Los 10 momentazos memorables (y olvidables) de los Goya

Hoy es la gran fiesta del cine español, con Manel Fuentes de anfitrión, aluvión de televisivos compitiendo, y la polémica ausencia de Wert. Rescatamos los instantes más recordados de los últimos años. La protesta de Candela Peña, el hilarante monólogo de Segura; el error de Adriana Ugarte y el enfado de Antonia San Juan; las pelis de Buenafuente; el “¡No a la guerra!”; los besos de Carmen Machi y Corbacho; el 'asalto' de Jimmy Jump...

Llega la gran noche del cine español, nada menos que la vigésimo octava edición de los premios Goya. Presentada esta vez por Manel Fuentes parece que la gala, este año, nos toca mucho más de cerca. Con numerosos televisivos como nominados, vemos como la pequeña y la gran pantalla cada vez se entienden mejor.

Berto Romero, Inma Cuesta, Tito Valverde, Javier Cámara son algunos de los nombres que podrían alzarse con un Goya y que aparecen tanto en cine como en televisión. Ya contamos desde Vertelecómo reaccionaron algunos de ellos ante la sorpresa de estar nominados.

Tampoco está exenta de polémica este año la gala de los Goya, la ausencia del ministro Werten los premios también ha dado mucho de qué hablar.

Pero antes de conocer si Las brujas de Zugarramurdi, 15 años y un día, Caníbal, La gran familia española, La herida o Vivir es fácil con los ojos cerrados son la mejor película española de 2013, queremos recordar los mejores momentos de las galas anteriores.

1. Goya 2013: el discurso de protesta de Candela Peña

La actriz Candela Peña, tras recibir el Goya a la Mejor Actriz de Reparto, protagonizó un emotivo y reivindicativo discurso al recoger su galardón, y que finiquitó con una sentencia: “Os pido trabajo, tengo un niño que alimentar”.

Peña admitió que no se esperaba el premio, y recordó que llevaba tres años sin trabajar. “En este tiempo he visto morir a mi padre en un hospital público donde no habia mantas para taparle ni agua para beber y se la teníamos que llevar nosotros”, ha subrayado.

2. Goya 2012: la emotiva reaparición de Silvia Abascal

Silvia Abascal, después de sufrir un ictus cerebral, reaparecía ante la profesión en la gala de los Goya 2012. Junto a Miguel Ángel Silvestre, entregaba el premio a mejor actor de reparto.

Acompañada de una gran ovación al entrar, Silvia daba las gracias por poder estar ahí. Visiblemente emocionada pronunció uno de los discursos más estremecedores de la gala.

3. Goya 2012: el monólogo de Santiago Segura

Santiago Segura Comenzamos con Santiago Segura, que se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la ceremonia en 2012. Su aparición en el escenario y su monólogo lleno de ácidos comentarios sobre los asistentes, al más puro estilo Ricky Gervais, arrancó las carcajadas de los nominados e invitados a la gala.

El showman comenzó diciendo que estaba “destrozado” porque no figuraba en ninguna categoría, a pesar de haber hecho una película “preciosista” y “haber puesto a Kiko Rivera a trabajar”. También tuvo comentarios hacia Banderas, Coronado, Mateo Gil, Benito Zambrano y para Pedro Almodóvar, al que “no le digo nada porque se va de la Academia”. Segura fue muy aplaudido, tanto en la ceremonia como en Twitter.

4. Goya 2010: las películas de Buenafuente

El showman fue el conductor de la gala de los Goya en 2010. El desopilante sketch con el que arrancó la ceremonia es difícil de olvidar: una disparatada película que narra su complicada llegada al escenario de los Goya, y en la que a Buenafuente le acompañan rostros tan cinematográficos (y televisivos) como Antonio Resines, Fernando Tejero, Olivia Molina, Manuela Velasco y Lola Dueñas (próximas incorporaciones aAída), Eloy Azorín... Su monólogo posterior redondeó su inmejorable inicio de la gala

5. “¡No a la guerra!”: los Goya más reinvidicativos

Pasamos de una de las más divertidas galas recientes a la que es, sin género de dudas, la más reivindicativa. La ceremonia de entrega de 2003, conocida popularmente como la del “No a la guerra”. Alberto Sanjuán y Willy Toledo, cabezas visibles (que no únicas) de la compañía teatral Animalario levantaron ampollas entre la clase política: con estos cómicos a la cabeza, la industria española se erigía como estandarte popular contra la guerra de Iraq y la participación española en la contienda.

6. La hora de 'la Muchachada': los “cuatro fantásticos” del humor

En 2009, la tropa de Muchachada Nui -o lo que es lo mismo, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Julián López, Raúl Cimas o Carlos Areces- hizo acto de presencia en los Goya, con el objetivo de impregnar con su humor absurdo y surrealista una gala que tenía visos de resultar demasiado seria y monótona. Sus (contadas) apariciones cayeron como agua de mayo en el público, que pudo disfrutar de momentos tan descacharrantes como los que acompañan a este texto. En el primer vídeo, Reyes da la nota al salir disfrazado del mismísimo Reed Richards, líder de los Cuatro Fantásticos. La segunda pieza es uno de los sketches que los artífices de Museo Coconut prepararon sobre la triste vida de un director maldito con tendencia a hablar en “inglés inventado”.

7. Carmen Machi y José Corbacho: besos para todos

En 2003, el bueno de Adrien Brody consiguió con El pianista el premio más ansiado de la historia del cine: un apasionado beso con Halle Berry (ah, sí, también se llevó el eunuco dorado). En España, fueron Carmen Machi y José Corbacho quienes decidieron imitar al intérprete de perfil aguileño y poner en práctica la lengua (con perdón) y hacer arrumacos a algunos de los rostros más deseados de nuestro país: Hugo Silva, Alejo Sauras, José Coronado, Elsa Pataky o Santi Millán no pudieron resistirse a los encantos de estos 'besucones' reincidentes.

