'Dragon Ball Super' 1x11 Review: el poder va más allá de lo imaginado

Por Diego HidalgoDiego Hidalgo

(¡Cuidado SPOILERS!)

Bills fuerza a Goku para que saque todo su poder

En el episodio anterior de 'Dragon Ball Super' por fin vimos la nueva transformación de Goku a la que tanto le costó adaptarse. Pero tras acostumbrarse a su nueva fuerza, es cuando realmente empezará la batalla de los dioses entre Goku, el Super Saiyajin Dios, y Bills, el Dios de la Destrucción.

Bills comienza invitando a Goku a que le ataque. Dicho y hecho. Con su nueva aurea ígnea de poder (estéticamente muy atractiva, por cierto) Goku acomete unos duros golpes que son imposibles de esquivar. Bills, tras ver el increíble potencial de éste, tiene un plan para que dé todo de sí: “dejarse ganar” para que Goku coja ánimos en la batalla y pueda, de este modo, darlo todo.

Además, Bills lo hace muy bien en cuanto al equilibrio de la batalla se refiere, ya que si se “deja ganar” muy claramente, Goku tampoco forzará su poder, por lo que también le hace sudar (literalmente) para que no se relaje. De este modo, Bills le lanza una bola de energía dorada, más grande que la del episodio anterior, que Goku aplasta con sus manos hasta dejarla en nada.

Por ahora, todo es un juego de Bills, quien tiene controlado por completo el combate.

La cosa se pone seria

Bills, llevando su juego a un nivel superior, ataca con potencia a Goku a través de la energía que acerca con su mano al cuerpo del saiyan. Inmóvil, Goku no puede hacer otra cosa que gritar de dolor y esperar a que Bills se decida a rematar el ataque.

En una pequeña isla del océano, Bills acaba de lanzar a Goku con potencia contra el terreno. Goku está muy malherido, casi inconsciente. Su rival se le acerca a él con superioridad y se dispone a atacarle, pero Goku bloquea sus puñetazos como puede y al final logra escapar de allí.

El Dios de la Destrucción acaba de comprobar que Goku tampoco es rival para él, por lo que se cabrea y decide llevar el combate a cotas más altas mientras asciende el cuerpo de Goku, casi inerte, mediante cabezazos.

Unos espectadores de lujo

Bulma y los amigos y familiares de Goku, salvo Vegeta, siguen surcando el cielo en busca del combate debido a que no pueden captar las energías de los guerreros. Por fin encuentran el combate en el cielo gracias a unos enormes círculos formados por tal colapso de poderes.

Desde la nave Piccolo todavía no se acaba de creer hasta donde ha llegado el poder de su amigo. ¡Nada más y nada menos que está peleando mano a mano contra el Dios de la Destrucción! Aunque más tarde, afirma que la nueva transformación de Goku tampoco es suficiente para frenar a Bills.

El combate llega al espacio

Bills asciende a Goku, en shock y sin poder mover músculo alguno, hasta el espacio exterior. Tienen sobre sus pies el planeta entero, y es que, es un combate que va más allá de lo terrenal, es un combate entre dos Dioses.

Esperando a que Goku salga de su inmovilidad, Bills se entretiene jugando al fútbol con una pequeña bola de energía que ha creado. ¡Qué clase tiene! Cuando amenaza con lanzarla a la Tierra es cuando Goku despierta totalmente del shock. Le ruega que no lo haga, que los humanos no tienen culpa de esto, pero Bills, arrogante, le confirma que la pelea es más importante que la vida de cualquier humano, por lo que termina lanzando la bola contra el planeta.

Goku, sacando fuerzas de donde no los hay, detiene esta vez el ataque con la especialidad de la casa: un Kame Hame Ha. Ante la facilidad con la que ha detenido el ataque, Bills le pone un reto todavía mayor. Crea cientos de bolas de energía que lanza contra la Tierra. Goku, entonces, se pone serio y le dice a Bills que le va a enseñar toda la fuerza del Super Saiyajin Dios.

Con todo el poder de su nueva transformación, Goku crea un Kame Hame Ha tan enorme y divino (perteneciente a un Dios) que convierte en cenizas todas las bolas de energía creadas por Bills. Éste queda alucinado ante tal ataque, como nunca antes lo habíamos visto.

Bills se da cuenta que todavía puede sacar más poder de Goku y hacer de él un rival a su altura, por lo que se acerca a Goku, y mientras le susurra al oído que “parece que no eras tú a quien buscaba” (para motivarle y ver cómo reacciona a un ataque físico), le clava una de sus garras en el corazón.

El Super Saiyajin Dios ve como la vida se le consume mientras cae fulminantemente a la Tierra.

La resurrección del Super Saiyajin Dios

Goku cae lentamente, y con una estela brillante como si el descenso de un ángel se tratara, hasta el océano. En el mar, mientras sigue descendiendo, Goku medita. Piensa que Bills es demasiado fuerte, que por qué se tiene que acabar el combate ahora que es cuando más emocionado estaba.

El poder del Super Saiyajin Dios va más allá de lo que todos pensamos, e instantáneamente vemos como sana la herida de su corazón. Goku, cual Ave Fénix, está recuperado y más fuerte que nunca.

Tras su milagrosa recuperación, casi resurrección, Goku asciende como una bala hasta el espacio, donde se encuentra Bills. Éste ha conseguido su propósito: hacer llegar a su máximo poder al Super Saiyajin Dios. Que continúe el combate.

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