‘Scandal' 6x08 Review: ansia de ambición

'Scandal'

Por Paola Rojas

¡Cuidado spoilers! El que avisa no es traidor…

Tras varios episodios sin entender nada y suponer lo peor de alguno de los personajes…Todo se va aclarando. La mayor sorpresa con la que nos topamos fue en el capítulo anterior, cuando la supuesta novia de Huck resulta pertenecer al bando de los malos y acaba matando a la confidente de la campaña de Vargas e hiriendo de gravedad al propio Huck. Y esta sorpresa viene hilada a la posterior cuando vemos que es Abby la que se reúne con ella y pregunta si todos los cabos están atados y todo sigue en marcha. Fue ahí cuando nuestra cara fue de póker total…Pero claro, es que tenía que haber una explicación detrás de esta gran traición de alguien tan poco inesperado como lo es Abby.

Sentirse infravalorado

Abby tiene potencial, siempre lo hemos sabido. Pero eso no quiere decir que tenga esa esencia, ese toque especial para llegar a ser una líder suprema. Ese rol es más de Olivia y eso es porque Liv no entiende ni de familia, amigos ni amor cuando quiere conseguir su objetivo. Pocas personas tienen ese don de ser tan fríos para conseguir sus sueños a costa de lo que sea. Y, por mucho que Abby sea lista, se haya hecho mucho más fuerte y poderosa, no puede aspirar a ser lo que, precisamente, le proponen los chantajistas que están detrás de lo de Vargas: presentarse al cargo electo de la Presidencia.

Y claro, te llegan dos personas desconocidas, que quieren apostar por ti, invertir en ti y que te adulan con palabras envueltas en miel y pues te lo crees. Piensas que, efectivamente, estás poco aprovechada en tu puesto y que puedes ir a por lo más alto. Y, por ello, Abby decide entrar en su juego, uno que nunca llegó a imaginar lo peligroso que iba a ser. Y es que la ingenuidad nunca la abandonará y, si bien sabemos que no hay que subestimarla, esta vez se la colaron pero bien. Haciéndole creer que podría ser Presidenta, Abby accede al proyecto felizmente hasta que se da cuenta de que le han tendido una trampa cuando ocurre el asesinato de Vargas. A partir de ese momento, amenazas, chantajes y una paliza a su novio, harán que Abby haga lo que sea para salir de esta y proteger a los suyos.

Topos por dóquier

La ansiedad, preocupación, arrepentimiento y el miedo se apoderan de Abby. Desesperada por la situación en la que se ha visto envuelta, en lo que ha tenido que hacer a petición de los jefazos (como extraer las balas del cuerpo de Vargas y darles el cambiazo), recurre a su fiel amigo David para contarle todo. Pero Abby ya no puede dar un paso sin que nadie la siga, en este caso, una de las jefas la sigue y le dice que se piense bien lo que va a hacer. Abby no la escucha y dice que le va a contar todo al Fiscal para acabar con ella y su compañero. Mientras ella se ríe, Abby está lista a que David salga de casa y, esto sí que no entraba dentro de nuestros planes, David va directito a saludar a la que parece ser su ¡nueva novia! Nada más ni nada menos que la maldita psicópata que está detrás de todo el complot. Abby se queda sin respiración y decide marcharse. Los malos siempre van un paso por delante.

Todo demonio tiene su propio ángel

Tras ver este episodio, por fin entendemos esa desmesurada preocupación de Abby respecto a la culpabilidad de Cyrus como el asesino de Vargas. Ella, al saber que no fue él y que piden su pena de muerte, intenta mover cielo y tierra para que lo absuelvan. Le promete que hará lo impensable para sacarlo de la cárcel porque cree en su inocencia. Y así es, Abby tenía un as en su manga que le sirve como intercambio para que dejen a Cyrus libre: les cuenta a los jefazos que Jennifer Fields sigue viva.

Y ahí está la gran suerte de Cyrus, el contar con alguien que se preocupe por él después de todas las cosas reprochables que ha hecho a lo largo de su vida. Con esta información, Cyrus queda exculpado por órdenes y tejemanejes del grupo secreto responsable del complot. Todo tenía su explicación, Abby nunca quiso que nadie muriera. Fueron sus ganas de crecer y de tener más ambición los que la cegaron, impidiéndole reconocer la maldad y oscuros planes que tramaban estas dos personas. Pero, ahora que ha cumplido su parte del trato dándoles esa valiosa información, ¿la dejarán de verdad en paz? ¿Seguirán utilizándola y chantajeándola? Solo esperamos que Liv descubra pronto de todo lo que está ocurriendo en realidad y se ponga en marcha y arregle este catastrófico panorama.

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