8. Pocoyó y Manuela Velasco: la encantadora pareja

De cara a la gala de 2010, la Academia, con Álex de la Iglesia a la cabeza, decidió pulsar la opinión de los internautas y espectadores y darles la oportunidad de elegir a uno de los presentadores de la ceremonia. Entre Carmenes de Mairena, Batmans y demás personajes estrambóticos, la red se unió para hacer que el simpar personaje infantil Pocoyó cambiara el pijama por el esmoquin y entregara un Goya. Al final, decidió vestir informal, pero allí estuvo, compitiendo con por el protagonismo con Buenafuente. Pocoyó presentó a los nominados a Mejor Película de Animación, y para entregar el trofeo, contó con la inestimable ayuda de otra tan encantadora como él (esta de carne y hueso), Manuela Velasco. Planet 51 se llevó el gato al agua.

9. Jimmy Jump, 'tocando los Goyas' al personal

Cada año, anécdotas trufan la entrega de premios, aunque siempre dentro de un orden y una normalidad. En 2011o, en plena lectura de los nombres candidatos a Mejor Actor, subió al escenario que por no estar, no estaba ni invitado. Jimmy Jump, ese señor que tiene como profesión la de “irrumpir espontáneamente en grandes eventos” (no sé a él, pero le digo a mi madre que me dedico a eso y más que un Goya, me propina un guantazo a mano abierta), decidió 'saltar' a la palestra para hacer de las suyas. La cara que se hubiera quedado a Ryan Reynolds ante tan esperpéntico personaje no hubiera diferido mucho de la expresión de angustia que tiene en la foto que utilizaron en la ceremonia.

10. Pedro Almodóvar: “Volveeeeeeeeer, con la frente marchita...”

No incluir este momento sería como un año sin nominación para Maribel Verdú. Faltaría algo. Y es que ésto, más que el retorno del hijo pródigo, era El retorno del Jedi: Buenafuente aparece mano a mano con Rosa María Sardá (quizás la más lúcida y brillante maestra de ceremonias de que han gozado los Goya) pronunciaban el nombre, y las puertas del anfiteatro se abrían para dar entrada a -toma fórmula manida- nuestr0 cineasta más internacional, Pedro Almodóvar, el presentador del último premio de la vigésimo cuarta edición de los Premios.

El regreso del Ave Fénix era celebrado con júbilo por los miembros del cine español, que volvían a ver a una de sus figuras más importantes junto a ellos. La hazaña la logró Álex de la Iglesia, cuyas gafas no podían ocultar lo henchido de orgullo que estaba por lo que había conseguido. “Tenéis un presidente muy pesado”, decía el director de La piel que habito, cerrando una reconciliación con la Academia, y cerrando también nuestro goyesco top ten.

“Bonus”: Los momentos para olvidar de los Goya

Craso error 1. Equivocación de Adriana Ugarte al entregar el premio a la Mejor canción original

Uno de los errores que ya ha pasado a los anales de la historia de los Goya fue el cometido por la actriz de 'El tiempo entre costuras' el pasado 2013. Ugarte pronunció el nombre de la canción de “Los niños salvajes” cuando en realidad la ganadora era el tema compuesto para “Blancanieves”. Abochornada, la actriz, pidió perdón en directo. “Vaya momentazo”, añadió Carlos Santos, que anunciaba a los ganadores junto a ella. Algo que tampoco sería agradable para los “no ganadores”.

Más tarde, cuando premiaron a la mejor banda sonora, que fué también para “Blancanieves”, Alfonso de Villalonga, el compositor, exclamó “Seguro, ¿no?”.

Craso error 2. El lápsus de Corbacho: ¡Se armó el Belén!

José Corbacho presentó en 2008 y 2009 las respectivas ediciones de los premios del cine español. Tal vez por los nervios por “desvirgarse” en tan crucial papel, el showman de los trajes fosforescentes cometió un pequeño (gran) desliz al llamar a Belén Rueda... Belén Esteban. Aunque afortunadamente y con su habitual humor, consiguió salir del entuerto, nos generó una duda de lo más trascendental: ¿Se imaginan El Orfanato protagonizada por la princesa del pueblo? Seguro que ni un solo huerfanito se hubiera muerto, de tanto pollo que hubieran comido...

Craso error 3. Antonia San Juan: una noche para olvidar

Antonia San Juan ha demostrado, en más de una ocasión, que tablas tiene de sobra como para atraer al público. Sin embargo, todos tenemos malas noches. En el caso de la actriz canaria, esta se produjo, lamentablemente, en plena retransmisión de los primeros Goya del nuevo milenio. Con el boom de Todo sobre mi madre, la recién descubierta San Juan fue elegida para la difícil tarea de llevar la gala sobre sus hombros. Y... Bueno, las cosas no salieron como hubiera deseado.

El cabreo de la intérprete se hizo patente cuando se quedó compuesta y sin Goya a la Mejor Actriz Revelación (que fue a parar a Ana Fernández, por Solas): desganada y malhumorada, la ceremonia transcurrió con más pena que gloria. Si a eso le sumamos los graves fallos en la retransmisión, el resultado fue una noche deslucida. Poco después, Rosa Vergés, directora de la ceremonia, no tardó en bramar en arameo contra San Juan y lamentó haber pensado “que una persona candidata a un premio puede tener las tablas suficientes para presentar la gala”, según recogió El País. Mal rollito.

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