‘La Caza’ 3x01 Review: Bicho malo nunca muere ¿o sí?

Por Jesús López

Tras una larga espera ‘La Caza’ ha llegado a España con su tercera y última temporada. Lo ha hecho este mes de marzo a través de AXN en el servicio videoclub de los operadores de televisión de pago, en el que también se pueden encontrar las dos temporadas anteriores para aquellos que no hayan ojeado aún esta serie con alta carga de complejidad psicológica o para los que deseen recrearse de nuevo con esta hipnótica producción de la BBC Two, portagonizada por Gillian Anderson (la interesante agente Scully de ‘Expediente X’) y Jamie Dornan (el también hombre frío de ’50 Sombras de Grey’).

En el repaso que hicimos a los dos últimos episodios, nos centramos en la detención del psicólogo Paul Spector –psicópata en su tiempo libre- por la comisaria Stella Gibson, con la intención de éste a cante todo sobre sus crímenes, incluida la localización de Rose Stagg, una de sus últimas víctimas.

Gibson, y un dispositivo especial, acompaña a Spector al bosque, donde nuestro asesino sitúa el lugar donde se encuentra el cuerpo. Todo hace indicar que nos encontraremos con el cuerpo sin vida de la joven, que finalmente es encontrada con un hilo de vida en el maletero de su coche tras ser abandonado allí hace ya varios días.

Sin embargo la sorpresa y el cliffhanger final, vino de la mano del broncas de Jimmy, un ex novio celoso de una de sus pacientes, que al conocer donde lleva la policía a Spector, acude al lugar para disparar en varias ocasiones contra él y contra los agentes que se pongan por delante.

El asesino, ahora reconvertido en víctima, cae gravemente herido y parece estar a punto de morir entre los brazos de Stella Gibson. Un paradójico final, que nos lleva de nuevo a la frase que Paul Spector espetó a la comisaria durante el interrogatorio: “No hemos acabado, acabamos de empezar”.

¡Spoilers!

Un caso de ‘Urgencias’

El arranque de la nueva temporada, algo descafeinado y sin grandes novedades, despista al espectador que cree por un momento estar viendo un capítulo de ‘Urgencias’, donde además obtienen un primer plano los personajes y relaciones del personal sanitario del hospital, aunque en este caso es nuestro asesino la víctima que se debate entre la vida y la muerte desde el interior del famoso túnel del más allá, sin olvidar a Rose Stagg que los médicos consiguen estabilizar y podría convertirse en la única víctima con vida que podría declarar contra él.

Sin embargo, la justicia para Gibson es que Spector pueda sobrevivir para pagar por sus crímenes en vida. “Si parecía angustiada, era por eso”, justificaba Gibson, aunque también otro de los motivos que no dijo, en honor a la verdad, es poder desentrañar esa enigmática conexión creada entre el psicópata y la comisaria –recordemos que está muy acostumbrada a tener vínculos más que estrechos con aquellos que les rodean-.

En la parte más emocional encontramos a la mujer de Paul y su pequeña hija, que viven desde los medios de comunicación su detención y posterior tiroteo. Es ahora cuando la figura paternal de Paul puede caer por los suelos, cuando su propia hija descubre vía internet que es un asesino. Un hecho que, como ya sabemos, no importa en absoluto a Katie, la joven niñera cuasi-psicópata de la familia sigue obsesionada con Paul, aún después de conocer que es el asesino, por lo que estamos seguros que éste no dudará en utilizarla de nuevo en propio beneficio cuando así lo requiera.

Nuevas incógnitas

El cebo que nos deja el episodio en su despedida es la de, hasta ahora, una desconocida anciana ingresada en el hospital que se alegra de ver a Gibson ¿Estamos ante la madre de la comisaria? ¿Qué nexo tienen en común?

Y como guinda del pastel, la enfermera que cuida de Spector, que sigue supuestamente inconsciente, es el de una mujer que viene a cumplir estrictamente todos los requisitos físicos que tienen sus víctimas. Un casting previo para buscar a una enfermera menos afín hubiese estado bien… Como era de esperar, mientras la enfermera permanece en la habitación de Spector, sola y de espaldas al paciente, éste abre los ojos…