guionista de cómics, Alan Moore, diría que él escribe ficción, no mentiras. Si estas historias extraordinarias nos siguen obsesionando es porque aluden a nuestra conciencia colectiva y al mito, al arquetipo. Nos sentimos terriblemente identificados, para bien o para mal.

Es por eso que, a pesar de que dan rabia y generan poca simpatía, entiendo la forma de presentar a los dioses en 'The Magicians'. Quentin se sorprende con que Umber sea así de caprichoso y poco responsable. Kady y Julia se sorprenden con el giro de que Perséfone sea la madre de Reynard y que, en parte, sea responsable de lo que ha hecho su hijo. Es decepcionante porque en nuestra cultura tenemos la idea de que un dios ha de ser correcto según nuestros estándares de la perfección. Pero un dios de estas características no es un ser perfecto, o lo que nosotros consideramos perfecto. Varias ficciones están ahora mismo explorando la idea, como el cómic 'The Wicked + The Divine', escrito por Kieron Gillen, por citar un ejemplo. En esa historia las celebridades (especialmente los músicos famosos, jóvenes y guapos) serían dioses fugaces que la humanidad adoraría durante un corto periodo de tiempo para olvidarlos después.

Nunca conozcas a tus héroes porque pueden decepcionarte, se dice. Lo mismo es aplicable a un dios. Perséfone, de todos modos y aunque haya sido inesperado y anticlimático, deja en manos de Julia la elección. Podrías matar a mi hijo pero puedes elegir no hacerlo y dejarme a mí la responsabilidad de castigarle. Julia duda porque no sabe si su sed de venganza es justicia o si debería dejársela a otros. El hijo de Reynard se ha sacrificado para esto, Kady le ha matado (con el trauma que eso le supone) para esto.

Todos queríamos en ese momento una satisfacción, una venganza. Incluso el impulso me hizo pensar en matar a Perséfone en ese mismo instante. Pero... ¿de verdad queremos que Julia tome la justicia por su mano con todo lo que ello conlleva? Reynard ha de ser detenido, ha de ser castigado. ¿Ha de hacerlo una de las víctimas o la justicia? Eso es lo que nos plantea todo esto. ¿Ha de ser la persona violada la que ajusticie a su violador o ha de caer ese peso en el sistema penal (o el castigo divino en este caso)? ¿La venganza es redención? Esa es la pregunta. Julia elije no ser ella el verdugo y su recompensa será recuperar su sombra. Nuestras acciones definen la clase de persona que somos. Julia, aún sin su sombra, es capaz de acciones heroicas (sacrificarse por Alice) y acciones misericordiosas (no vengarse de Reynard). Tal vez nunca fue una causa perdida.

Las historias que nos contamos

¿Y ahora qué? ¿Un dios problemático por ahí y una bala que mata a dioses por allá? ¿Fen en el reino de las hadas y Eliot viviendo el caos en Fillory? ¿La Alice renacida renegando de su humanidad? ¿Penny envenenado? ¿Julia con su sombra de vuelta? La semana que viene veremos qué sucede.

Esta segunda temporada ha tratado de mostrarnos lo que es madurar para personas muy diferentes entre sí, lo que conlleva el enfrentarse a problemas adultos y la dificultad de romper patrones, tanto propios como aquellos instalados en la convención social. Hemos aprendido que esas historias fantásticas que leímos de niños son muy diferentes una vez que eres adulto y has de ir hacia delante por el camino de las baldosas amarillas. Porque no es lo mismo que te lo cuenten que vivirlo. Siempre alguien se ha dejado algún detalle crucial por confesar.

Vivimos en las historias que nos contamos a nosotros mismos y todos somos los héroes de nuestra propia vida. Tal vez la clave es intentar no ser el villano de la de los demás. Todos tienen veinte páginas en blanco para escribir su propio final porque, como una gran heroína dijo una vez: nuestro destino es el que nosotros mismos nos creamos. ¿Y tú? ¿Qué historia quieres contar?

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