The Handmaid's Tale: El cuento asfixiante de Hulu

The Handmaid's Tale: El cuento asfixiante del verano

Por Alberto Rodríguez

Mientras el gigante de la HBO acaparaba las miradas y atenciones de medio mundo durante los meses centrales del verano, otra producción potente aterrizó en la misma casa - aunque es producida por HULU - sin hacer ruido, esperando paciente a los curiosos que se animaran a ir más allá de los límites de Desembarco del Rey. El resultado: una ficción potente con una fotografía sublime que remueve conciencias.

Elizabeth Moss deja atrás los tiempos de secretaria mojigata en la redacción de los Mad Men para protagonizar una historia turbia y carnosa. “El cuento de la criada”, efectivamente, tiene por protagonista no a una, sino a decenas de criadas que visten de manera similar y que tienen un lugar de honor dentro del nuevo orden establecido en los - una vez más - reconvertidos Estados Unidos de América. Pero a diferencia de estos universos distópicos a los que nos tienen acostumbrados historias como “Los Juegos del Hambre” o “V de Vendetta”, los cuales son consecuencia de un gran evento que cambió las cosas, en esta ocasión la situación transcurre en nuestra era. Por primera vez podemos empatizar de manera directa con los protagonistas de la ficción porque forman parte de una sociedad que nos podría tocar vivir y aceptar.

La posibilidad de que la realidad tal y como la conocemos colapse es un hecho a tener en cuenta. ¿Y cómo empieza todo? Pues como suelen empezar siempre este tipo de historias. El miedo al caos hizo que ‘unos pocos’ tomaran el control y con la excusa de ‘resolver’ la aparente situación de desastre, convencieron a la población civil para que les entregara de facto plenos poderes. Ya fuera de forma activa, mediante unas elecciones, o peor aún, quedándose en sus hogares por puro pasotismo ante un sistema político que produce apatía e indignación. Pero para cuando estas personas que se mantuvieron al margen durante el proceso despertaron, ‘esos pocos’ acapararon el poder sobre todos y lo ejercieron de manera autoritaria. Ahí sería cuando vendrían los lamentos por no haber hecho nada cuando se tuvo la oportunidad. ¿Cómo permitieron que les quitaran sus derechos fundamentales mientras se quedaban impertérritos sin hacer nada? ¿Sin siquiera una triste manifestación?

Y continuando con lo que suele ocurrir en estos casos, suele ocurrir también que los más débiles – o así considerados- son los primeros en caer en este tipo de dictaduras: las mujeres y los que son diferentes. Máxime si metemos en la ecuación el radicalismo religioso - el peor uso que se le puede dar a una doctrina que debería sacar lo mejor de nosotros mismos - mezclado con el rancio puritanismo de los primeros peregrinos que llegaron a América hace cuatrocientos años. Cuya mentalidad, arcaica y excluyente, permanece inmutable e inamovible, como hace cuatrocientos años. Y es que como le reconocería el cínico Joseph Fiennes, (American Horror Story: Asylum) a Elizabeth Moss en la ficción: “No se puede hacer un mundo mejor para todos”.

Hulu nos invita a bucear en este best seller creado por la canadiense Margaret Atwood, con temas de actualidad tan candentes como la polaridad de la sociedad, el feminismo, las falsas dicotomías (o conmigo o contra mí) y lo que ocurre cuando de un día para otro desaparecen las libertades individuales. Sobre todo, cuando no se lucha por mantenerlas. Un viaje hacia una escala social primitiva -formada por tías, señoras y criadas- en la que los horrores del machismo se ven potenciados cuando son enarbolados por mujeres que someten a otras mujeres. Sin embargo, la solidaridad y la lucha femenina se mantienen vivas en la clandestinidad, cuando no mira nadie.

Todo ello bañado por los colores bruñidos de la fotografía realizada por Colin Watkinson. Los fríos amargos de las calles contrastan con el rojo escarlata corporativo de las criadas, cuya vestimenta parece sacada de una versión siglo XXI de “La Casa de la Pradera”. En parejas o en bloque, sometidas y mimadas, este notable grupo de mujeres hará lo posible por seguir adelante en una sociedad que las maltrata y las adora a partes iguales. Pero, ¿cuál es su aportación a este nuevo mundo que las hace tan valiosas? ¡Ah, querido lector, eso tendrás que descubrirlo por ti mismo!

Jamás apartaría a nadie del placer de realizar personalmente un hallazgo tan impactante…

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