‘This is us’ 1x16 Review: William

‘This is us’ 1x16 Review: William

Por Tomás Ballesteros

En el capítulo de esta semana, la serie nos sumerge en el viaje sin retorno emprendido por William, buscando ajustar las cuentas pendientes con su pasado.

(¡Cuidado spoilers!)

Vuelta a casa

A pesar de las recomendaciones del psiquiatra, y de su mujer de no verse sometido a ninguna situación de estrés (por el ataque de pánico sufrido recientemente), Randall decide acompañar a su padre a visitar la ciudad natal de éste (Memphis), con el objetivo de conocer los orígenes de su progenitor, y en cierta forma, los suyos. Antes de partir, William se despide de sus nietas (por sus palabras parece un adiós definitivo).

Durante su trayecto en coche (era como ver la película 'Dos en la carretera'), William aprovecha para preguntar a Randall sobre Jack, al cual pone por las nubes, al tiempo que resalta como lo ayudaba a superar sus episodios de crisis. Esta respuesta hace ver a William que no se equivocó a la hora de dejar a Randall con sus padres adoptivos.

Recuerdos

La primera parada de William, es a la casa de su infancia, donde nació y vivió con su madre, la cual fue una viuda de guerra que tuvo que sacarlo adelante sola. Randall pide a los actuales propietarios de la vivienda que le permitan a William hacer un recorrido por la misma. Tras la aceptación de estos, Randall y William proceden con la visita. Pero para sorpresa de Randall (y del matrimonio allí residente), William solo enfoca su atención en la chimenea situada en el salón, en la que tras un ladrillo se esconde una cajita llena de recuerdos para él (juguetes que escondió en su niñez). Una vez conseguido lo que buscaba, William y un desconcertado Randall, vuelven al coche para continuar su camino.

Viejos amigos

En su siguiente parada, William busca recuperar a uno de sus mejores amigos (y también primo), el cual le ayudo en sus inicios en el mundo de la música (era el batería del grupo). Éste no parece muy contento de ver a William (no le perdona sus años de ausencia), ya que se fue sin avisar, aunque termina cediendo ante sus disculpas.

La razones del absentismo de William fueron debidas a la enfermedad de su madre (padecía cáncer como él), que le obligo a mudarse con ella para dedicarle todos sus cuidados, a pesar de las reticencias de ésta. Durante la estadía con su madre, William conoció al amor de su vida (la madre de Randall), la cual se enfocó por completo en ayudar a éste con su madre. Tanta dedicación por parte de ambos, provocó que tras su muerte, y con el objetivo de abstraerse de sus problemas (entre ellos, el embarazo) se viesen envueltos en una espiral de drogas, de las que le resulto imposible salir, y que dio como resultado, el abandono de Randall en la estación de bomberos por parte de William para intentar protegerlo.

Tras el reencuentro con su primo, William aprovecha para introducir a Randall en el entorno familiar, presentándoles a todos sus primos segundos y terceros. Randall se siente como pez en el agua, y aprovecha para evadirse de todos los problemas que le han perseguido últimamente. Al mismo tiempo, podemos ver a un William vitalista y lleno de energía, recordando sus tiempos de músico, el cual dista mucho del William sujeto a una bombona de oxígeno visto en los últimos capítulos.

Adiós inesperado

Tras una larga noche de fiesta, Randall se levanta dispuesto a seguir con la ruta organizado por su padre. Sin embargo, se encuentra con un William que apenas puede respirar, lo que provoca su ingreso inmediato en el hospital. A pesar de que inicialmente Randall piensa que no es nada grave, el doctor le comunica que el final de su padre ha llegado. Randall no puede creerlo, e insiste en trasladarlo a casa, a lo cual el medico se niega rotundamente.

Randall termina asimilando la noticia, y decide que lo mejor que puede hacer por su padre, es facilitar su partida. William aprovecha para despedirse de su hijo, y agradecerle todo lo que ha hecho por él, recalcándole que él junto con su madre (la de William), son las dos mejores cosas que le han pasado en su vida (una al principio y el otro al final de su vida), y le regala una serie de poemas que escribió dedicados para él a lo largo de su vida. Randall apenas puede contener las lágrimas, pero saca fuerzas de flaqueza para ayudar a que su padre muera tranquilo.

Randall vuelve solo a casa escuchando la canción favorita de su padre. El lugar de éste en el coche es ocupado por los juguetes y los poemas del mismo.

A pesar de ser un capítulo monográfico respecto a la vida y obra de William, considero que era necesario para despedir a un personaje tan entrañable como él, y cuyo final es memorable, ya que es capaz de sacar una lágrima hasta el más insensible. Veremos cómo afecta esta muerte a la evolución del personaje de Randall. Aunque si este episodio fue lacrimógeno, no me quiero ni imaginar lo que nos espera con la muerte de Jack.

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